Capitulo Cuatro

1916 Words
Luego de tomar una rápida ducha me preparo para dirigirme al lugar donde estudio. Otra cosa que agradezco a mi jefe, la oportunidad de estudiar para en un futuro dirigir mi empresa. Antes de avanzar unos pasos hacia el auto encuentro a la persona que he estado evitando hace dos meses. ¿Culpable? Un poco y esa es la razón por la que no le doy la cara. Prometimos ser sinceros, pero no quiero herirla, menos porque sé que ella no se va por las ramas. Es una mujer de armas tomar. —¿A dónde vas? —¿No es obvio? —respondo con otra pregunta. No empezamos bien. Pero no creo que con ella la suavidad funcione, no cuando sus ojos son como dos dagas mortales a punto de clavarse en mi corazón. —De ti, ya nada me parece obvio. Tiene toda la razón. —¿Necesitas algo? Suelta algunas carcajadas carentes de gracia, pero se calla los insultos. —¿Me has estado evitando? ¿Qué puedo decirle? —¿No es obvio? —vuelvo a responder con la pregunta. Sacude la cabeza molesta, esta vez me señala con el índice derecho. —Qué desfachatez la tuya. —Sacude la cabeza y por el movimiento de su mano izquierda, presiento que se está controlando por no golpearme—. Eres un… No quiero herirla. —Cami… —Prometimos ser sinceros, ¿No? —suelta entre dientes—. ¿Acaso lo estás siendo? —Yo… —Dejo salir un suspiro lleno de cansancio—. Camille, voy tarde. Sí, a veces también soy un cobarde. —¿Es por ella? —¿Qué ella? Trato de ocultar el temor de que ella sepa quién es ella. —La hija del jefe. —¿Por qué piensas eso…? Sonríe de lado y me da esa mirada de, eres lo peor del mundo. —¿Qué esperas que piense?, me estás evitando, no eres siquiera capaz de verme a los ojos. —Está muy molesta—. Parece que no tienes siquiera palabra. Pongo mis manos en su hombro. —Camille… Sacude los hombros quitando mi agarre. —Espera todo de los demás, pero de ti por lo menos quería un poco de honestidad. —Lo siento. —No se la dejaré fácil a la hija del jefe. Es mejor que suponga que es ella. Respiro con fuerza y la quito del camino para poder llegar al auto, no sin antes decir cerca de ella: —Piensa lo que quieras. —¡Manson! —grita, pero la ignoro. Estoy seguro de que si ella supiera de Emma la desaparecería en un abrir y cerrar de ojos, ella es un ser vulnerable que intenta defenderse, no quiero que termine herida por mi culpa, pero sobre todo no quiero considerar la idea de siquiera perderla. Camille, no se atreve hacer algo con la hija de Antonio porque es la hija del jefe, pero con Emma no tiene excusa para no hacerlo. Supongo que ella piensa que estoy con la hija del jefe porque nuestra relación no es mala, pero tampoco es buena. Odio que me oculten las cosas y sí, cuando me enteré de que era la hija de Antonio me molesté y no porque tuviera otras intenciones, en realidad, es porque al igual que con Emma en mucho tiempo no sentía tanta paz y un poco de diversión con otra persona. Danna, la hija del jefe, me ofreció momentos de una persona de nuestra edad, pero su mentira o su juego me molestaron. Creí que podríamos ser sinceros, pero eso no fue lo que me hizo alejar de ella. Cuando el enojo se pasó quise hablar con ella, pero recibí órdenes del señor de que me mantuviera en el anonimato por motivos de seguridad, así que tuve que fingir que seguía molesto. Emma Hice lo que por años evité hacer. Termine por hacer enojar a mi padre más de lo normal. Como dije desde hace años ya las llevaba contra mí, ahora terminé por cabrearlo. Charles es un hombre con un carácter demasiado fuerte y como ya lo he dicho desde que rompí el compromiso con mi ex pareja, parece que me hubiera convertido en su enemiga. Ahora no sé cuál es la razón de su enojo, bueno si lo sé. La cuestión es que nada de lo que yo haga justifica que me tenga encerrada en mi cuarto, sin comer por tres días y con un par de golpes en el rostro, cuando hablo de un par quiere decir muchos. Ya no es difícil no comer cuando te acostumbras a no digerir comida, pero… Aún no soy capaz de procesar, ¿Cómo es capaz de hacerle eso un padre a su hija? ¿Qué lo hizo enojar? Pues que tratara de viejo verde a su jefe. ¿En qué estaba pensando? ¿Me iba a casar con un hombre que me dobla la edad? Me gustaría entenderlo, pero no sé qué más pasa por la cabeza de mi padre. ¿Acaso no hay algo más que conseguir el dinero fácil? Entiendo que esté molesto porque ahora se ha quedado sin trabajo, pero no fue mi culpa que él ilusionara a su jefe con casarse conmigo. No soy un objeto que pueden comprar y muchos menos vender. —Emm… —el susurro de mi hermana me lleva a abrir los ojos. Observo todo a mi alrededor, desorientada, estoy segura de que llevo un par de horas desmayada. El dolor en mi rostro es intenso, pero trato de no demostrar dolor de igual manera, ya me he acostumbrado a este. —¿Mina? —susurro, confundida. Mi hermana mayor pone sus dedos en mis labios al mismo tiempo que mira a la puerta temerosa de que papá aparezca. Es estúpido lo que hace porque estoy segura de que ella no entraría a mi habitación si