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1025 Words
Mi lugar de trabajo no era más que un cubículo a las afueras de la oficina de mi jefe, los demás trabajadores a mi alrededor no apartaban la mirada de mí, mientras cuchicheaban quien sabe qué cosas, no me quejaba, tenía lo necesario para tener un buen desempeño laboral, lo demás era irrelevante. Katty me había guiado hasta mi cubículo y me explicó a medias lo que tenía que hacer, es más que evidente que no le caigo bien del todo y desde que salí de la oficina de Jayden, no ha hecho más que lanzarme miradas despectivas, tenía que lidiar con eso mientras esté trabajando en esta empresa. Aproveché que mi jefe no llegaba aún y le dejé un mensaje a mi madre. ¡Ya tengo empleo! ¡Y en una prestigiosa empresa automotriz! Una sonrisa adornó mis labios, no me lo podía creer aún, esto fue mucho más de lo que imaginé, pero se lo debía a Jayden, él me ayudó desinteresadamente y estaré eternamente agradecida con él por darme una oportunidad, aunque tenerme en esta empresa ocasione problemas legales, pero llegamos a un acuerdo de confidencialidad, mientras menos personas supieran mi condición, más tiempo podría permanecer en la empresa. Ya quería saber el motivo por ayudarme de esa manera. El ascensor se abrió, dejando a la vista a mi jefe Jacob, lo miré disimuladamente, porque era imposible no hacerlo, el hombre estaba como quería, es tan guapo y atractivo, su pálida piel y sus perfectos rasgos, llamaban la atención de cualquiera, es como si hubiese sido tallado por los ángeles, se me hizo difícil apartar mis ojos de él, pero lo hice antes de que se diera cuenta que lo estaba observando desde que se abrieron las puertas del ascensor. Pasó por un lado de mi cubículo y ni siquiera me miró, simplemente entró a su oficina y cerró la puerta, tal vez no iba a necesitar de mis servicios, pero esfumé aquella idea, cuando el teléfono a mi lado sonó, sacándome de mis pensamientos. - Bueno. -dije contestando la llamada. - ¿Bueno? ¿Así va a responderle al Jefe de Finanzas? -mi cuerpo se congeló en su lugar al escuchar la fría voz de mi jefe, creo que metí la pata, era la primera vez que trabajaba como secretaria y no le tomé importancia a como respondía el teléfono, ahora me queda claro que debo mejorar aquello. - Lo siento, jefe, ¿necesita algo? -pregunté mientras cruzaba los dedos para que no me regañara o incluso me echara como si fuera cualquier cosa de mi nuevo empleo. - Venga a mi oficina. -tan pronto como dijo aquello, colgó la llamada, dejándome con la palabra en la boca. Lo que tenía de guapo, lo tenía de déspota, era un maleducado y comenzaba a darme cuenta que era todo lo contrario a su hermano Jayden Miller. Me levanté de mi asiento para dirigirme hasta su oficina y toqué la puerta de vidrio con mis nudillos. - Adelante. -respondió de inmediato y entré a su oficina cerrando la puerta detrás de mí, los nervios comenzaron a atacarme cuando su mirada tan fría como la escarcha se posó en mí. - ¿Me necesitaba? -pregunté ocultando mis temblorosas manos por mi espalda. - Si no la necesitase, ni me hubiese tomado la molestia de llamarla. -su inesperada y descortés respuesta me dejó inmóvil en mi lugar, el calor subió a mis mejillas, de no ser porque quería conservar esta oportunidad de trabajo, le hubiese dejado con la palabra en la boca. -En fin, supongo que Katty, ya le explicó sus funciones, a penas entre por esas puertas y usted ya debe tener listo mi café n***o con una cucharada de azúcar, cualquier documento o informe que le pida debe estar listo a tiempo y, por último, debe acompañarme a cualquier junta o reunión, sea dentro o fuera de la empresa, ¿entendido? Su intimidante mirada se quedaba corta comparado con su voz de jefe malvado, quizá deba acostumbrarme a su trato. - Entendido. -dije segura de mí misma. Le iba a demostrar que era capaz de realizar bien mi trabajo ante sus exigencias. - De acuerdo, su hora de almuerzo es en una hora, no debe tardar más de una hora, sin más que decir, puede retirarse a realizar su trabajo, ya le envié por correo los informes que debe tener listos para hoy. -su mirada se clavó en su MacBook después de soltar la última palabra. - Entendido, jefe. -me di media vuelta para regresar a mi cubículo, pero antes de salir por la puerta me detuvo. - Ah, y una última cosa, cuando atienda mi llamada no me responda con un ¿Bueno? -lo miré, pero su mirada seguía en su Mac, como si no me hubiese hablado antes. -Me responde con un, sí, Sr. Miller. Qué bueno que me aclaraba aquel punto, de esa manera me ahorraba un mal sabor de boca con una respuesta poco agradable de su parte. - Sí, señor. -dije antes de salir de su oficina y su prepotente presencia. Solté un suspiro cansado, cuando mi trasero impactó con la silla de mi cubículo. Debo mantener la calma, aunque entre mi jefe y Katty me sacaran de mis casillas con su actitud tan antipática, el sueldo era muy bueno como para darme el lujo de contradecir a mi jefe o reclamarle a Katty por su actitud conmigo. Abrí el correo con los informes que debía tener listo para hoy y casi me desmayo al ver la cantidad de trabajo que el señor Miller me había dejado, era casi imposible terminar todo hoy mismo, necesitaba más tiempo, al menos hasta mañana al medio día. Cubrí mi rostro preocupado en mis manos, no podía tirar la toalla en el primer día, quería demostrar que era capaz de eso y más. Y así lo iba a hacer, aunque me quedara horas extras en la enorme empresa, dejaría con la boca cerrada a mi jefe. Pero sobretodo, quería demostrarle a Jayden, que no se equivocó en darme una oportunidad en la Compañía Miller Automotriz. Empecemos con esto de una buena vez.
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