7.

1908 Words
Al caer la tarde, Jules contemplaba la puesta de sol sentado en la teca de la popa , ver la hora dorada le hizo sentir melancolía. - Me gustan más los crepúsculos náuticos. Dijo Dorian mientras se dejaba caer con gracia. Jules se giró para ver el atractivo rostro de Dorian, quién a su vez hizo lo mismo. Entonces, Dorian fijó la mirada en los carnosos labios de Jules, este inmediatamente se puso de pie y empezó a estirar las extremidades, haciendo que el otro le imitara. - Es tarde, imagino que Pietro ya debe de tener la cena lista. Mencionó Dorian. Ambos muchachos vieron que en efecto, Pietro estaba casi a punto de terminar. - Deberíamos ir a tomar una ducha y cambiarnos de ropa para la cena. Sugirió Dorian haciendo que el otro asintiera al estar de acuerdo. Así pues, Jules se dirigió hacia su camarote y cerró la puerta tras de sí. Mientras se duchaba, flashbacks de sus momentos con Dorian empezaron a llegarle a la cabeza. Confundido se recargó un poco sobre la pared de la ducha y dejó que el agua caliente le quitara la sal que el agua de mar le había dejado luego de nadar un rato. En cambio Dorian, estaba ya terminando de secarse el cuerpo con una toalla. El muchacho entonces empezó a pensar en la boca de Jules, le gustaba mucho la forma de sus labios. Entonces sintió una creciente necesidad por besarlo. Totalmente desconcertado por el rumbo de sus pensamientos, el joven se dispuso a vestirse. Después de unos minutos, ambos muchachos subieron a cubierta y frente a ellos estaba un verdadero festín. La mesa estaba servida para dos personas, y los dos jóvenes fueron a servirse un poco de todo lo que Pietro les había preparado. Ambos muchachos tomaron asiento uno frente al otro y se miraron incómodos. Jules reparó en que, en realidad la situación estaba rayando en una cena romántica en un lujoso yate bajo la luz de la luna, y más aún con la musica bossa nova de fondo. Dorian entonces alzó la vista extrañamente cohibido y vio que Jules estaba extremadamente rojo, y obviamente no fue a causa del sol ya que el muchacho no estuvo demasiado tiempo bajo el mismo. Entonces Jules miró los oscuros ojos de Dorian y luego también le contempló la boca. - ¿Te la estás pasando bien?. Le preguntó Dorian, y segundos después el otro asintió frenéticamente. - La comida... ¿Está buena?. Preguntó también y el otro de nueva cuenta asintió mientras comía Bisque de Homard como entrada. Luego de un rato, Dorian entonces se llevó un bocado de filete de ternera. Jules había optado por servirse Boeuf Bourguignon, y se metió un champiñón a la boca. Poco después ambos muchachos empezaron a comer fondue y ya de postre Pietro les había hecho Éclairs. Jules sentía que iba a reventar así que se fue a sentar viendo el estrellado cielo nocturno y Dorian encendió un cigarro. Ambos jóvenes de nueva cuenta de miraron fijamente y por un instante Dorian estuvo tentado a sugerirle al otro que le acompañase a su camarote, sin embargo este se acobardó al mirar la penetrante mirada de Jules. - Estoy cansado, iré a dormir. Informó Dorian. Jules asintió, y el se quedó ahí en cubierta un rato más. Al dia siguiente, los dos nadaron, comieron, bebieron, jugaron poker, Dorian enseñó a utilizar la caña para practicar pesca deportiva, para la sorpresa de este, resultó que Jules tenía habilidad para esta actividad, ya que logro pescar un atún pequeño en su tercer intento, como el pez era muy fuerte, necesitó ayuda de Dorian para poder subirlo. Al final uno de los hombres de la tripulación tuvo que ayudarles un poco. Le dieron el pez a Pietro quien preparó sashimi, sushi y medallones sellados en costra de sal del Himalaya y ajonjolí n***o. Cómo era un pez muy grande, todos los que estaban a bordo se atiborraron de atún e incluso les tocó llevarse a casa para llevar. - Mi padre no va a creer que hayas logrado pescar un atún de 28 kilos en tu tercer intento. Dijo Dorian muy orgulloso del otro. Jules le sonrió también muy contento. - ¿Sabes? Cuando te conocí, sinceramente me pareciste muy engreido, aburrido y extremadamente grosero. Pero ahora solo creo que eres grosero. Reconoció Dorian riendo. Jules empezó a reír también. - Bueno, será mejor que vayamos preparando nuestras cosas, falta poco para llegar al puerto. Le dijo Dorian poniéndose de pie. Cuando volvieron a casa, Jules detuvo a Dorian sujetándole del brazo. El otro se volvió para verle con los ojos llenos de duda. Entonces Jules escribió en su celular: "Este ha sido, por mucho, el mejor fin de semana que jamás haya tenido en mi vida. Te agradezco". Luego le envío el mensaje por w******p. Dorian lo leyó y sonrió. - De nada. También el mio, te lo juro. Le dijo este mirándolo fijamente. Entonces ambos se sonrojaron y avergonzados desviaron las miradas a distintos lugares. - Bueno, iré a bañarme y luego a dormir. Te veo mañana. Le dijo Dorian algo azorado. Jules asintió y se encaminó hacia su habitación. Dorian le observó desaparecer por las escaleras, sintiendo una extraña mezcla de nostalgia, felicidad y tristeza. El joven se fue hacia su habitación, que quedaba al otro extremo de la habitación de Jules, se fue a la ducha tal cual lo había dicho y después de secarse y ponerse la pijama, sintió una potente ansiedad. Quería ver a Jules otra vez y no se sentía capaz de esperar hasta el día siguiente, así que rápidamente se puso sus pantuflas, y