6.

1971 Words
Dorian observó a Jules fijamente, incapaz de mover un solo músculo, mientras el otro parecía estar teniendo un monólogo interno bastante intenso. - ¿La estás pasando bien?. Preguntó Dorian muy casual. Jules asintió, logrando mentir para nada bien. - ¿Seguro?... Pareces... Algo enfadado. Le dijo Dorian. Entonces apareció la chica que se había llevado a Jules. - En serio, perdóname. No fue mi intención lastimarte. Le dijo ella muy angustiada. Dorian frunció el ceño totalmente confundido. - ¿Que le hiciste a mi amigo?. Cuestionó este a la chica. - Es que... Bueno, mientras le bailaba a tu amigo sin querer le he golpeado en los testículos y bueno... Obviamente se enojó. Le dijo ella muy avergonzada. Dorian entonces comprendió el motivo por el cual el otro tenía esa expresión de desagrado. "Entonces Jules no es gay". Pensó Dorian. Jules inmediatamente le hizo una señal tranquilizadora a la chica y luego se encaminó de vuelta a la mesa. - ¿Acabaste tan rapido?. Le preguntó Leonard riendo. - Ni siquiera empezó, la chica le golpeó las bolas por accidente. Informó Dorian mientras tomaba asiento, y el resto de los jóvenes rompieron a reír. El mal humor de Jules no pareció empeorar con las risas de los amigos de Dorian, si no que al contrario, este echó a reír. Tal cual Dorian lo imaginó, Jules reía en silencio. - Que mala suerte. Musitó Michael. - En fin, sigamos bebiendo señores. Les instó Dorian a los demás. Jules escuchó bastante entretenido las anécdotas grupales que Dorian y sus amigos habían tenido, la mayoría eran en verdad desastrosas e inclusive absurdamente peligrosas. Para cuándo ambos jóvenes se dieron cuenta, los dos ya se hallaban muy ebrios, así que tal cual lo había programado Dorian, George, el chófer había llegado por ellos en un taxi y luego fue por la camioneta. Con mucha dificultad, ambos muchachos lograron subirse al vehículo y luego los dos permanecieron semidormidos durante el trayecto. Cómo Dorian estaba más ebrio que Jules, este tuvo que ayudar a George a llevar al otro a su habitación. Lo pusieron sobre su cama y George inmediatamente se retiró dejando a Jules solo con el otro. Jules se giró para retirarse de ahí y apagar las luces, entonces Dorian habló en voz baja arrastrando la lengua. - A veces la extraño mucho, siento como si apenas hubiese sido ayer la última vez que hablé con ella. No hay día en que no piense en ese último día a su lado, de haber sabido que ella moriría esa noche, la hubiese abrazado más. Quisiera verla una vez más... Solamente una vez más. ¿Tu aún piensas en tu padre?. Preguntó el joven mirando a Jules detenidamente. Entonces Jules asintió lentamente. "No hay día en que no piense en ese hombre". Pensó este muy triste y apagó las luces. - Buenas noches Jules... Musitó Dorian en la penumbra. Jules volteó a verlo y asintió, luego salió de ahí dando traspiés hasta su habitación, apenas tocó la cama el muchacho quedó noqueado. Horas más tarde, Jules se despertó por la mañana con muchísima sed, no le dolía la cabeza y tampoco se sentía mal. "Tal vez es por qué soy muy joven todavía". Pensó este de buen humor. Se metió a bañar y se puso ropa cómoda para estar en casa, luego sus pantuflas y se dirigió a la cocina, dónde ya estaba Dorian bebiendo una gran taza con café. El muchacho se veía terriblemente cansado. - Buen día... Saludó Dorian de mala gana. Jules le saludó también con la mano. Ambos muchachos se observaron unos segundos y de la nada, Dorian rompió a reír. - No es justo, tu te vez fresco como lechuga y yo me veo horrible. Chilló este. Jules pensó que ni faltandole los dientes Dorian se vería feo, sorprendido por aquel pensamiento inmediatamente el muchacho se dió media vuelta y se metió a la despensa. Buscó