Casa Valentina

1655 Words
Aceptar la propuesta de Terry para poder ir al tío de Noelia fue bastante difícil para Roy ya que por más que trataba de ser un buen “amigo”, en realidad no le caí muy bien. No sé si le pesaba el hecho de que Noelia y él habían tenido algo que si había sido serio o porque él aún estaba presente en su vida en un papel de “protector” que no le quedaba ya. Él era el prometido de Noelia y el padre de su próximo bebé, así que no tenía porque seguir haciendo acto de presencia en muchos aspectos de la vida de Noelia.  Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando María, su ahora representante, llegó junto a Terry en la elegante camioneta que siempre traía. La vio bajar y él levantó la ceja mostrando incredibilidad.  ―¿Vienes a cuidarme? ― Preguntó Roy entre sonrisas.  ―No, vengo de invitada, unas vacaciones no me caen mal.  Él se acercó y le murmuró―¿Andas con Terry?  ―Salimos… más que andar. ―Salir es andar. ―No, salir es salir.  ―¿Venir de viaje no es andar?  ―¡Ya Casablancas! ― Dice ella entre sonrisas.― Sólo haz lo tuyo y yo lo mío.  ―Imposible, seguro dentro de unos minutos me dirás como debo comportarme y así.  ―No esta vez.― Dijo entre sonrisas.― Vengo de vacaciones, así que por mí haz lo que se te dé la gana.  Roy volvió a arquear la ceja y luego sonrió.― Vale, seguro que sí.  Caminó de nuevo hacia donde se encontraba Noelia con salchichón en los brazos y con un aspecto de pocos amigos que apenas y podía esconder. Se había despertado muy temprano por la mañana con el estómago revuelto y había vuelto el estómago. No hay había tomado nada más que un zumo de naranja, mordido un poco de la tostada y probado un poco de la miel. Él sabía que eso era normal pero le preocupaba verla de esa manera.  ―¿Segura que puedes viajar hoy? ― Le murmuró.  ―Sí, ya todo está arreglado y necesito regresar lo antes posible, así que entre más rápido mejor.― Le comentó mientras acariciaba al pequeño salchichón que iba feliz.  Los cuatro subieron al avión que ya los esperaba y sólo necesitaba las órdenes de Terry para despegar. Noelia se sentó en uno de los asientos cerca del baño por si en algún momento tenía que pararse a volver el estómago y Roy a su lado con el perro en el regazo. Terry y María se sentaron justo en frente y de pronto la situación se hizo bastante incómoda ya que las miradas de Terry y Roy se cruzaron.  ―¿Te sientes bien cari? ―Preguntó. ―Sí, me siento bien, gracias.― Mintió Noelia mientras trataba de distraerse con el móvil.  ―¿Segura? ―Dijo que se siente bien.― Contestó Roy defensivo y él le sonrío.  ―Venga Casablancas, sólo pregunto por Noelia, si está bien o mal, para ver si llamo al médico, puede venir con nosotros.  ―Estoy bien Terry, no pasa nada.― Habló Noelia de inmediato.― Sólo necesito dormir. Ella se recargó sobre el hombro de Roy y Terry sonrió.― Sabes que hay unos asientos que se pueden hacer cama.  ―Sólo déjala aquí.―Interrumpió Roy.  ―Vale, como digas. Terry volteó a ver María y le sonrío. La imagen de verlos juntos, para Roy, se le hacía bastante rara por lo que mejor se concentró en Noelia que trataba de dormir en el hombro de su prometido. Todo esto que estaba pasando era surreal. Su prometida, en este momento viajaba a conocer al único familiar que le quedaba vivo, junto con su próximo esposo, su ex novio y la novia de él. No sabían lo que iba a pasar o como es que Noelia reaccionaria, pero tenía entendido que si estaban ahí con ellos era por una razón.  ―¿Está muy lejos donde vamos? ― Preguntó Roy.  ―A unas horas. Después de viajar del avión tomaremos rentaremos un auto y de ahí nos veremos con él.  ―Perfecto.  ―Descansa Casablancas, porque Noelia se ve muy mal ¿cuántos meses de embarazo tiene? ― Preguntó.  ―¡Qué! ― Expresó María.  “Shhhhhh” hizo Roy para no despertarla.  ―¡¿Noelia está embarazada?! ― Preguntó María en un tono más bajo.  ―Sí, les íbamos a decir cuando estuviera más avanzado.. ¿cómo supiste? ― Preguntó curioso.  ―Es evidente, además recuerda que…. ―Sí, sí tu viviste con ella.― Interrumpió Roy.  ―Te iba a decir que Yess es un poco comunicativa…― Finalizó Max y Roy suspiró.  ―Es un secreto ¿vale? No queremos que nadie se entere.  ―No te preocupes Roy, pero sabes que tendremos que hacer algo por la prensa y… ―Comenzó María.  ―No, no, no…― Murmuró Max mientras le tomaba la mano.