se dirigió hacia la habitación del otro, rezándole a Dios que el muchacho no se hubiese dormido todavía. Llamó a la puerta, y esperó unos segundos. Jules del otro lado, sintió que el corazón le dió un vuelco y el estómago se le encogió por los nervios. Se apresuró para levantarse de la cama y se fue dando traspiés hasta la puerta, por algún motivo las piernas no le respondían adecuadamente. Abrió la puerta y al ver a Dorian se mareó y se le secó la boca. - Este... ¿Estás muy cansado?. Le preguntó el joven. Jules inmediatamente negó. Dorian observó unos segundos el cabello mojado del otro y luego posó los ojos en los de Jules, que lo miraban muy abiertos. El muchacho tenía las pupilas tan dilatadas que parecían negr*s en vez de azules. - Bueno, es que... Pensé que tal vez quisieras jugar Call of Duty en la play. Le dijo este atropelladamente. Jules sonrió y luego asintió, se hizo a un lado invitando al otro a pasar. Así pues los dos fueron a sentarse en el comodisímo sillón frente a la pantalla y cada uno tomó un control. Jules encendió la consola y así pues se pusieron a jugar. Para cuándo se dieron cuenta ya habían pasado casi tres horas jugando y se habían peleado tres veces por qué se estaban robando las kills mutuamente. - Eres un puto tramposo Valentine. Se quejó Dorian dandole al otro con el codo. Jules le regresó el golpe de la misma manera haciendo que el otro echara a reír. Siguieron jugando un rato más hasta muy entrada la madrugada. Al abrir los ojos, lo primero que vio Jules fue el precioso perfil de Dorian justo a su lado, comprendió entonces que se habían quedado dormidos en algún punto de la noche, rápidamente tomó su teléfono y vio la hora. Horrorizado vio que ya se les había hecho muy tarde, así que de manera tosca le dió un golpe en la frente con la mano abierta al otro, haciendo que se despertara sobresaltado. - ¿Que?... Dijo rezongando. Jules le puso el teléfono en el rostro y luego se fue corriendo al vestidor. - ¡Ay no!... y ¡Hoy hay clases con el director!. Chilló Dorian desesperado- No voy a alcanzar a arreglarme. Dijo. Jules se asomó por la puerta y luego fue corriendo hacia Dorian, le sujetó de la muñeca y tiró de él, llevándolo hasta el vestidor. Empezó a mirarle el cuerpo detenidamente, haciendo que el otro se pusiera nervioso. Entonces, se giró y le dió una playera negra lisa, unos jeans rectos, un hoodie, y unos sneakers Nike color crema. Dorian observó divertido el outfit. - Esto es muy tú. Dijo este con una sonrisa. Jules aplaudió tres veces en el rostro del otro instandole a darse prisa. Dorian sabía que todo le quedaría, puesto que aunque era un poco más alto y musculoso que Jules, ambos compartían más o menos la misma morfología. - Wow... Si me quedan tus tenis. Observó el muchacho mientras se acomodaba las agujetas. Jules le miró rápidamente y luego asintió levantando los pulgares. - Préstame un cepillo para peinarme, ¿Tienes cepillos dentales nuevos aquí?. Le preguntó el joven mientras tomaba el cepillo para peinar. Jules asintió y abrió uno de los cajones y le pasó uno. - Dame una navaja también, me están creciendo el bigote y la barba. Le dijo el muchacho. Jules puso los ojos en blanco y de nuevo abrió el cajón, sacó una navaja nueva y se la dió. Dorian se fue corriendo al baño del muchacho y empezó a afeitarse y luego a cepillarse los dientes con violencia hasta hacerse sangrar las encías. - Auch... Dijo este mientras abría la botella de enjuague bucal. Jules se metió corriendo a su lado y le pasó un antitranspirante en aerosol y luego empezaba a cepillarse los dientes el también. - Está marca me irrita. Dijo Dorian arrugando la nariz, Jules puso los ojos en blanco. - Ya... Solo dije que me irrita, no que no me guste como huele, de hecho me gusta tu aroma es solo que... Entonces ambos se quedaron mirando ante lo que el joven dijo. Dorian empezó a ruborizarse tanto que parecía una granada. "Le gusta... ¿Le gusta como huelo?". Se preguntó Jules mirándole sorprendido. Dorian en cambio permaneció mudo y muerto de vergüenza. Jules entonces se giró para escupir la espuma de la pasta dental, se enjuagó la boca y luego empezó a hacer gárgaras con el enjuague bucal Así pues, Dorian se puso el antitranspirante y se fue corriendo a buscar su mochila, su teléfono y su MacBook. Jules le esperaba ya en la camioneta y el otro apenas apareció se fue corriendo para subirse. Ambos llegaron a la universidad prácticamente dos minutos antes de que empezaran sus clases, ese día conocerían a los directores de sus carreras. Norma y sus amigos vieron llegar la camioneta de Jules y al ver a Dorian bajar con un atuendo idéntico al del otro muchacho se quedaron pasmados. Norma vió como Dorian se fue corriendo en dirección al edificio B y Jules fue tras del otro dándole alcance y tirando de su brazo para darle su mochila que había olvidado en el asiento. Dorian se giró rápidamente y tomó sus cosas, le dijo algo al otro y luego ambos asintieron mirándose fijamente de manera intensa. Luego Jules se giró y se fue corriendo al edificio de enfrente y Dorian le gritó a pleno pulmón haciendo que todos se volteasen para verle. - ¡Pero me esperas!. Jules alzó el brazo y luego levanto el pulgar dando por entendido la petición del otro. Dorian entonces se fue corriendo al interior del edificio.
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