8.

1931 Words
Dorian no podía concentrarse en la clase, no dejaba de pensar en lo que estaba sintiendo por Jules. Jamás se había sentido de esa manera, como si el tenerle cerca fuese imperativo para su existencia. Estresado por la situación, se echó para atrás recargando la espalda en el respaldo de la silla y suspiró. - Estás enamorado. Dijo una chica a la que poco tenía en cuenta. El la miró de reojo y luego miró al hombre que estaba escribiendo en un enorme pizarrón verde los puntos más importantes a estudiar de la Química. - ¿Tan obvio es?. Preguntó este sin dejar de mirar al frente. - Si. ¿Ella lo sabe?. Preguntó la joven. Dorian entonces giró la cabeza para con la joven, y vio que era muy bonita. - Hmm... Pensó. - ¿No sé lo has dicho?. Digo, me refiero a que no pareces del tipo de hombres que les avergüenza confesar su interés. Teniendo en cuenta que tu fama te precede. Todos aquí saben quién eres. Expresó ella. Dorian sonrió de medio lado. - Es más complicado que eso... Musitó al cabo de unos segundos. - ¿Tiene novio?. Preguntó ella. Dorian negó. - ¿No le gustas?. Dudo que no le gustes, le gustas a todo el mundo. Dijo la muchacha mordiéndose el labio inferior. Dorian empezó a reír por lo bajo, la joven lo miró embobada, Dorian era realmente sexy. - No lo sé. Creo que sí, pero no estoy totalmente seguro. Reconoció este. - ¿Por qué no le preguntas y ya?. No creo que Norma vaya a rechazarte, teniendo en cuenta de que a todo mundo le ha dicho que tú y ella son muy cercanos, entonces no entiendo por qué dices que no estás tan seguro de no gustarle. Mencionó ella. Dorian inmediatamente se enderezó y luego la miró sorprendido. - ¿Norma?. No... No es de ella de quién estoy enamorado. Y tampoco somos taaaan cercanos. Le informó él. La joven entonces alzó las cejas. - ¿Ah no?. Oh... Aún así, creo que deberías decirle, no importa quien sea la afortunada. Apuesto lo que quieras a que no te va a rechazar. Dorian entonces asintió un poco más optimista. Así pues apenas terminó la clase, todos los estudiantes de todas las carreras se dirigieron al anfiteatro porque se iban a anunciar algunos temas y eventos próximos. Dorian fue al baño a mojarse el rostro, ya que sentía que la cara le quemaba por la ansiedad. Al salir del baño se topó con Jules en el pasillo, el también iba rumbo al anfiteatro. - Hey... Le llamó Dorian. Jules se giró para con el otro y aminoró el paso. - Vamos o llegaremos tarde. Pensé que ya estarías dentro apartando asiento para mí. Le dijo Dorian. Jules encogió los hombros. Dorian observó una vez más el precioso cuerpo del otro, aún con las holgadas ropas, podía recordar a la perfección la tonificada y atlética silueta del muchacho que había memorizado durante el fin de semana. Al llegar al lugar, vieron que estaba todo lleno y llamarían mucho la atención de todo el mundo si se ponían a buscar asientos, ya que el director ya estaba hablando y todo estaba en silencio sepulcral. - Mierda... Llegamos tarde. Dijo Dorian buscando lugares con los ojos. Encontró asientos hasta la parte baja muy adelante. - Nope... Vamos a interrumpir al profe... ¿Y ahora?. Le preguntó a Jules quien se limitó a negar. Dorian vio un pasillo que daba a las enormes lámparas y ahí había buena vista al escenario y obviamente del director. - Podríamos ver y escuchar desde allá para no estar parados justo en las puertas. Sugirió Dorian, haciendo que Jules sonriera. Los dos caminaron en silencio y en la oscuridad detrás de las filas de asientos, y luego detrás de los delgados muros de tablaroca que disimulaban la parte técnica del lugar. Jules se enredó el pie derecho con unos cables de sonido y empezó a forcejear para zafarse, Dorian se giró y pudo ver al otro luchando con los cables, entonces volvió para ayudarle. Cómo estaba algo oscuro, no podía ver muy bien como estaban enredados los cables así que entre el forcejeo ambos casi caen al suelo, pero quedaron apoyados contra el muro de concreto. Dorian entonces logró vislumbrar el rostro del otro un poco y empezó a sentir como su corazon aumentaba la velocidad. Jules permaneció muy quieto. Entonces Dorian se armó de valor y se acercó más al otro, acorralandolo entre el muro y sus brazos. Jules tragó saliva con dificultad. Lentamente, Dorian, metió la mano derecha bajo la playera del otro y sintió los duros músculos del abdomen, entonces subió la mano y empezó a acariciar los pectorales. Asustado de que Jules le empujara y rechazara, alzó la vista y vio que este, le miraba fijamente con la boca entreabierta. Luego de vacilar unos instantes, Dorian lo besó. Jules soltó un jadeo al sentir los cálidos labios del otro y luego su lengua, así que la naturaleza humana que había en él, le hizo responder al beso de manera apasionada y violenta. Dorian abrió los ojos sorprendido ante la salvaje respuesta del muchacho, sin embargo continuó besándole con insistencia y acariciándole el pecho. Lentamente, descendió hasta el cuello y metió la mano derecha bajo el pantalón y la ropa interior del otro, y sintió la potente erección que el joven tenía. Alzó de nuevo la vista y vio cómo Jules observaba todo con expresión seria, pero aún así tenía la respiración acelerada. - Es más grande de lo que pensé. Musitó Dorian al oído del otro. Jules le miró a los ojos. Dorian empezó a masturbarlo lentamente, mientras el otro movía ligeramente la cadera ante cada movimiento de la mano que este hacía. Dorian quería escucharlo gemir, pero recordó el sitio en el que estaban. Fue entonces que escuchó algo que lo excitó mucho más que un gemido, Jules no emitía ruido alguno, sin embargo su respiración y sus jadeos eran en verdad excitantes. Dorian sonrió al escucharle, se acercó al oído del otro y le susurró: - ¿Te gusta?... Preguntó. Jules asintió mirándole febril. - ¿Sientes rico?. El otro asintió de nuevo. - Estás muy mojado... Y... Me has puesto muy duro. Le informó él. Jules entonces, tomó valor y dirigió la mano derecha al pene del otro y sintió la dureza en el miembr* de Dorian. - Me gustas mucho Jules... Le dijo Dorian mientras lo masturbaba con más velocidad. Jules le miró de nuevo y lo besó en los labios durante unos minutos. - Yo... ¿Te gusto?. Le preguntó Dorian. Jules asintió rápidamente y Dorian sonrió aliviado. Entonces, este pudo sentir como el cuerpo de Jules se tensaba y empezaba a tener espasmos, Dorian aumentó la velocidad y fuerza con la que masturbaba al otro y lo sintió eyacular en su mano. - Ah... Expresó Dorian en voz baja mientras el otro se mordía así mismo el antebrazo. Jules abrió los ojos como platos al ver a Dorian alzar la mano y observar en la penumbra el semen que brillaba ante la tenue luz de las lámparas que alcanzaba a llegar a ese lugar. El muchacho no estaba preparado para lo que el otro estaba a punto de hacer. Rápidamente Jules intentó detenerlo, pero no tuvo éxito y Dorian le miró a los ojos, y sin romper el contacto visual lamió de su mano un poco de semen, lo paladeó unos instantes y luego lamió un poco más. Jules se puso como tomate y lo miraba incrédulo. - Sabes bien... Sabe... Agridulce. Dijo Dorian sonriendo. Jules le empujó a modo de protesta. - Oye... Tranquilo, en verdad me gustó mucho tu sabor. No te enojes, es que... En