Miré el imponente edificio ante mí y no me podía creer que estaba aquí, ¿cómo se me ocurrió dejar mi currículo en esta ostentosa empresa? No me podía quejar, de no haberlo hecho, estaría en este momento en un empleo donde el sueldo no sería ni la cuarta parte de lo que pueden pagarme en la Compañía Miller y no es por menospreciar el trabajo en el restaurante, para nada, había trabajado casi por una década en uno, pero debía apostar por lo grande si quería lograr el éxito.
Pasé las manos por mi vestido formal de color azul marino, no era la gran cosa, de hecho, lo había comprado en una tienda de ropa usada en México, lo usé varias veces para asistir a la pequeña empresa donde hacía mis practicas universitarias, mi castaño cabello lo había dejado suelto y me puse unos tacones negros, no muy altos, esperaba causar una buena primera impresión.
Las puertas de cristal se abrieron automáticamente y me hice paso entre ellas adentrándome a la recepción del enorme edificio, una mujer delgada, de cabello rubio oscuro y ojos color cielo me recibió con una sonrisa.
-Buenas tardes, soy Jennifer Pinedo y vengo por la entrevista de trabajo.
-Buenas tardes, mi nombre es Alice y… ¡oh, sí! Usted es la mexicana, la están esperando, tome el ascensor hasta el piso nueve, ahí encontrara a otra recepcionista, ella la llevara con el Jefe de Finanzas.
-Muchas gracias, es usted muy amable. –le dediqué una sincera sonrisa y caminé hasta el ascensor.
Las puertas metálicas estaban por cerrarse, pero una mano lo detuvo haciendo que se volvieran a abrir.
-Buenas tardes, disculpe por detener el ascensor de esa manera. –dijo el hombre entrando al ascensor, lo detalle en cuestión de segundos, es mucho más alto que yo, vestía un traje formal color plomo, con una camisa blanca impecable y corbata del mismo color que el traje, no sabía mucho de ropa, pero sin duda se veía que le costó miles de dólares, su piel pálida hacía contraste con su cabello n***o azabache y sus ojos miel me observaban al darse cuenta que no decía ni una sola palabra, para qué negarlo, es un hombre muy guapo.
-No se preocupe, está bien. –dije antes de presionar el botón que me llevaría al piso nueve.
-Nunca te había visto, ¿eres nueva? –preguntó el hombre a mi lado.
-No, digo, sí, de hecho, voy a una entrevista de trabajo. –dije dándole una fugaz mirada, pero él ni siquiera me miraba.
-Asistente de finanzas. –dijo llamando mi atención, ¿cómo lo sabía? ¿Acaso él era el jefe de finanzas? ¿La entrevista sería con él? No me extrañaría con su porte de importante empresario.
- ¿Usted es el jefe de finanzas? –su risa resonó por las paredes metálicas, fruncí mi ceño, ¿por qué se ríe?
-No, no lo soy, ni aunque quisiera. Qué maleducado soy, mi nombre es Jayden, usted no es de por aquí, ¿cierto? –Negué con mi cabeza, mientras apretaba mi cartera con las manos.
-Oh, no, soy de México y… -estuve a punto de decirle mi nombre, pero las puertas del ascensor se abrieron en el piso nueve, ya había llegado a mi destino. –fue un gusto conocerlo, hasta luego. –dije antes de salir del ascensor, pero antes de que las puertas se cerraran él habló.
-Lo mismo digo, mucha suerte en su entrevista. –dijo con semblante tan serio, que por un momento pensé que lo decía con sarcasmo.
Las puertas se cerraron con él adentro, no aparté la mirada del ascensor hasta ver a que piso se dirigía, el indicador marcó el número diez, el último piso del edificio, de pronto, sentí curiosidad por saber que había en aquel piso o más bien, quién era ese tal Jayden.
-Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle? –escuché una voz femenina detrás de mí, sacándome de mis tontos pensamientos, me giré y no me podía creer lo que estaba viendo, jamás en mi vida había visto un lugar tan moderno, absolutamente todas las paredes eran de cristal con vinil empavonado, la recepción no era tan grande como el de abajo, pero aun así era muy llamativo.
-Buenas tardes, soy Jennifer Pinedo, vengo por el puesto de secretaria del jefe de finanzas. –la rubia de ojos verdes me miró de pie a cabeza, como si estuviera esperando algo mejor, idiota.
- Bienvenida a la Compañía Miller Automotriz, mi nombre es Katty y está en el piso de finanzas, deme un momento para anunciar su llegada. –presionó un botón en el teléfono y habló. –La señorita Jennifer ya está aquí. –asintió con su cabeza como si la otra persona pudiera verla, me miró y colgó el teléfono. -Sígame. –dijo levantándose de su asiento y caminando por el largo pasillo, mis tacones resonaban detrás de los suyos, hasta llegar a la oficina del fondo, desde aquí no se podía ver al otro lado, pues el vidrio no era como el resto, en la puerta estaba escrito Jefe de Finanzas Jacob Miller, joder. –El señor Jacob la atenderá.
-Muchas gracias. –dije una vez que abrió la puerta para mí.
Entré a la oficina y me obligué mentalmente a no abrir la boca por la sorpresa, el lugar estaba decorado con muebles de cuero n***o, una mesa para dos personas muy bien ubicada en una esquina, una lámpara de cristal en el techo, incluso tenía un espacio donde podía jugar mini golf, ¡madre santa! ¿Qué clase de empresa es esta?
-Buenas tardes, señorita Pinedo. –y como si se tratara de una película, un hombre hizo gira su silla que segundos antes tenía vista a la ciudad, ¿ese iba a ser mi jefe? Fácilmente podría ser una estrella de cine, piel pálida, cabello castaño muy bien peinado, ojos avellana y una barba que lo hacía ver extremadamente sexy. Aclaré mi garganta, en un intento por esfumar mis pensamientos.
-Buenas tardes, vengo por la entrevista. –el hombre con semblante serio se levantó de su asiento y se abotonó su impecable traje n***o, yo aún seguía de pie y para ser sincera, mis rodillas ya comenzaban a temblar.
-Eso lo sé. –dijo dándome una rápida mirada. –Ahora no tengo tiempo para entrevistas, el trabajo es suyo.