― En este viaje eres mi invitada, y no se puede pensar en trabajo ¿si?  Ella asintió.  Roy se acomodó sobre el asiento y luego a Noelia que ya había logrado quedarse dormida, al igual que Salchichón que se encontraba al lado de él. Por un momento cerró los ojos recordando que la última vez que hicieron un viaje en avión tan largo fue cuando ambos se conocieron y ella viaja a un nuevo lugar, después había pasado lo inesperado.  Él le dio un beso sobre el cabello y luego le murmuró.― No volveré a perderte mi Noe, ahora yo estoy contigo.  *** Horas después, aterrizaron en el aeropuerto de la ciudad y subieron a la camioneta que entre Terry y Roy rentaron para dirigirse al pequeño pueblo, el lugar donde el tío de Noelia, Alejando Vega, vivía y era dueño de un pequeño hostal al lado del mar.  Para cuando llevaban unas horas de viaje, ya que eran cinco, Noelia comenzó a sentirse mejor y a disfrutar del bello paisaje que les rodaba. Mientras veía por la ventana del auto, millones de pensamientos se le vinieron a la mente ¿ella había nacido aquí? ¿Cómo había llegado a la gran ciudad? ¿Su madre le había pedido a su tío que la buscara?  ―¿Todo bien amor?― Preguntó  ―Sí, sólo estoy un poco nerviosa… no sólo es viajar a un lugar que no conozco si no que me encontraré con el único familiar de sangre que tengo y es un completo desconocido. No tengo nada que decirle, ni nada en común.  ―Paso a paso mi Noe, verás que todo estará bien, si él te está buscando es por algo ¿no?  ―Tienes razón.  ―Sólo serán unos días, después regresaremos, tendremos a este bebé, nos casaremos y seremos felices.  ―Suena a un buen final.― Murmuró Noelia sonriente.  ―Los aprendí de leer tus novelas.  El resto del viaje los cuatro comenzaron a platicar de distintos temas que tenían en común. Terry descubrió que él y Roy tenían muchos gustos parecidos y María simplemente le dijo a Noelia sus personajes favoritos de sus libros mientras ella se reía.  ―Estoy enamorada de Leonardo de la Torre.― Confesó.― Estoy en busca del mío. Terry volteo a verla y le sonrío.― Tal vez ya lo encontraste.― Dijo directo haciéndola sonrojar.  ―Con que no estes enamorada de Ben.― Bromeó Noelia.  ―Jamás… a veces es muy necio.― Vio a Roy que se quitó los lentes de sol y le lanzó una mirada de pocos amigos.― Quién iba a pensar ¿no? Qué el famoso Roy Casablancas acabaría en un pueblo escondido cerca del mar con el empresario Max Terry.  ―Tal vez Noelia pueda escribir una novela sobre eso.― Contestó él.  Noelia se río.  Momentos después, Max Terry, entró por un angosto camino que los sacó a una calle donde un hermoso hostal con colores brillantes les dio la bienvenida. Los cuarto bajaron sintiendo el calor y salchichón corrió un poco lejos de ahí era hacer del baño y comenzar a olfatear. Noelia observó todo a su alrededor y a lo lejos vio el mar, uno tan hermoso que supo que después debía visitarlo.  ―¿Entramos? ― Les dijo Terry quién seguro, ya que ya había estado ahí, entró al lugar directo a la mesa de registro.  Como siempre empezó a hacer los arreglos y llamó a Roy para que se registraran y pudieran obtener las llaves de su habitación. Noelia comenzó a recorrer el lugar viendo las paredes llenas de azulejos de colores y decoraciones cuando una placa le llamó la atención.  “Casa Valentina”  ―Casa Valentina.― Leyó en voz alta mientras sentía como Salchichón le jalaba la mano con la correa insistiéndole que avanzara.― Me gusta ese nombre.― Murmuró.  ―Era el nombre de tu madre. Noelia sintió como el cuerpo se paralizaba por completo, el escuchar de nuevo la voz de su tío provocó que el corazón le latiera a mil por hora y que todo su cuerpo se tensara. Él estaba atrás de ella y sólo necesitaba voltear para verlo.  ―Tu madre se llamaba Valentina Vega, la quería mucho, por eso el nombre. Ella seguia mirando la placa sin querer voltear, le daba miedo tener al pasado frente a ella, a los fantasmas que toda su vida la habían acompañado, descubrir el rostro de la voz que le había dicho ese nombre que debió ser suyo. Noelia pasó saliva y después de suspirar profundo se dio la vuelta para ver a un hombre de cabello n***o y barba tupida que le sonreía con los brazos abiertos.  ―Bienvenida Amira, no tienes idea cuanto tiempo te estuve buscando. 
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