1.
- ¿Has terminado de hacer tu maleta Jules?.
Pregunto Anna a su hijo mientras apuraba lo último que quedaba en su taza de café.
Entonces apareció un joven muy alto de expresión aburrida.
Anna observó a su hijo de manera analítica y decidió que no le gustaba mucho como lucía en ese momento.
- ¿Puedes por favor ir a cambiarte de ropa?.
Le pidió ella con dulzura mientras miraba con desaprobación el estampado de Charles Mason en la playera de su hijo.
Jules inmediatamente negó con hastío y se cruzó de brazos.
- Hijo, ya hemos hablado de esto tu y yo... Quiero que cuando James te vea, crea que al menos eres una quinta parte de lo normal que realmente eres.
Anda... Cámbiate esa playera.
Le pidió ella.
"¿Que caso tiene cambiarla?... De igual manera no me interesa quedar bien con ese idiota".
Pensó Jules con tedio.
Al ver que su hijo no parecía interesado en dar una buena impresión, Anna inmediatamente fue a por el y empezó a intentar quitársela a la fuerza.
Jules inmediatamente retrocedió unos pasos y ágilmente esquivó el agarre de su madre.
Anna suspiró frustrada.
- Bien... Cómo quieras. Allá tu si quieres que los demás piensen que eres r*cista o lo que sea.
Dijo ella ya de mal humor.
El joven inmediatamente fue por su maleta y la llevó junto con la de su madre al baúl del coche.
Luego sacó sus airpods del bolsillo y se fue a sentar en el asiento del copiloto para después cerrar de un portazo.
Su madre cerró tras de si la puerta y luego se encaminó hacia el automóvil, encendió este y se dispuso a conducir hasta su nuevo hogar a lado de su nuevo esposo multimillonario.
Jules rápidamente echó una última mirada a su casa y suspiró algo compungido.
- No te pongas triste mi amor, ya verás que te gustará mucho tu nueva casa.
James tiene una preciosa mansión en la zona más exclusiva de la ciudad... Bel Air.
Además... Tiene piscina, Hollywood está cerca y todo Los Angeles se ve desde la propiedad.
Le aseguró Anna.
"Cómo sea".
Pensó el joven poniendo los ojos en blanco.
- ¿Sabes?... James también entiende el lenguaje de señas.
Le dijo ella.
Jules había dejado de hablar desde los cuatro años, la razón era un misterio para todos, su madre lo llevó a los mejores pediatras, psicólogos infantiles y terapeutas del lenguaje y jamás pudieron saber exactamente el motivo.
Anna lo atribuyó a la desaparición del padre de Jules, quien un día salió a trabajar luego de una fuerte discusión con ella, ya que está le habia pedido el divorcio por sus constantes arrebatos violentos y jamás regresó.
La pobre había llorado desconsolada por semanas, jamás dejó de buscarlo y despues de un tiempo encontraron el cuerpo de este flotando en el río.
Obviamente las autoridades y forenses llegaron a la conclusión de que el hombre había decidido terminar con su vida causando en ella un sentimiento de culpa, sin embargo Anna no comprendía por qué su hijo había dejado hablar por aquel motivo.
Le habia llevado a distintas instituciones gubernamentales con la esperanza de que su hijo aprendiera otros métodos de comunicación no verbal para poder así conversar con el, sin embargo a pesar de que Jules había aprendido el lenguaje de señas, pocas veces (por no decir casi nunca) utilizaba.
Aún así, el siempre fue un gran estudiante y sacaba las mejores notas en toda la escuela, Anna lo llevó con especialistas en neuropediatria y muchos de ellos llegaron a la conclusión de que Jules tenía algún grado de autismo.
Sin embargo, Anna no estaba segura de aquel diagnóstico ya que Jules pocas veces actuaba como un autista y era más que evidente que el joven estaba al tanto y consciente de su entorno.
