Rompamos cualquier lazo

1875 Words
JULIÁN En mi mente solo se repetían las palabras del médico, “hicimos todo lo que pudimos, el feto no sobrevivió”, una y otra vez, se repetían y se repetían, sin que yo pudiera hacer nada. Marion hasta el momento seguía sedada, por ello aún no había podido hablar con ella, pero en cuanto lo haga, tiene que decirme cómo es que sucedieron las cosas, porque esto no se va a quedar, así como así. Mis padres entraron un tiempo después, seguramente ya se imaginaban lo que sucedió, al ver mi cara larga y mis ojos rojos. Mi madre únicamente me abrazo, mientras que mi padre, posó su mano sobre mi hombro. —No entiendo por qué jamás nos hablaste de todo esto, Julián —me reprochó mi madre. —Lo siento, pero deben entender mi posición, además creí que estaban de acuerdo con la decisión que tomo el abuelo sobre casarme con Eliza. —Pensamos que era una buena mujer para ti, por eso apoyamos a tu abuelo, pero si nos hubieras dicho desde el principio, que tú y la hermana de Eliza, mantenían una relación, por supuesto que habríamos actuado para que Gabriel respetara tus sentimientos, pero callaste Julián, y no solo tú y Marion son los perjudicados, sino también… Eliza. —Yo le hablé sobre mis verdaderos sentimientos, le aclaré que mi corazón ya estaba ocupado y, aun así, decidió seguir con toda esta farsa —anuncié con molestia, mis padres parecían perplejos al escucharme. —Entonces, si ella ya lo sabía, porque no se opuso, debió haber pensado en los sentimientos de su propia hermana —mi madre no podía creer que Eliza fuera tan mala persona— supongo que nos equivocamos al elegirla a ella, de verdad creímos que era una buena mujer y que te haría realmente feliz, pero… —detuve a mi madre levantando la mano. —Ella sabe que mi corazón ya es de otra mujer, más no sabe que se trata de su propia hermana, bueno, no lo sabía, se enteró hace poco y… es por eso por lo que Marion perdió al bebe —hable entere dientes al recordar mi situación. —Espera, espera, espera, me estás tratando de decir que… fue Eliza la causante de la pérdida —mi madre estaba sorprendida y conmocionada— quizá todo es un error, quizá haya alguna otra razón por la cual… —Yo mismo lo vi, pero, aun así, esperaré a que Marion despierte para que me explique qué es lo que sucedió, porque yo ya tomé una decisión y espero que el abuelo entienda mi postura. Mis padres debieron imaginar a lo que me refería, porque no hicieron ningún comentario más, una vez que terminé de hablar con ellos, los abuelos entraron, la expresión en el rostro de mi abuela era de total decepción, seguramente estaba pensando lo peor de mí y en cierta forma podía entenderla, pero en el corazón no se manda y eso no es debatible. Creí que Marion dormiría toda la mañana, pero despertó un par de horas después y por supuesto, por lo primero que pregunto fue por él bebe. Me acerqué a ella rápidamente, la tome de las manos y con todo el dolor de mi corazón, le hable con la verdad, ella se encontraba demasiado triste como para darse cuenta de las personas a nuestro alrededor, hasta que el abuelo se anunció. —Así que tú eres la amante de mi nieto —todos, incluido yo, lo miramos sin entender el porqué de su comentario tan fuera de lugar. —Abuelo, no es hora para… —¿Entonces cuando Julián?, ¿Cuándo hayas echado todo a perder?, porque déjame decirte una cosa, no permitiré esta relación, no cuando te advertí tajantemente, que no aceptaré a ninguna otra mujer como tu esposa en mi familia, que no sea Eliza —me miró con odio, a Marion ni siquiera le dirigía una, pero yo la defenderé a costa de quien sea, incluso del abuelo. —¿Y quién eres tú para decirme con quien puedo y con quien no casarme? —soltó una risotada. —Yo jamás te prohibí casarte, solamente te dije que no aceptaré a ninguna otra mujer, si quieres divorciarte y casarte con esta… mujer, puedes hacerlo Julián, solo recuerda que mis amenazas, no son en vano —resoplé, mientras la abuela intervenía. —Gabriel, será mejor que vayamos a tomar un poco de aire —sé que la abuela lo hacía de buena fe, pero al abuelo tiene que escuchar la historia de Marion o de otra manera, jamás la aceptará. —No abuela, él se quedará a escuchar lo que Marion tiene que decir, todos en esta habitación serán testigos de lo que Eliza hizo, solo para seguir a mi lado. Todos esperamos a que el abuelo dijera algo, hasta que dio la señal. Fue entonces que Marion empezó a relatarme lo sucedido en el restaurante, como es que Eliza la citó, todo lo que hablaron y como la misma Eliza le dijo que jamás me daría el divorcio. Tomo una pequeña pausa para tomar aire y continuo. —Eliza me alcanzó en las escaleras, se colocó delante de mí y me corto el paso, le pedí que me dejara pasar, que no quería seguir escuchándola, pero ella solo se burló de mí, entonces fue cuando me pregunto qué es lo que pasaría si perdiera al bebe, si me dejarías a mí, para tener un bebe con ella —las lágrimas comenzaron a brotar empapando su rostro— yo hice que no entendí su pregunta, y entonces me distraje un momento al verte, fue ahí que aprovecho para lanzarme por las