15

1284 Words
Solo atada a tus deseos, me siento libre, es algo que no comprendo y que me asusta, pero no quiero salir de este abismo que me ofreces. Anahí Tengo tantas cosas dando vueltas en mi cabeza, jamás me imaginé estar en una situación como esta, ni siquiera entiendo exactamente qué es lo que el señor Sullivan quiere conmigo, no sé a qué se refiere con ser su sumisa, según él no solo es someterme a su voluntad, pero por donde lo vea no encuentro una definición diferente a ese concepto. Al mismo tiempo, estoy confundida con todo lo que me hace sentir, su manera de tomarme; sin nada de sutileza debería ser un motivo para salir corriendo, para alejarme todo lo que me sea posible de él, sin embargo, mi cuerpo, mi mente, mi piel y hasta mi alma se derriten deseando que no deje de hacerlo. Es imposible que niegue que lo disfruto, pero al mismo tiempo me aterra lo que pueda suceder, yo no planee tener una relación con mi jefe, ni siquiera llegue a pensar en mantener una con alguien más. Yo solo quería tener sexo con algún desconocido y después olvidarme de que esa persona existía, pero ahora estoy aquí, parada delante de un espejo, observando a una mujer que se ve completamente distinta a la Anahí de cada mañana, a la que usa ropa holgada, barata y fuera de moda. La mujer que me devuelve la mirada lleva puesto un vestido n***o de tirantes que se ajusta a su cuerpo y marca su cintura dejando al descubierto las curvas que nunca llegué a imaginar que tenía. La mujer del espejo me mira y sonríe, se siente sexy, provocativa… hermosa. Él me hace sentir de esa manera, sus caricias prohibidas, sus besos hambrientos, sus movimientos dentro de mí, el calor y la presión que me invade cuando la liberación llega. Relamo mis labios y ella me imita, está excitada, yo también. Tengo miedo, pero soy prisionera de lo que me hace sentir. Tomo aire y me preparo para salir. Mi jefe me espera al final de las escaleras, me ofrece la mano al llegar al último escalón, su mirada hace que la sangre en mis venas arda, sabe cómo controlarme y yo pierdo la batalla al permitir que me controle. —Me gustaría arrancarte ese vestido y follarte aquí mismo, pero te prometí salir a comer y siempre cumplo mis promesas —susurra en mi oído. Su voz es una caricia sobre mi piel caliente. —Sigo creyendo que esto es incorrecto, pero también cumplo con mis promesas —jadeo al sentir su respiración sobre la piel de mi cuello. —Lo sé. —Se separa provocando una sensación de vacío que se instala en medio de mis piernas—. Es hora de irnos. —Me toma de la mano y me conduce hacia afuera, en donde la misma camioneta que me trajo aquí, nos espera, subo seguida de él y enseguida partimos. Al menos no estaré completamente aislada durante los días que este a su lado. Trato de controlar el hormigueo en mi zona íntima, necesito tener la mente clara, hay asuntos que son importantes para mí, como mi trabajo. —Señor Sullivan, dijo que se ocuparía de solucionar mi situación en la empresa, no quiero perder mi trabajo. —Hago todo lo posible porque mi voz se escuche profesional y no tan necesitada de… —Oficialmente te encuentras de vacaciones, pero creo que no es el momento para hablar de eso. —Oprime un botón en la puerta de su lado y un vidrio tintado sube dejando al chofer fuera de nuestra conversación—. Necesito que entiendas lo que te voy a decir, es necesario que sigas mis instrucciones para que esto funcione. —Asiento sintiendo que la expectativa humedece mi ropa interior—. Debes dirigirte a mí como: señor o amo, en todo momento; no puedes exigir, debes pedir por favor; no puedes ocultarme nada, la confianza es esencial solo así sabré si te sientes cómoda; nunca por ningún motivo, puedes olvidar las palabras de seguridad que te enseñé antes y por último, y lo más importante, es tu deber ser complaciente, sumisa y entregada; no puedes objetar, contradecir ni cuestionar mis decisiones sobre ti, ¿de acuerdo? —Trago saliva, él quiere que sea todo lo que no soy. Esta es la definición exacta de una esclava, seré su juguete s****l y no tengo derecho a protestar. —¿Qué tipo de relación es esta? —cuestiono—, ¿es uno de esos sádicos que encuentran placer provocando dolor en los demás? —Sonríe y clava su mirada encendida en mí. —Será muy difícil educarte, pero estoy seguro de que no es algo imposible —apunta, se me seca la boca—, sin embargo, es razonable que tengas algunas dudas. —Hace una pausa en la que me arrepiento de haberme cruzado con él ese día en el ascensor—. A lo que te refieres es a un sádico. —Abro los ojos de par en par—. No te preocupes, no soy un sádico, me gustan las relaciones Ds, eso significa que soy un dominante y necesito una sumisa en mi vida, no haré nada para lo que no estés preparada o con lo que no te sientas cómoda. —No sé si sentirme aliviada o abrir la puerta de la camioneta y lanzarme a la carretera. —No estoy segura de que esto vaya a funcionar, sé que… —No digas nada, no pienses en esto ahora, solo disfruta y ten presente que jamás podría lastimarte, como mi sumisa eres lo más valioso que tengo, incluso que todo el dinero que poseo, no existe nada que no haría por ti siempre que lo pidas como es debido y te comportes como te he indicado. —Sus palabras hacen que me sienta aún más confundida. Desde que puse un pie en su casa dijo que solo sería sexo, placer, que lo único que quería era follar conmigo y ahora me pide mantener un tipo de relación bizarra con él y además me promete que se consagrara solo a mí. Yo no necesito un esposo o lo que sea que él quiere ser en mi vida, yo únicamente quería encontrar quien me quitara las ganas y él se ofreció. —Señor Sullivan, creo que usted le está dando una dirección diferente a todo esto, yo accedí a tener sexo con usted porque necesitaba quien me quitara las ganas, usted me trajo para follar y okey también accedí a seguir este juego por algunos días, pero eso no significa que me quedaré permanentemente a su lado —argumento provocando que la tensión s****l regrese detrás de los límites—, admito que jamás había experimentado algo parecido y aunque me asusta, me gusta mucho, pero es mejor que no haga planes a futuro y solo se limite a estos quince días y yo accederé a cumplir con sus absurdas exigencias, no intente cambiarme, porque el que finja lo que usted desea, no significa que sea algo que me agrade —concluyo justo cuando el vehículo se detiene. Su mirada se mantiene sobre la mía, una sombra oscura se cierne sobre sus orbes azules provocando un brillo intenso que me hace sentir deseos de ser follada ahora mismo, sin importar el lugar en el que estamos. Mi respiración se vuelve pesada al tiempo que él separa sus labios y deja salir un poco de su aliento, no sé si pueda jugar a su juego, sin embargo, estoy convencida de que morir siendo follada por él es lo que más anhelo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD