—¿Qué secretos tienes Keres?— ¿Por qué inventas una historia asi?.
—¿Qué secretos tienes Elijah?.
—Me creerías si te dijera que quiero…
—Que quieres…
—Que quiero ser el único hombre en tu vida.— le confieso, quiero hacerla feliz…
—No soy una mujer de compromiso.
—Te aseguro que sí— me acerco a ella y puedo sentir como rozan nuestros labios.
—El amor no existe, existe la pasión, la lujuria, la locura, pero el amor solo es un mito.
—Dame una oportunidad…— por ti puedo rogarte de rodillas.
—No, a esta Keres no le interesan los hombres que secuestran y tratan mal a las mujeres.
Esta Keres… Realmente es ella, recuerdo cuando identificaba con quién estaba, Ana o Keres incluso me recuerda cuando se refería a ella misma, esa frase tan característica, esta Keres…
Actuar como actúe hace unos momentos ponen en peligro lo que quiero lograr, quiero una oportunidad, no quiero ni volveré a tratarla mal, quiero darle todo.
—Me debes los 5 millones, que sean 7, ya que dañaste mi coche, mi celular y mis zapatillas que valen solas dos millones.
—Te doy 10, si me das una oportunidad.— por favor.
—Tienes razón, mi coche vale más de un millón, que sean 10.
—Vamos dame una oportunidad.
—No me gustas— me dice —Tienes una cara que destroza la vida de las personas, tu carácter puede ser un peligro para mí.
En el pasado te daría la razón, pero actualmente no soy así, jamás repetiré lo que hice, solo quiero amarte y hacerte feliz, quiero gritarle y hacer la mía.
—Eso no lo sabes— cambié.
—Soy una mujer que ama ser libre, una que no le gusta que la controlen, una que si se le antoja coger con el mesero lo hace y si viene un policía a detenernos se quedará a coger con nosotros y tu Elijah no eres así, eres posesivo y celoso.
—Está conmigo y te darás cuenta de que no es asi.— es asi, lo soy.
—Apenas te conocí y mira todo lo que pasó, además quieres estar conmigo por mi nombre.
—Eso no …— suena mi celular en un mal momento.
—Contesta, eres un hombre importante.
—No, estoy contigo.
—No es que me vaya a ir.
—Regreso en un segundo, será rápido.
Me voy al despacho a tomar la llamada, es el detective que contrate cuando me subí a su coche, me dará la información que tiene de Keres hasta ahora, tengo que confirmar que todo lo que ella dijo es mentira.
Y si resulta así, quiero decirle a ella que me arrepiento, que la amo y que nunca se aleje de mí y tal vez preguntarle por qué actúa como si no me conociera.
—Habla.
—Tengo la información que buscaba.
—¿Qué es lo que tiene?.
—La información que conseguí fue un poco difícil de encontrar, pero encontramos y corroboramos las cosas que escuchamos, sus padres murieron jóvenes, antes de eso se llamaba Micaela Thompson e hizo que la llamaran Keres.
Sus padres cambiaron el nombre por darle gusto a su hija, ambos eran médicos de alto nivel, la señorita Thompson heredero a su corta edad la herencia de sus padres, así como el dinero de su seguro de vida juntando más de 30 millones.
Desde la muerte de sus padres, su calificación bajaron, pero logro graduarse de la preparatoria, debido a eso no pudo entrar a la universidad o al menos eso dice la información que encontré.
De ahí tiene muchos huecos su información, pero fue encarcelada por tener intimidad en la vía pública.
—¿Qué espacios?.
—Desapariciones, su cirugía es real, se sometió a una cirugía y duró aproximadamente un año en coma, con una poca esperanza de vida, volvió a desaparecer del sistema y apareció actualmente teniendo una organización bien hecha.
—¿Puedes averiguar los espacios vacíos?.
—Puedo intentarlo, lo raro es qué la señorita Thompson dice la información y es la misma que encontramos.
—¿Qué quieres decir?.
—Creo que tiene información oculta, no encontramos más información, solo corroboramos lo que ella dijo.
—Entonces dices que liberó la información necesaria de ella.
—Así es.
—¿Qué más encontraste?.
—Tiene una larga fila de parejas sexuales, no se sabe si tiene pareja en estos momentos, pero no sé, tiene “Novios”.
—Entiendo.
