Franco miraba su copa de vino, mientras sus hombres conversaban de cosas triviales en el restaurante favorito del castaño. Había estado visitando uno de sus negocios anteriormente, el nuevo estadio de fútbol que estaba seguro sería el próximo más codiciado por las ligas de fútbol locales y extranjeras. Luego de eso, él había decidido que era bueno hacer una parada en ese lugar que siempre le hacía sonreír por lo bien que sabía la comida. Luego de un momento necesitó estar solo, quería dar un paseo por las calles aledañas a ese lugar porque quería empaparse de la cotidianidad de la gente en esa ciudad que era tan diferente a la suya. Necesitaba recrear su mente para volver a casa con tranquilidad. —Iré a dar una vuelta. —¿Quieres que vaya tras de ti? —se ofreció uno de sus hombres