04.

1713 Words
Al entrar a la enorme estética, no pude dejar de mirar a la hermosa escultura de cristal que tenían de Marilyn Monroe, imponente e icónica, me encanta ese toque elegante y clásico del lugar Una joven esbelta y muy guapa se acerca a nosotros, su mirada va de Ares hacia mí. Me da una mirada desaprobatoria. —¡Ares, querido! —saluda la joven, dándole un sonoro beso en la mejilla—, ¿Y tú eres? —pregunta en mi dirección al separarse, le doy una sonrisa genuina y ella me devuelve una media. —Amy, ella es Ellen, mi novia—me presenta y le doy un asentimiento, ella me mira con sorpresa. —¿Novia? ¿Del gran Ares? Debes sentirte afortunada, cariño—responde en mi dirección y le doy una sonrisa tímida. —, Claro que no pareces ser del tipo de chica que volvería loco a un empresario. Pero tienes lo tuyo. —su comentario me dolió, pero fingiré que no la oí. —Si bueno, necesito que le cambies el look a mi novia—responde Ares acentuando “mi novia”, lo cual hace que se remueva incomoda la joven dependienta, le doy una mirada agradecida. —, Quiero que la dejes irreconocible. —Sera todo un honor—responde la víbora con una sonrisa. —, ¿Servicio completo? —Si, quiero el servicio premium. —responde y ella lo mira con los ojos muy abiertos. ¿Qué significa eso? ¿Servicio premium? —Volveré por ti, en un par de horas—avisa en mi dirección besando la comisura de mis labios, me tenso por su cercanía. No me acostumbro aun a sus muestras de cariño en público. —Está bien, ve con cuidado—respondo dándole una sonrisa tierna. ¿Es en serio Ell? ¿Ve con cuidado? ¿Que somos dos ancianos? Debía mejorar mis respuestas hacia mi “novio”. Tenía que ser más convincente, actuar, así como Ares. Ares se marchó y la chica me guio hasta una silla giratoria que se encontraba frente a un enorme espejo. Estaba muy nerviosa y la actitud de la estilista conmigo, no ayudaba en lo absoluto a relajarme. ¿Cómo podía confiar en que no em haría algo horrible en mi cabello? ¡Me odiaba solo por ser la novia de Ares! Respire profundo y decidí dejar que todo siguiera su curso. —Lo siento, ¿vale? —se disculpa la chica y la miro con asombro—, Es solo que, Ares me gustaba mucho hace un tiempo. Pero siempre me rechazaba, alegaba que quería seguir soltero para poder estar con cual quisiese. —Créeme que lo sé, Ares y yo somos mejores amigos desde hace tiempo… Nuestra relación surgió de una manera fugaz, ninguno la esperaba. —comento y ella asiente, la logre convencer, no podía creerlo. —Eres afortunada, se ve que lo traes a tus pies—comenta divertida y me carcajeo sincera, ¿Ares loco por mí? Ni en mis mejores sueños, si no logro que un hombre como Zack se fije en mí, mucho menos lo lograría en alguien como Ares, apuesto, inteligente, empático, extrovertido y exitoso. Claramente no sería su tipo nunca. —, Tienes un cabello hermoso, ¿alguna vez lo has decolorado? —Nunca, siempre lo he traído igual. Digo todas las chicas en el instituto se lo teñían de colores y yo no—respondo con pesar, nunca fui atrevida como ellas, siempre me dio igual. —¿Te gustaría un cambio radical? Digo tu tez es preciosa, eres muy blanca, por lo cual te quedaría cualquier color de cabello—responde sincera, me gusta que haya cambiado su actitud. Me hace sentir hermosa, a pesar que no lo soy tanto como ella. —¡Me encantaría! ¿Qué tienes en mente? —pregunto emocionada, todo esto me hace ilusión. —Tu base natural es muy clara, podemos sacarle provecho—responde—, ¿Qué opinas de un tono naranja cobrizo? Haría juego con tus pecas naturales. —¿No crees que es muy atrevido? —pregunto temerosa, me doy una mirada en el espejo. Mi cabello es rubio medio, mis ojos son de un verde oscuro, mi piel es pálida y sin color, soy delgada, con pocas curvas. ¿Cómo pasaría de esto a una pelirroja? —¡Para nada! Eres bonita, Ellen. Solo que no sabes arreglarte para sacarle provecho a lo que ya tienes—avisa, asiento con una sonrisa. —, Déjame encargarme de todo. Asiento quedamente y ella comienza a prepararse, coloca una capa negra sobre mis hombros y la ata debajo de mi cuello. Coloca un poco de aceite de lavanda en el inicio de mi cabello para proteger mi piel de los químicos que usara, se coloca los guantes y vierte un liquido blanco espeso en una taza, con una brocha la revuelve y agrega un polvo azul. Me peina dividendo mi cabello en varios mechones y comienza a aplicarme toda la mezcla por el cabello. La envuelve con papel aluminio y me pide esperar cuarenta minutos, siento que me quema la cabeza y la siento caliente. Son síntomas comunes según me dice la estilista y asiento, después de todo yo no