fideos de ramen, y posteriormente puso a hervir el agua añadiendo consomé de res para hacer el caldo más rápido. Mientras Dorian observaba todo inmutable. Entonces, Jules se puso a picar rab*s de cebollines, champiñones y luego cortó unas gruesas lonchas de jamón. Cuando el caldo ya hervía, agregó los fideos y el resto de ingredientes. casi al final añadió cuatro huevos y después le sirvió al otro quien hasta ese momento expreso sorpresa. Luego, Jules se fue hacia el bar mas cercano y sacó una costosa botella de Beluga Epicure y regresó a la cocina. - Wow... ¿Sabes cuánto cuesta esa cosa?. Le preguntó Dorian. Jules encogió los hombros con indiferencia ignorando al muchacho, luego se giró al refrigerador y sacó una botella de Clamato, acercó también salsa tabasco, inglesa y un limón. Agregó a pulso las onzas necesarias de cada cosa en un vaso de 500 ML, las salsas, unas gotas de limón y el toque final, una rama de apio. - ¿Acabas de prepararme un Bloody Cesar?... Y con un Beluga... A cualquier experto le estaría dando un ataque si viera como has echado a perder semejante vodka... En fin. Dijo el muchacho mientras empezaba a beber el cocktail - Sabe muy bien. Jules sonrió, luego se sentó en un banco cercano al joven y empezó a comerse un ramen. - El ramen está buenísimo por cierto, muchas gracias. Me estoy sintiendo muchísimo mejor. Le dijo el otro. Jules le sonrió de nuevo y empezó a menear el caldo con la cuchara. - ¿Que quieres que hagamos hoy?... Es Sábado, tal vez estaría bien ir a la playa, ¿Que dices?. Mi papá tiene un yate en el puerto. Sugirió Dorian. Jules jamás había subido a un yate, así que la idea de Dorian le pareció muy buena, entonces asintió. - Que bien... Entonces, terminando de comer ¿Vamos?. Preguntó el otro. Jules de nuevo asintió. Así pues, apenas terminaron los dos se dirigieron a sus respectivas habitaciones para arreglarse, y cuando estuvieron listos ambos se dirigieron al garage. Pero, en aquella ocasión, Dorian detuvo a Jules poco antes de llegar a la Cayenne. - Yo digo, que en esta ocasión, nos vayamos en el Ferrari. Le sugirió él. Jules dirigió la mirada en el precioso Ferrari F8 Spider convertible color naranja. - Anda... Es más, conduzco yo. Si le pasa algo será responsabilidad mía. Le animó Dorian. Jules asintió emocionado. Ambos se subieron al automóvil, y cuando Dorian lo encendió y se escuchó el potente rugido del motor, los dos se miraron mutuamente totalmente eufóricos. - Escucha eso... Uy bebé que bello eres. Le dijo Dorian al automóvil acariciando el tablero, aquella expresión causo que Jules empezara a reír con ganas, pero de nueva cuenta sin emitir sonido alguno. - ¿Listo?. Preguntó Dorian al otro, y Jules asintió. Así pues se dirigieron al puerto escuchando música y disfrutando del trayecto con el viento golpeando sus rostros. Dorian aceleraba arriba de los 150km por hora, 180, 200, 220, 250, 280, 300... Dorian empezó a gritar como loco totalmente extasiado mientras Jules temblaba del miedo y de la emoción. Al aproximarse a la zona con más tráfico, Dorian aminoró la velocidad y empezó a conducir a 100 km por hora. - Eso fue divertido... Dijo riendo. Jules asintió dándole la razón. Entonces ambos se percataron de que a los dos les gustaban los autos. Una cosa más en común a parte de los videojuegos y la literatura. - De cero a cien en dos punto nueve segundos... Informó Dorian al otro sobre el auto. Al llegar al embarcadero del puerto, Dorian estacionó el lujoso vehículo en uno de los cajones pertenecientes a su padre. Entonces se toparon con el grupo de chicos y chicas que habían estado en la piscina de la mansión anteriormente. Al ver a Norma, Jules se sintió desilusionado. - ¡Dorian!. Chilló la chica echando a