XIII Si Joseph Willet, el joven denunciado y proscrito por los Caballeros Aprendices, se hubiera encontrado en casa cuando el amable huésped de su padre se presento en la puerta del Maypole; es decir, si esto no hubiera sucedido por una malicia de la suerte en una de las seis veces al año en las cuales era libre de ausentarse todo el día sin preguntas ni reprensiones, habría conseguido de una manera u otra profundizar en el misterio del señor Chester y descubrir sus intenciones con la misma certeza que si hubiese sido su confidente y consejero. En tal caso, habría avisado a los amantes de la desgracia que les amenazaba, y les habría auxiliado además con diversos consejos tan prudentes como oportunos, porque Joe tenía toda su agudeza, tanto de pensamiento como de acción, todas sus simpatía