Me sentí débil,confundida y asustada. Pensé que estaba comenzando a perder la cordura, estaba viendo una alucinación o tal vez estaba soñando. Quizás me había quedado dormida en algún momento, pero era un hermoso sueño del que por ahora no quería despertar. Un intenso sentimiento de tristeza me llenó los ojos de lágrimas ¿Tan desesperada me encontraba como para ver visiones? —Helena— dijo utilizando un tono de voz dulce y comprensivo- ven conmigo. Tomó de mi mano y me arrastro por los pasillos con él, llevándome a una pequeña capilla vacia, un lugar donde sólo los desesperados entran a dejar sus penas. Me quedé en silencio absorta de que esto fuera real y que en verdad él estuviera aquí pero entonces noté su cabello rubio algo sucio, pálido por vivir en un ambiente frío y húmedo, con un