Así, cinco años después de aquel trágico día de Hallowen, que había estado lleno de sufrimiento y tristeza, y que había sido desgarrador para ella, también pudo hallar a alguien que fuera su refugio y su luz en medio de su tormentosa oscuridad.
Hilda había encontrado una forma de enfrentar su dolor. Después de pasar la noche con ese maravilloso extraño, había concebido gemelos, quienes se convirtieron en la luz de su existencia y en su razón para seguir adelante. Él le había salvado y le había dado un horizonte para avanzar, y todo, en cuestión de algunas horas. Desde aquel entonces, no había podido apagar y borrar la idea de su cabeza de qué hubiera ocurrido si hubiera más tiempo con él. En verdad la vida eran momentos fugaces. Recordaba como si fuera ayer todo lo sucedido. Pero, ahora,
