ULISES
Desde la noche pasada Penélope y yo nos habíamos acercado de una manera más íntima. No fue el s*x*o en sí. Había algo más que lo pude sentir desde el primer momento en que me encontré con ella.
Habíamos iniciado como algo salvaje, y habíamos terminado de una manera tan peculiar. Nunca me había desvivido por complacer tanto a una mujer como ella. Había estado mal volverme a acostar con ella, pero era algo que no podía evitar. No quería pensar en el regaño que Alana me iba a dar por meter la pata de nuevo.
Ese día solo quería disfrutar un poco más de tiempo con ella. Me quería olvidar de todos mis problemas, y conocer mejor a la bruja que tenía a mi lado. Para mi sorpresa ese día nos llevamos mejor que nunca. Habíamos tomado nuestros alimentos juntos e incluso habíamos visto una
