PENÉLOPE Lo vi. Mis ojos no lo podían creer. Me negaba a aceptarlo. La respiración se fue haciendo más densa a medida que iba avanzando. No sabía qué esperar de toda esta situación. ¿Qué estaba pasando?. Mis piernas temblaban a cada paso que obligaba darme hacia delante. Sin perder de vista al hombre que yacía en cama. Tenía el reporte médico en mis manos que había tomado de una mesa de que estaba al inicio de la habitación. Tenía el monitor de signos vitales pegado a su cuerpo, así como el suero con medicamentos y otras cosas que estaban ayudándo a mantenerlo. Me acerqué a él. A comparación del Ulises falso no tenía rastro de cicatrices por cirugía ni nada por el estilo. ¿Qué le había pasado?. Estaba completamente dormido y la sensación de que en cualquier momento pudiera despertar