A Marian le gustaría decirle que ya lo tiene pero sus inseguridades no se lo permiten. Luego de esto, van a la reunión. Al volver a la oficina se topan con Samuel quien no deja de ver a Marian pero disimula, ella está tan ocupada con sus pensamientos que no lo nota.
Aparece Angelina, es una mujer joven, rubia esbelta y bonita pero malévola como Fabiana, entra a la oficina de Emiliano sin esperar que Marian la anuncie pero, él dice que está bien que la atenderá, entre tanto no pierde oportunidad para ajustar su escote de más y buscar la cercanía de él quien como siempre se comporta a la altura y la ignora. Su rostro se ilumina cuando Angelina finalmente lo deja en paz y ve a Marian entrando a la oficina.
Pasan unos días donde Emiliano es muy cordial con Marian pero al realizar unos ajustes del mes y quedar con menos trabajo, su actitud hacia Marian cambia y es cuando una mañana él llega y al verla tan concentrada se acerca y le entrega una rosa, Marian al levantar la mirada y verlo le sonríe, él está aún más encantado, recibe su rosa y Emiliano le empieza a coquetear.
-Estas muy bella... no sabía cual es tu flor favorita así que te traje esta... - Su tono de voz cambia a medida que ve las respuestas en el cuerpo de Marian y su sensibilidad a él, es más grave.
-Gracias, tú también estás muy guapo - se sonroja y a Emiliano le gusta.
-¿Cuando me vas a decir que si? - inquiere nervioso deseando volver a probar sus labios - Tú beso me encanto y me gustaría repetir...
-Mmm esta tarde te doy mi respuesta.
-Estaré muy ansioso.
Arturo llega a la oficina y saluda con amabilidad a Marian, ella corresponde su saludo y ambos sonríen, va saliendo Emiliano de la oficina y su gesto se desencaja al notar la creciente amabilidad entre los presentes sin saber cuando ni como su cercanía va en crecimiento lo que logra ponerlo celoso.
-Venia a invitarte a almorzar, ¿Qué dices?, necesito a mi amigo, que me acompañe y me de tips de conquista para con mi mujer - sonríe mientras Marian sigue mirando su agenda.
-Esta bien, pero cerca y rápido - intenta llamar la atención de Maria pero le cuesta no entiende porque lo esta esquivando - tengo un asunto importante esta tarde que no da espera - se vuelve su mirada a Marian y ella le sonríe tímidamente por fin entendiendo a lo que se refiere.
Al llegar al almuerzo, piden comida árabe y empiezan su conversación.
- ¿A ti te gusta la muchacha verdad? - pregunta sin rodeos Arturo y Emiliano se tensa.
-¿Porque lo dices? - contra ataca.
-La manera en como la miras y la tratas con Rosa no eras así, apesar que Rosa te conocía desde niño porque fue secretaria de tu papá, y vivió contigo el duelo, nunca fuiste tan cordial, se supone que tu rompimiento con Fabiana te dejaría mal, pero en vez de eso estos días te he visto sonreír de mas - les entregan dos vasos con whisky - Emiliano San Isidro a mi me puedes contar lo que sea, somos como hermanos, es mas prometo no decir nada.
Luego de dar un sorbo a su trago y suspirar responde.
-Si, me gusta y lo que sigue, pero ella no da mayor señal para que yo continué, es una señorita muy decente y a veces me cuesta creer que una señorita como ella se fije en alguien como yo, tu sabes que...- lo interrumpe.
-Eres un mujeriego, un rompe corazones y estas acostumbrado a que todas las mujeres hagan lo que tu digas ¿o no?.
-Exacto - reconoce sin entenderse a si mismo - Arturo no se que tiene pero es ese tipo de mujer que se sonroja con pequeños detalles, las comparaciones son horrorosas pero a Fabiana jamás la vi sonrojarse por mi, a excepción del día que la vi comiéndose al amante.
-La diferencia es clara hasta yo la veo, Marian es una mujer decente, una señorita de casa y Fabiana, bueno pues ella es un desmadre. - Emiliano suspira, les entregan los platos de comida.
-Por eso, me asusta de cierta manera, porque no quiero hacerle daño, pero también se que es la primera vez que esto me pasa, Marian esta pendiente de mi y no solo como mi asistente sino también como persona, se preocupa por mi la vez pasada estuve trabajando hasta tarde y se ofreció a ayudarme y hasta me trajo comida, Fabiana me hubiera recriminado eso, me hubiera dicho de todo menos bonito.
-Bueno, ¿Qué vas a hacer?.
-Por lo pronto le dije a Marian lo que siento espero me acepte, dijo que hoy me daba una respuesta - sonríe.
-Pues ojala sea una respuesta positiva o no se como reaccionaras - se ríe de él - y con tus tías, ellas sospechan, Adela me pregunto si sabia algo, porque según dice tu estas cambiado. Y no quiero ser aguafiestas pero dudo que la acepten, tu sabes como son de elitistas.
Emiliano se queda pensativo.
-No estoy diciendo que me voy a casar mañana.
-¿Planeas casarte con ella? ¿no te parece que vas muy rápido?.
-Como se te ocurre, hay mujeres para todo y Marian es para tomar en serio, casarse tener hijos, pero todo es a su debido tiempo, a mi me encantaría pero no la quiero espantar. Soy consciente que mujeres como ella ya no hay, y no quiero que otro se me adelante.
-Lo se, me paso igual con Angelina.
Terminan de almorzar y van para las oficinas, van pasando por una floristería y ambos compran rosas para sus amadas, Emiliano llega pero no encuentra a Marian, se pone serio, ella aparece por detrás de él y lo saluda, su gesto cambia y sonríe, le entrega las flores, y ella intenta controlarse.
-No son tan bonitas como tú... - acota nervioso.
Marian está en el tocador, arreglando un poco su maquillaje, está nerviosa pero decidida. Emiliano está en su oficina algo ansioso, no ha visto en toda la tarde a la morenita y su corazón se siente al borde del colapso, piensa en ella, su manera de ser, su boca sus ojos, su cuerpo y llega a la conclusión que todo en ella le enloquece, pero más su manera de ver y vivir la vida, con pequeñas cosas como una rosa ella es feliz y es algo que para Esteban no tiene precio, está dispuesto a bajarle las estrellas si ella se lo pidiera pero sabe que no lo hará.
"Marian, Marian no se que tienes que me vuelves loco"- piensa el joven empresario.
Continuará...