PENÉLOPE Nunca había sentido tanta adrenalina en mi vida como en ese momento en que estaba amenazando al hombre que tenía frente a mí con un cuchillo en su abdomen. Nunca pensé que alguna vez pudiera ser capaz de herir a alguien, sobre todo estar envuelta en una situación como en la que estaba en este momento, pero muchas veces sobrevivir te hacía hacer locuras impensables como en ese momento poder cometer un crímen de esa magnitud. Mis manos sudaban al tacto con el cuchillo que sostenía. Mi respiración pesaba por el temor en la sangre y esa necesidad por sobrevivir. Ulises falso abrió los ojos un tanto desorbitados por la sorpresa con la que se había enfrentado. — ¿De qué estás hablando Penny? —preguntó Ulises en apenas un susurro. No me dejó de ver a los ojos en ningún momento.