Juliana Muñoz Abrí los ojos, había dormido increíblemente bien a pesar de que no hubo nada de nada con Álvaro. De repente recordé que estaba dormido a mi lado me di la vuelta, pero no sentí a nadie, rápido me senté sobre la cama y lo vi a lo lejos tomando algo de su saco. Me bajé de la cama y caminé hasta donde estaba. —¿Qué es eso? —le pregunto con curiosidad al ver como saca unas pastillas de un pequeño recipiente y se las mete a su boca para pasarlas con agua. Él me mira con expresión de pocos amigos, pero no me importa, le arrebató el frasco de las manos mientras él intenta quitármelo, pero como soy más pequeña que él puedo escurrirme con rapidez entre su cuerpo. Cuando al fin logra quitármelo, me fulmina con la mirada, imito su mirada, me divierte retar a los hombres, sin embargo,