Hacia contacto visual directo por periodos muy largos y además le gustaba escuchar a los demás, limitándose a asentir o negar con la cabeza a modo de respuesta ante ciertas preguntas.
Pero, volviendo al tema de la vista, es que Jules tenía una mirada tan expresiva que prácticamente no necesitaba hablar para comunicarse, ya que lo decía todo con sus azules ojos.
Anna sabía que su hijo era muy guapo, de hecho en verdad ella reconocía que su vastago era ridículamente atractivo.
Las chicas siempre lo miraban embobadas, pero inmediatamente perdían el interés luego de la expresión hosca y duro semblante de su cría.
En reiteradas ocasiones Anna se había preguntado si tal vez su hijo era gay, pero, luego notó que se repetía el mismo patrón cuando Jules se hallaba también con otros chicos.
En conclusión, a su hijo no le gusta socializar con nadie.
Pero, Anna no sabía algo, y es que Jules había estado sufriendo acoso escolar durante bastante tiempo y ese era el verdadero motivo de tan apática actitud.
Así pues ella concentró toda su atención a la carretera mientras su hijo se disponía a poner música y echarse a dormir todo el camino.
Al cabo de unas horas, habian llegado a la residencia Harsh, donde los esperaban el personal de servicio de la misma y claro, el mismísimo James para recibirlos.
- ¡MI AMOR!.
Chilló Anna apenas descendió del automóvil y se lanzó corriendo a los brazos de su ahora esposo.
James la besó apasionadamente en los labios, logrando incomodar y hasta cierto punto enfurecer a Jules, quien se limitó a mirarla ceñudo.
Luego de lo que el joven muchacho percibió como una eternidad, ambos adultos se separaron haciendo un horrendo sonido parecido a ventosas despegarse de una superficie y centraron su entera atención en el joven muchacho quien se miraba los pies con gesto molesto.
- Hola Jules.
Le saludó James alegremente tendiendole la mano.
El muchacho alzo la vista y le dedicó una gélida mirada y una sonrisa fingida, luego le estrechó la mano y después paseó la mirada por toda la fachada contemporánea y minimalista de la lujosa propiedad.
- ¿Te gusta tu nueva casa?.
Le preguntó James.
Jules inmediatamente le lanzó una irónica mirada llena de escepticismo.
Al detectar la expresión del joven, como leyendole el pensamiento, James inmediatamente le expuso.
- Está es también tu casa, la he puesto a nombre de tu madre.
Le informó él.
Jules asintió algo azorado y luego se dispuso a bajar el equipaje el mismo, inmediatamente James se le adelantó.
- Deja que el personal lo haga, vengan... Siganme que les voy a dar un tour.
Les dijo a la madre y al hijo.
Una vez dentro Jules observó con detenimiento todo el lugar, que, en efecto era puro lujo, muebles de diseñador, materiales de alta gama y muchísimo arte contemporáneo.
La decoración se notaba que era producto de algún reconocido diseñador de interiores, y cada cosa ahí había sido hecha a la medida y exclusivamente para esa propiedad.
Jules inmediatamente supo que su vida había cambiado de manera alarmante.
No es que el viviera mal antes del matrimonio de su madre con James, si no que su vida era prácticamente promedio de una clase media alta.
Pero, es que ahora su vida había dado una vuelta de 180 grados, haciéndole sentir confundido y abrumado.
James era en realidad una buena persona, además era filántropo de corazón.
El hombre en cuestión era dueño de una gran cadena hotelera de gran turismo enfocados en los hoteles 5 diamantes, así mismo James era un gran inversor en distintos proyectos y plataformas de la telecomunicación.
- La casa consta de ocho recamaras en el segundo piso, dos Master suite, y seis habitaciones junior, todas con vestidor y baño propio. Además todas tienen bañera... Allá está la piscina, el jacuzzi y del otro lado está la casa de huéspedes.