correr a los brazos del otro y con la intención de besarlo, pero, en es ocasión, Dorian esquivó el beso con educación y le devolvió el abrazo de una manera casi forzada, la jovencita le miró extrañada. - Hola Norma. Hola chicos. Dijo Dorian y todos se acercaron para ver el Ferrari, mientras Norma miraba a Jules disimuladamente. - ¿Que hacen aquí?. Le preguntó un muchacho a Dorian. Inmediatamente, Dorian observó a Jules rápidamente y luego a la muchacha, supo que Norma iba a querer ir con ellos en el yate, así que decidió ser franco. - Jules y yo vamos a pescar. Los vemos luego. Les dijo echando a andar rápidamente hacia el embarcadero, dejando claro así que no les estaba invitando en aquella ocasión. Jules se despidió del grupo con la mano y luego le dedicó una tímida sonrisa a Norma, que, por intuición, estaba celosa. La joven se dedicó a mirar a ambos jóvenes mientras estos abrían la puerta de metal para pasar al muelle. Entonces notó como Dorian miraba disimuladamente a Jules, el muchacho parecía absorto observando el perfil del otro, quien estaba más entretenido mirando los yates. - Que grosero se está portando, ayer salió de fiesta y no nos invitó. Le dijo una chica a Norma. - ¿Cómo?. Preguntó ella. - Pues si, ayer mi hermana me dijo que vio a Dorian con ese muchacho en un bar, y que luego se fueron a otro lado. Me sorprende mucho que últimamente nos está ignorando, teniendo en cuenta de que somos sus amigos desde hace tiempo. Desde que ese muchacho llegó, nos está desplazando. Observó la joven. Norma se mordió el labio inferior, ella había estado follando con Dorian cada que este estaba de visita en las vacaciones, se escribía con el a diario, y pensó que ahora que el viviría permanente ahí, podrían formalizar lo suyo. Sin embargo, los últimos días, se había estado comportando bastante extraño con ella y también con los demás. Ya en el yate, Dorian se fue a la cabina de mando y Jules se le acercó y escribió en el móvil. "¿Y la tripulación?". Dorian leyó el mensaje y luego echó a reír. Entonces apareció el capitán y tres hombres de mediana edad. - ¡Joven Harsh! Que gusto verle, pensé que llegaría más tarde, el chef no tarda en llegar. Le dijo el capitán. - Capitán Fitzgerald... El gusto es mío, este es Jules Valentine, es el hijo de mi madrastra. Le presentó el joven al hombre. - Ah, si... Su hermano. Dijo el capitán muy amable. Ambos muchachos negaron rápidamente. - Hermanastro. Corrigió Dorian inmediatamente. - Claro, claro. Bueno, los camarotes están listos. Les informó el hombre. - Gracias, pensaba que solo pasáramos la tarde de hoy, pero creo que mejor nos quedaremos hasta mañana por la tarde. Explicó Dorian, haciendo que Jules le mirara asombrado. - De acuerdo joven Harsh, ¿Quiere que le hable a George para que venga por el Ferrari?. Le preguntó el capitán. - Por favor. Le pidió Dorian mientras sujetaba a Jules por el brazo y le llevaba a recorrer el enorme Yate. Jules estaba emocionado, impresionado y también muy nervioso. - Ten, es Dramamine, para que no te vayas a marear. Le explicó el muchacho al otro. Jules asintió y se echó las pastillas y luego bebió de una botella con agua que Dorian le ofrecía. - Ahora, vayamos por algo de beber en lo que llega Pietro, nuestro chef. Le pidió Dorian. Así pues ambos jóvenes se pusieron a beber unas cervezas mientras el famoso Pietro llegaba con una caja grande llena de comida. - ¡Ciao! Saludó Pietro al ver a ambos muchachos. - ¡Ciao Pietro!. Saludó también Dorian muy contento. Luego de presentarle a Jules, el joven llevó a su hermanastro a cubierta y así pues empezaron a disfrutar de la tarde comiendo, bebiendo y escuchando música mientras recorrían la bahía.
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