—¿Qué está diciendo?— exclamó él con incredulidad. Ella levantó la licencia especial hacia la luz. —Usaron una tinta de mala calidad, así que será fácil borrar el nombre de sir Gerbold y insertar el suyo. ¡Si supiera los manuscritos que he falsificado para mi padre, en otros tiempos! ¡Sé cómo hacerlo! —Tal vez soy muy torpe— dijo el Marqués—, pero no alcanzo a entender ni un ápice de lo que está diciendo. —Oh, trate de hacerlo!— suplicó Perlita con impaciencia—. Pondremos su nombre en la licencia especial y en el certificado de matrimonio. Como no están firmados le inventaremos alguna. ¡Así podremos asegurar que estamos casados! Con estos documentos y su importancia social convenceré a mis albaceas de que cumplan entregando mi dinero a mi esposo, que sería usted. Como todos creerán en n