El family room está allá a la izquierda, la biblioteca del lado derecho, hay tres bares, uno está aquí en el salón principal, otro en el área de la piscina y otro arriba en la terraza, debajo en el piso -1 hay un cine, el gimnasio, sauna y cuarto de vapor, también hay otra habitación de huéspedes.
La cocina está en esa dirección, y la cocina del chef está detrás de ella.
Allá está el comedor principal y por aquí está mi oficina.
La tuya estará lista dentro de unos dias, querida.
Le dijo James.
Jules mostró una mueca de desagrado al escuchar todo lo que tenía la propiedad.
James detectó dicha expresión en el joven e inmediatamente se sintió incómodo.
- Puedes escoger la habitación que gustes... Aunque te he designado la master que está del lado izquierdo de la casa, así tendrás más privacidad.
Imagino que es lo que buscas ya que ahora eres un universitario. Yo sé que la mayoría de los jóvenes buscan vivir en algún departamento con algún roomie, o estar en los dormitorios de la universidad, pero te agradezco que hayas aceptado quedarte aquí, además teniendo en cuenta de que la universidad está a solo a unos pocos kilómetros de aquí... Y bueno, tu madre y yo nos iremos unos meses de luna de miel por Asia.
Le informó este.
Jules asintió a cada palabra de James soltaba.
- Espero que tengan hambre, la cena ya casi estará lista... Mientras tanto, Jules... ¿Por qué no vas a ver tu nueva habitación en lo que le muestro a tu madre la nuestra?.
Le pidió James.
Jules siguió al ama de llaves hasta el lugar donde se encontraba su habitación y una vez dentro no pudo evitar mostrarse asombrado, el lugar parecía una lujosa habitación de hotel.
En el escritorio se hallaba una bonita iMac color plata, una MacBook del mismo color y un iPhone 15 pro max también del mismo color que las computadoras.
Vio una enorme Smart Tv Samsung de 70 pulgadas y conectados a ella una Play 5 y un Xbox Series X.
"Así que el señor dinero quiere ganarse mi afecto con cosas materiales".
Pensó Jules mirando con apatía los costosos obsequios.
Entonces el joven se encaminó hacia el vestidor y vio que había ropa nueva de diseñador que James había comprado para el, así mismo como una gran variedad de sneakers y botas de muchos colores y diseños.
Lo único que si le gustó genuinamente fueron los muchísimos hoodies que su padrastro le había obsequiado.
Abrumado por todo eso, el joven se dejó caer en la comodisíma cama y se quedó mirando la habitación decorada de manera muy masculina y juvenil.
Sabía que la mayoría de los jóvenes y cualquier persona se emocionaría mucho en su situación.
Pero, el en realidad se sentía más bien un tanto confundido.
Luego de un rato le llegó un mensaje de su madre diciéndole que la cena estaba lista.
"La casa es tan grande que ahora me escribe en lugar de hablarme personalmente".
Pensó con ironía el muchacho.
Se puso de pie y salió de la habitación, entonces hizo memoria ante las indicaciones que James le había dado y se dirigió al comedor.
Y ahí estaban su madre y padrastro esperándole mientras bebian un
Château Haut-Brion Blanc.
- Espero te guste el totoaba...
Le dijo James apenas le vio entrar.
Jules miró el pescado y luego asintió.
- ¿Quieres un poco?.
Le preguntó James ofreciéndole una copa.
Jules negó lentamente y fue a tomar asiento, una vez acomodado se volvió hacia su padrastro y le dijo con señas.
- "Te agradezco mucho por los obsequios en mi habitación".
James inmediatamente sonrió ya que era la primera vez que Jules le decía algo.
Anna le miro boquiabierta.
- No es nada, pero me complace muchísimo que te hayan gustado.
Le respondió James sin dejar de sonreír.
- "Me encantaron los hoodies".
Le dijo el muchacho.
James asintió.
- Que bueno... Me alegra escuchar eso.
Así pues los tres se pusieron a cenar y Jules se limitó a escuchar la conversación como siempre.