Charles estuviera en casa. Pero entiendo su temor. Agradezco la intención de mi hermana, sobre todo porque a pesar de que tiene algunos años de casada, mi padre al igual que su esposo se creen con privilegios para golpearla si llega a faltar a nuestra cultura y ella está aquí arriesgándose a que su esposo se entere de que está salvando a la rebelde sin causa. Estoy cansada de todo esto, quizás me decida a tomar mis cosas y huir de casa. Si tuviera a dónde ir hace mucho tiempo lo hubiera hecho. ¿Por qué no me marcho? Porque aún no he terminado de estudiar, el dinero que gano solo me sirve para pagar mi carrera, no un apartamento y menos el alimento. —Come. —Señala la charola con la cabeza—. Vigilaré que papá no venga. —Sigo diciendo es estúpido. Ella no estaría aquí si mi padre no estuviera fuera de la casa. Mina es un ejemplo de supervivencia, ella renunció a todos sus sueños por cumplir con la tradición de mi padre. Para ser sincera, no conozco mucho de mi hermana, solo que es una mujer culta abnegada a la religión. Baja la cabeza cuando debe bajarla, se calla cuando no debe hablar. Ella es la personificación de lo que quisieron mis padres. Asiento sentándome en la cama haciendo una mueca de dolor mientras me alimento un poco. Espero no trasbocarlo, lo peor de todo esto es que cuando tu cuerpo se acostumbra a no tener ningún alimento en el estómago dificulta el acceso cuando intento comer algo. Luego de unos minutos de haber comido un poco las náuseas harán su aparición y terminaré por trasbocarlo todo. Sí, hablo de la anorexia. Y todo se lo debo a mi familia. —Gracias. Su mirada de color miel igual que la de mi madre, me mira con tristeza. Mina, al contrario de mi hermana menor, se preocupa por lo que pase conmigo. Ella como la hermana mayor que es se preocupa, me escucha y me aconseja aun cuando sus consejos son tan banales. —No hagas nada que moleste a papá. —Súplica intentando no llorar. Olvide decir que mi hermana es la más sensible. Al contrario de Aimée, mi hermana menor es igual que Charles, una persona dura de carácter incluso ambiciosa. También olvidé que Mina vio cómo mi padre, me golpeo esta vez. —No lo he hecho. Mina me mira reprobatoriamente. —Quizás deberías casarte con ese hombre. Sacudo la cabeza al mismo tiempo que la miro con horror. —No haré tal cosa. —Emma… —No. —Sentencio. Jamás me casaría con una persona que no amo. Nada más imaginarlo me provoca náuseas. ¿Cómo hay mujeres que soportan que un hombre la toque sin tener ningún afecto emocional? ¿Cómo pueden soportar tener relaciones con una persona que no les atrae sexualmente? No soy santa y tampoco soy una mujer libertina. Únicamente he estado con un hombre, con la persona que pensé que terminaría en el altar. En lo que termino fue engañándome con su empleada y lo peor de todo es que termino diciendo que yo lo engañe. Ahí está el problema, cuando fui niña dejé que sus ideales me manejaran. Mi hermana respira cansada sentándose en el borde de la cama. —Ay hermanita, sabes que, si no es él, será otro que papá escoja. —Lo rechazaré. Sé que si no me marcho de casa pronto terminaré haciendo tarde o temprano lo que Charles decida. —Hoy está en una fiesta. —Informa Mina. La observo confundida. —¿Y eso que tiene que ver…? —Juro que conseguiría un esposo para ti. —No estaré de acuerdo. Sacude la cabeza mirándome con un poco de lástima. Ambas sabemos lo que me espera. ¿Acaso soy tan manipulable como mi hermana? No soy manipulable, pero una parte de mí, la que desea el amor de mi familia, haría lo que ellos quieren aun cuando mi parte rebelde quiera luchar. Por desgracia, soy una persona muy sentimental, no tanto como Mina, pero sí lo suficiente como para dejarme doblegar. —¿Acaso eres feliz cada vez que papá te maltrata? —cuestiona frustrada. Cierro los ojos sintiendo el dolor de los golpes en mi rostro. Diría que soy la hija menos favorita de todas, pero papá no tiene preferencias y a todas nos golpea de la misma manera. Bueno, con los años yo he sido la que recibe los golpes, todos conocemos la razón. Lo que quiero decir es que todas para Charles somos el boleto de encontrar a un millonario que lo libre de trabajar y ayude a pagar sus deudas. Quizás Aimée logre encontrar lo que Charles desea. —Quiero una vida diferente a esta. ¿Tan difícil es de entender…? Toma mis manos en las suyas. —Te entiendo Emm, pero… —veo la duda en su mirada—. ¿A qué costo? —Si he de morir para conseguir que mi vida sea distinta, lo haré. —Eres tonta, hermana. —Me golpea la frente con cariño—. No quiero que papá te siga golpeando. No me importa los planes que mi padre tenga. No me voy a casar con ningún hombre que yo no quiera, no me pienso casar por complacerlos, espero cumplir mi promesa. Prefiero dormir debajo del puente y si tengo que morir, moriré honradamente. Más que morir con honradez, es morir respetando mis principios. ¿Podré hacerlo? Una parte de mí lo duda, viviendo aquí me pueden doblegar.
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