—Suele pasar mucho tiempo en su departamento cuando no trabaja, no sale a fiestas seguido, salvó sus eventos.
—¿Existe una posibilidad de que sea la Keres que mencioné?— di que sí.
—A pesar de los huecos, su información parece verídica, confirmamos algunos antecedentes como compañeros de la preparatoria, infancia, así que no, no es la persona que mencionó.
—Pero los huecos, no puede ser ella.
—No lo creó, seguiré investigando.
—Háblame cuando consigas más información.
—Le envié la información recabada de ella a su correo.
Corto la llamada.
Cuando bajo, mi mirada va al comedor donde la deje, pero no está, bajo las escaleras corriendo y quien me recibe es el maldito de Ben con un golpe en la cara.
—¿¡Qué mierda te pasa!?— lo empujo —¿Qué haces en mi casa?.
—¡Nos dijiste que estaba muerta!— me reclama —Lloramos su partida.
Me paro frente a él.
—¡Vienes a mi puta casa y me golpeas!— le grito en la cara —¿¡Donde está Keres!?.
—Keres— da un paso para atrás —Ella corrió confundida, ¿Qué mierda le hiciste? ¿Por qué no recuerda nada?.
—¿¡Que!?— mierda, mierda —¡Tabita!— le grito.
—¿¡Que le hiciste!?.
—Ella no es la persona que conoces.— le digo —¿Hace cuanto se fue?.
—Cinco, diez minutos.
Me voy con mi grupo de guardaespaldas y los mando a buscarla, no está lejos, no tiene nada con ella, Tabita parece que desapareció, no contesta ¿Estará con ella?, no imposible, ella me dijo que la dejara, que tal vez se parecía, pero no era ella.
—De la información que la mandaste, ¿Tiene alguna propiedad cerca de aquí?— le pregunto al detective.
—Asi es, una a unas cuadras, le mandaré la ubicación exacta.
Está ahí, estoy seguro, corro a mi camioneta y mis guardias también.
—¿La encontraste? ¿Dónde está?— me dice el estúpido.
Lo ignoro y el chofer arranca a la dirección que le di, en menos de un minuto llego, mis guardias se ponen en fila para evitar que huya.
—¡KERES!— grito cuando entro a la casa.
—¿¡Es él!?— pregunta una mujer.
—Sí.
Se pone de tras de ella, como si fuera alguien importante para ella y esta la protege, como si protegiera a un niño y alguien le quiere hacer daño, ¿Asi es como me ve?, Como el malo que le quiere hacer daño.
—¿Por qué te fuiste asi? Sabes lo asustado que estaba.
—Lárgate de aquí, vete antes de que le hable a la policía.— me dice la mujer.
—Yo soy policía— este maldito me siguió.
—¿¡Qué mierda haces aquí!?.
—No, tú eres el loco que piensa que reviví, no tengo idea de quién mierda eres, llegas, me reclamas y me abrazas— le dice Keres y me suelto riendo. —Y tú— me señala —Eres un psicópata de mierda que me secuestro, daño mi auto y mi celular, que se cree que puede hacer lo que le plazca.— nos mira a los dos con odio.
—Es que puedo hacer lo que me venga en gana, Keres.
—¡Váyanse de mi puta casa!—grita.
—Ya la escucharon— dice su amiga —Mis abogados se pondrá en contacto contigo.— me señala.
—Keres, no sé qué te hizo— Ben me voltea a ver —Pero tienes familia, tienes una madre y dos hermanas que te aman.
—¡Ni mierda!— le grito a Ben —No vengas con tus cuentos baratos, ¿Familia?, la puta familia de la que hablas la vendió.
—¿Eso es lo que te dijo?— le dice Ben a Keres y ella solo nos mira —También te dijo que él fue el que te compro y que…
Keres grita con todas sus fuerzas callándonos a todos.
—¡Les juro que si no se van…!— se queda callada.
—¿Keres?— le dice su amiga —¡Keres!.
—¿Qué pasa?— preguntamos Ben y yo al mismo tiempo.
—Sostenme— le dice Keres a su amiga al mismo tiempo que hacemos la pregunta.
—Oh, mierda— dice su amiga y la agarra para no caerse —Mierda, mierda, mierda.
Comienza a tomarle sus signos vitales, mis recuerdos pasan a las veces que perdía el control y terminaba inconsciente, por medicamento o ella misma, sin pensarlo empujo a su amiga y la levanto en mis brazos.
