V

1870 Words

V Cuando dio fin a los negocios del día, el cerrajero salió para ir a visitar al caballero herido y cerciorarse de los progresos de su mejoría. La casa adonde lo había llevado estaba en una calle solitaria de Southwark, cerca del puente de Londres, y se dirigió a este punto con paso rápido, decidido a no entretenerse y a volver para acostarse temprano. La noche era tempestuosa, no mucho mejor que la anterior. No era fácil para un hombre robusto como Gabriel mantener el equilibrio en las esquinas, o aguantar la cabeza erguida contra el terrible viento, que con frecuencia conseguía dominarlo, y le obligaba a retroceder algunos pasos, o, desafiando toda su energía, le hacía refugiarse en un arco o un portal hasta que la furia de la ráfaga se apagaba. De vez en cuando, un sombrero o una pelu

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