escaleras y bueno, lo demás tú ya lo conoces. Al escuchar su relato, sentí cómo la rabia invadió cada poro de mi cuerpo, ahora me doy cuenta de que caras vemos, corazones no sabemos, miré al abuelo, quien se encontraba imperturbable, pero como siempre, su orgullo anteponiéndose ante lo evidente. —Que conveniente para ti Marion —solo en ese momento, se atrevió a posar su mirada sobre ella. —Yo… no tengo por qué mentir —habló con un poco de miedo, se notaba en su voz. —Por supuesto que no, no tienes por qué hacerlo, pero como comprenderás, no puedo ponerme de tu lado, porque no he convivido contigo lo suficiente, como para creer que dices la verdad; sin embargo, conozco a Eliza desde que era una bebe, y la conocí aún más, cuando entró en mi familia y no me cabe en la cabeza, que ella te haya hecho algo como lo que tú, nos estás explicando; te aseguro que la conozco demasiado y Eliza es una mujer demasiado buena, como para pensar en dañar a otra persona mucho menos tratándose de ti, de su propia hermana —sé que el abuelo puede llegar a tener algo de razón, pero una mujer es capaz de hacer lo que sea, por retener a un hombre. La abuela no mencionó una sola palabra, pero su mirada de tristeza lo decía todo, aunque no sé si por lo que acababa de escuchar o en todo caso por mí. Se disculpó y se retiró de la habitación. Mis padres se acercaron a Marion y le brindaron todo su apoyo, estaba a punto de recriminarle al abuelo, cuando se apareció Eliza, la última persona que quería ver en ese momento. De un momento a otro, todo se me fue de las manos, ella intentó hablar, pero yo, al recordar nuevamente todo, no me pude contener y terminé callándola de una bofetada, bueno, en realidad ni siquiera la dejé hablar. Su amiga, Helen, comenzó a gritarme, pero lo último que me importaban eran sus reclamos, yo solo quería hacer pedazos a la persona que acabo con lo más sagrado que una persona desea en esta vida, un hijo. Y entonces hice mi anuncio, le hice saber a todos, que el divorcio es la única solución. Imagine que lloraría y me pediría perdón, que me suplicaría que la perdonara por el daño que me estaba causando, pero en realidad, sucedió todo lo contrario, ella aceptó. Al principio, supuse que solo lo decía para calmar mi ira contra ella, pero no fue así. Marion me pidió que no permitiera que le hiciera más daño, ellas volvieron a discutir y yo detuve todo. Eliza se disculpó con el abuelo por estarle mintiendo durante todos estos años, mi abuelo se encontraba incrédulo ante sus palabras, pero la dejo marcharse y yo, a pesar de no sentir nada hacia ella, su respuesta fue como si me regresara la bofetada que yo mismo le había dado. La abuela, quien presencio todo desde la entrada de la habitación, me observaba con una decepción impresionante y con una decepción al ver cómo es que me atreví a levantar la mano contra una mujer. No obstante, las últimas palabras que Eliza pronunció, mirándome a los ojos y con una seguridad que jamás había mostrado frente a mí, me hicieron temblar por dentro, aunque fingí que no causaron ningún efecto en mí. Entonces salió con la frente en alto, sin retractarse de sus palabras y sin dirigirme una sola mirada, quizá solo lo está haciendo para desviar la atención, pero en cuanto los papeles del divorcio estén listos para que solo tenga que firmarlos, y se dé cuenta de que no obtendrá un solo centavo de todo este circo, vendrá implorando y de rodillas a pedirme perdón, es entonces, cuando aprovecharé para hacerla pagar por todo lo causado. —Respetaré tu decisión Julián, pero tú también debes respetar la mía —sé que el abuelo se estaba controlando, para no explotar—; sin embargo, todo cambiará a partir de ahora. —No te preocupes abuelo, si es necesario romper cualquier lazo, lo haremos —no mencionó nada más, mi abuela se acercó a él, le dijo algo que solamente él pudo escuchar y anuncio unas últimas palabras. —Sé que te arrepentirás Julián, pero tendrás que vivir con las consecuencias de tus decisiones —si piensa que le rogaré que me mantenga en su empresa, está muy equivocado. No obstante, él no solo se refería a eso, sino específicamente a Eliza. Los abuelos se terminaron retirando muy molestos conmigo y con mis padres, por apoyar a Marion, pero al parecer, aún no les queda claro, que yo solo la amo a ella y Eliza, solo fue un error. Como Marion se encontraba demasiado afectada, le pedí al doctor que le diera otro sedante, quiero que se componga cuanto antes, además, me toca hablar con sus padres y necesito que ella se encuentre mejor de salud. Mis padres también se despidieron, alegando que tenían que componer las cosas con los abuelos. Sé que o llegaran a nada con ese viejo, pero si es su decisión, no puedo impedirlo. Ya encontraré la oportunidad, para hablar yo mismo con el abuelo y hacer que reconsidere mi posición en la empresa, por lo menos, hasta que logre que acepte a Marion en la familia, una vez lo haga, ya veré qué decisión tomar al respecto. En cuanto a Eliza, sus días serán demasiado grises a partir de ahora.
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