verdad me gustas muchísimo. Le confesó el joven. Ambos se miraron en silencio y luego se abrazaron fuertemente. - Me gustas Jules. Desde el primer momento en que te ví. Repitió Dorian. Jules le abrazó con mas fuerza y asintió. - Desearía que yo te gustara de la misma manera. Musitó Dorian. El muchacho deshizo el abrazo y luego le miró de manera intensa y asintió. Dorian entendió, el sentimiento era mutuo. Volvieron a besarse y Jules pudo paladear su propio sabor, el beso fue aumentando de intensidad y de repente escucharon pasos aproximarse. Los dos se miraron angustiados y se separaron, acomodaron sus ropas y con dificultad Dorian intentó liberar el pie del otro, entonces una luz de linterna los iluminó. - ¿Que hacen aquí?. Preguntó el profesor de ingeniería. Dorian alzó la vista y Jules se quedó inmovil con las manos en alto, como si estuviesen apuntandole con un arma. - Este... Jules se atoró con los cables y le éstoy ayudando. Se explicó Dorian. El profesor miró a ambos jóvenes con recelo, luego vio que en efecto, el muchacho estaba enredado. - ¿Y que hacen aquí y no allá abajo?. Les preguntó. - Llegamos tarde y no queríamos importunar al resto, así que decidimos ver todo desde aquí arriba. Expuso Dorian. - ¿Y por qué tú amigo no dice nada?. Preguntó también el profesor. - Eh... Pues ni los mejores psicólogos han podido saber el motivo. Pero Jules definitivamente no habla profesor. El hombre los vió y luego asintió, entonces dejó la linterna en el suelo y fue a ayudar a los dos muchachos. - Bien... Veamos, como fue que te has enredado. Luego de unos intentos por fin pudieron liberar el pie de Jules. - Vayanse de aquí y busquen asientos allá abajo. Les ordenó el profesor de mala gana. Tanto Dorian como Jules se fueron de ahí inmediatamente, luego bajaron por las escaleras llamando la atención de muchísima gente incluído el director que estaba sobre el escenario. - Bienvenidos señores, me alegra que se hayan tomado el tiempo de asistir. Les dijo este. Tanto Jules como Dorian le sonrieron tímidamente y luego tomaron asiento frente a el hombre. - ¿Podrían decirnos a todos dónde es que estaban?. Les preguntó el director sin despegar el micrófono de la boca. Dorian le miró con ojos inquisidores y se dió cuenta de que el hombre quería avergonzarlos con el resto de estudiantes y profesores. - Estábamos allá arriba viendolo... Respondió Dorian. - ¿Y se puede saber por qué estaban allá arriba y no aquí abajo?. Preguntó el hombre. Jules se sintió mareado ante las miradas de centenares de personas. - Porque llegamos tarde y no queríamos interrumpir. En fin, al final de cuentas terminamos haciéndolo. Lo lamentamos mucho. Dijo Dorian con voz segura. - Ya veo... ¿Sus nombres por favor?. Quiso saber el director. - Dorian Harsh y el es Jules Valentine. El hombre al escuchar los nombres de los jóvenes inmediatamente se puso serio. - Ah... Ustedes son los hijos del señor James Harsh. Dijo él. - Sí. Respondió Dorian, está vez no se molestó en aclarar que Jules y él no eran hermanos. - Ya veo. Bueno... Tomen asiento y que no se vuelva a repetir. Cómo les decía, los siguientes eventos se darán a cabo la primer semana del mes de Septiembre y se espera que todos... Dorian y Jules se miraron con complicidad y luego echaron a reír por lo bajo, asombrados de la buena suerte que tuvieron de que aquel profesor no los hubiese encontrado antes y hubiese sido testigo de como Dorian masturbaba a Jules. Así pues los dos pusieron atención a lo que el director decía y permanecieron en silencio el resto de la hora.
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