soy la experta. Se termina el tiempo y me retira la cobertura de papel aluminio, me lleva al lavabo y me enjuaga el cabello. Se siente tan relajante que comienza a darme sueño, escucho la secadora y veo mi cabello totalmente blanco, según Amy, creo que es el nombre de la estilista, dice que mi cabello llego al punto máximo de decoloración, lo que facilita su trabajo y dará un mejor acabado. Sonrió contenta, repite el mismo proceso anterior, solo que esta vez vierte una crema de color naranja cobrizo y un poco de rojo intenso, me siento nerviosa al ver como lo coloca en mi cabello por mechones. Toda mi cabeza esta naranja, siento que pareceré una zanahoria. Después de treinta minutos, vuelve a lavar mi cabello, lo seca y alisa. Para finalmente hacerle unas ondas gruesas y dejarme totalmente anonadada, me miro en el espejo y no puedo creer que sea yo. Me quedo increíble, parezco la princesa de Disney Mérida en valiente. —¿Y? ¿Te gusta? —pregunta Amy, mirándome con sus ojos brillosos—, Nunca me había salido tan bien un cambio de color. —¡Me encanta! Me siento diferente, mucho mas atrevida. —respondo segura y ella se ríe. —Es el poder femenino, todas nos sentimos indestructibles cuando llevamos arreglado nuestro cabello y uñas—responde y asiento efusivamente. —Nunca había pisado un salón de belleza antes de hoy—respondo encogiendo mis hombros—, Pero ahora entiendo porque las mujeres son adictas a estos lugares. —Y eso que aun no terminamos—responde satisfecha—, ¿Sabes maquillarte? —pregunta y niego con la cabeza. —Solo uso labial transparente y rímel—respondo. —¿Qué? ¡Eso es un pecado! No te preocupes, te enseñare todo lo básico que debes saber—responde mientras me lleva a otra sección del salón. La tarde se paso entre risas y muchos tips de belleza, Amy era una chica increíble. Tenia un pasado muy duro, pero era admirable como a sus cortos 25 años era dueña del salón de belleza mas cotizado de la ciudad. Tenia varias empleadas y ellas atendían a las demás clientes, quiso atenderme personalmente ella por la curiosidad que le genero el hecho de que Ares le hiciera una reserva. Habíamos compaginado a pesar de que al inicio parecimos chocar, me enseño como maquillarme acorde a mis rasgos y tipo de rostro, también a peinarme y verme siempre bonita sin mucho arreglo. Una de sus trabajadoras, me había arreglado las uñas de manos y pies. Era cierto lo que dijo con anterioridad, me siento indestructible. —Ahora, sígueme—pidió al verme admirar mis uñas. —¿Falta más? —pregunto con asombro. —Te enseñare los principios básicos de moda, combinaciones y esas cosas—responde—, Ya no tenemos mucho tiempo, en cualquier momento llegara tu novio—aviso. Asentí y me tomo del brazo llevándome a la ultima sesión, la boutique. Comenzó a buscar prendas de ropa por todos los estantes y colgadores, mientras yo me senté en un taburete. Luego de unos minutos, me indico que entrara en el probador y me comenzó a vestir. Como había prometido, me enseño todo lo necesario para aprender a combinar prendas. No imaginaba la fortuna que cobraba esta mujer por todos sus conocimientos, no sabia tampoco como le pagaría, pero eso era lo menos importante. —¡Lista! Ahora si estas completa—responde aplaudiendo Amy, mientras me observa con triunfo. —¡Wow! ¿Esta soy yo? —pregunto con sorpresa al mirarme al espejo. El maquillaje muy bien hecho, hacia juego con mi vestimenta. Llevaba puesta una falda suelta de pliegues a los lados, hasta la rodilla en color n***o, una blusa ceñida al cuerpo en color blanco y unos tacones del mismo color. Me veía como una chica con clase, elegante y sutil, pero muy sexy. Mi cabello lograba resaltar de una manera increíble, el maquillaje era suave, sencillo pero bonito. Estaba magnifica, no podía creerlo. Un cambio de look tan radical. —¿Amy? ¿Dónde esta Ellen? —escuche la voz de Ares, a las espaldas de Amy. Me gire enfrentándolo y su rostro era un poema, su boca se entreabrió por la sorpresa. Luego una sonrisa surco sus labios y revolvió su cabello, estaba nervioso. —Ell, estas…¡Wow! —Hola, ¿Te gusta? —pregunto con timidez, no sabia que decir. —¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! ¡Quedaste fantástica! —responde mirándome asombrado aun—, Siempre has sido hermosa, Ellen. Pero ahora luces, perfecta. —Gracias—respondí sonrojándome y ocultando un mechón de cabello tras mi oreja. —Yo, traeré la cuenta—avisa Amy, yéndose y dejándonos a solas. —¿Crees que le guste a Zack? —pregunto en voz baja a Ares, su rostro cambia, me mira con pena, pero asiente.  
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