Es tan liviana, su cuerpo es tan cálido y delicado.
—¿¡Que crees que haces!?— me grita su amiga.
—La llevo a mi casa— le contesto —Llama al médico— le indico a mi guardia.
—¡Yo soy su médico!— me grita y me detengo —Ahora ponla en mi carro que me la llevaré.
—Ni siquiera sabes lo que tiene.
—La he tratado por mucho tiempo— se defiende.
—Trátala en su casa— dice Ben algo sensato —¿Tienes tu material?, estoy seguro, esta casa no tiene nada y en lo que la llevas puede tardar.
—¡Bien! Te sigo.— dice su amiga molesta.
Subo a Keres y después me subo, la amiga de Keres se sube a su carro y Ben, Ben no importa.
En menos de unos minutos llegamos, nos bajamos todos corriendo y la llevo a mi habitación, su amiga me sigue con un maletín bastante grande.
—¿Qué es lo que tiene?— le pregunto y esta me ignora —Hey te estoy hablando.
—Soy la doctora Larsson— me dice y saca su celular —Mila, ¿Keres?.
No sé qué le dice la otra persona con la que habla, pero esta saca de inmediato una ampolleta, conozco su botella Xinei.
—El Xinei la puede matar.— le digo sin pensarlo
—Lo sé— me contesta la doctora.
«Lo sé»
—¿Entonces porque se lo pones?.
—No es, Xinei.
—Conozco el envase.
—Soy médica, sé lo que estoy haciendo.
Cuando me acerco a quitarle la jeringa, la aguja ya había salido de su vena, me quedo pasmado esperando lo peor, esperando a que sus oídos, boca y nariz, sangre, pero nada, ¿No es ella?.
—Necesito algo para colgar el suero.
—¿Por qué no le paso nada?— pregunta Ben —Ella…
—Usa esto— lo interrumpo y le entrego, él porta suero.
—Cuélgalo.
Me entrega la intravenosa y no pierdo el tiempo.
—Miren, no sé si piensan que ella es la persona que buscan, pero con toda seguridad les puedo decir que no es, todo este numerito de dime y diretes, el secuestro e interrumpirla cuando coge no les importa.
Lo que tú hiciste fue terrible y podrías terminar en la cárcel, por eso— me dice —Desde hace años ella no tenía una recaída en su salud, sus venas se dilataron tanto que ni con vomitar es suficiente. Asi que cuando ella despierte, nos iremos y no los quiero ver cerca de ella.
—Ni siquiera le tomaste una resonancia, para saber eso— le digo molesto.
—Soy neurocirujana, llevo años con su caso y cuidándola cuando pasa algo asi, conozco sus síntomas, sé cómo tratarla y que darle.
—¿Por qué ella está asi?— pregunta Ben.
—Tuvo una cirugía, se le extirpó un tumor en una zona delicada, actividades como correr, someterse a situaciones de secuestro, choques y esto que tienen, hacen que dos arterias se dilaten, su cuerpo reacciona por instinto a vómito.
Pero cuando es más de lo que puede, cae inconsciente y necesita tratamiento por intravenosa, un medicamento especial que no es Xinei— aclara.
—¿Pero se recupera?— pregunta Ben.
—Lo hace, solamente una vez paso eso asi que no tiene mucho antecedente.
—¿Investigaron? Puedo pagar el mejor tratamiento para ella, con los mejores cirujanos.— le digo de inmediato.
—¿Es estúpido?— me dice, no puedo creer que me diga eso a mí —Ella tiene el mejor tratamiento y no necesita que un…— me mira y me siento ofendido. —Ella paga su propio tratamiento, con la mejor neurocirujana— saca un aparato raro —Tengo todo lo que pasa en su cerebro monitoreado, con tecnología que ni siquiera usted puede acceder.
Tal vez soy un estúpido y sigo cometiendo estupideces, hablando de más y callando lo importante, dejando que piensen que todo puedo arreglar con el dinero.
Si solo supieran que sé que el dinero no puede traer de vuelta la vida de alguien, que asi sea el más rico del mundo, no puedo revivir a la mujer que amo con mi vida, que no me puede llevar al pasado para salvarla de todo ese caos.
Claro que sé que el dinero no puede arreglar nada…