Narra Camille: La miro de arriba abajo, sin entender a qué viene tanto atrevimiento, sintiéndome totalmente abrumada por el golpe. Su rostro está mudado con una mueca que la hace ver como si fuera una enajenada mental, y algo me dice que la señorita Finn está en busca de problemas. —¿Estás demente? —grito, acariciándome la mejilla adolorida. —¡Te lo advertí! Te dije que no te metieras con mi hombre, zorra, pero no has escuchado. Definitivamente esta mujer tiene serios problemas, pero no me dejo amedrentar por ella, así que la miro de arriba abajo, con ira. Esto es el colmo de los males, que esta mujerzuela venga a ultrajarme de esta manera en mi casa. —No sé de qué estás hablando, Mercedes. Richard no te pertenece y no tienes poder sobre él. —¡Mentira! —grita, renuente a escuch