Gritar aquella noche sirvió tanto que obtuve como respuesta un golpe, que termino noqueándome, Elijah me ha mantenido encerrada en una habitación, no es tan mejor como las de la cárcel, pero de perdido podía seguir aquella rutina que lleve estos últimos años.
La luz se filtra por la ventana y mi cuerpo forma una sombra que uso como espejo para cepillar mi cabello, lo peino con mis dedos y tejo una trenza lo más rápido que puedo.
Cuando termino me estiro sobre todo los brazos después de hacerme la trenza me quedan cansados, acomodo mi cama después de que me estiro, me pongo el pantalón y después la blusa, que lave y me acuesto en el piso para relajar mi espalda.
Una vez leí en un libro que en ciertos países de Asia duermen en camas hechas de piedra, si colocan algunas colchas o sabanas sobre ellas, pero al fin de cuentas sigue siendo una cama de piedra, lo cierto es que esto tiene beneficios y cualquier cosa que me beneficie a mí me parece bien.
Beneficios ayuda a controlar el insomnio, cansancio crónico, estrés, problemas de circulación y no sé qué otras cosas decía, aunque las camas de piedras actuales tienen calefacción ¿Será por eso que ayuda?.
La puerta de mi nueva celda se abre, pero no volteo, sigo mirando al techo, no van a venir a interrumpir mi rutina y menos en la que más me beneficia, el estrés es malo y si quiero morir no será por él ni con él.
—¿Cuánto tiempo más vas a estar asi?— me pregunta y lo ignoro como siempre. —¿No te vas a disculpar conmigo? Hazlo y te sacaré de aquí.
—Ni mierda que me disculpo— le contesto.
—¿Quieres estar otra semana sin comer? Porque a eso es lo que vas si sigues con tus tonterías.
—¿Me vas a decir si tu esposa planeo que estuviera en la cárcel?— le pregunto.
—No.
—Cierra la puerta sin hacer ruido, entonces.
Su mirada sigue en mí, pero soy buena ignorando, se cierra la puerta con un fuerte golpe, cosa que no me sorprende, lo que me sorprende es que la vuelva a abrir.
—Yo no sé qué mierda estás pensando, pero te aseguro que el que manda aquí soy yo.
—Jódete— le digo y muestro el dedo del medio.
—¡Que se joda tu madre que yo no!.
—Amén, que los cielos te escuchen— contesto.
—Maldita desquiciada.
—¡Psicópata de mierda!— le grito fuerte y claro.
—Harto, estoy harto de ti.
—Mátame entonces.
Se agacha y me carga sobre su hombro, como un costal de papas.
—¡Bájame!— le grito —Bájame maldito, bájame que estoy en mi hora beneficiosa.
—Beneficiosa ni mierda, no haces más que peinarte, acomodar tu cama, cambiarte y tirarte en el piso por horas.
—Ah, mira, tan parecido en la cárcel, también tienes cámaras, pero asi has de estar loquito que se entretiene mirando a su víctima.
—Tú no eres ninguna víctima…
—Tu esposa planeo mandarme a la cárcel, por su culpa, viví torturas, compraste a Ana, me golpeas, me tienes secuestrada, pero no soy una víctima según tú, ah y no olvidemos que un pedófilo me compro y me amenaza con la comida.
—¡Que no soy un pedófilo!— me grita al mismo tiempo que me tira a la cama.
—¡Tenía diecisiete!— le grito.
—A punto de cumplir dieciocho.
—Si como no.
—¡Keres!— me grita
—¡Elijah!— le grito igual —Yo también puedo gritar y más fuerte que tú.
—Esta va a ser tu habitación— me dice derrotado —La televisión que querías— la señala —Computadora, celular— los señala.
—¿Por qué?.
—Como que porque, no sabes decir, gracias.
—¿Por qué me estás dando estas cosas? ¿Qué quieres a cambio? ¿Cuál es el truco?.
—¿No me las pediste?.
—Lo hice pero…
—Pero, no pensabas que te las iba a compras, te compraría el mundo si es lo que me pidieras.
—Entonces… déjame ser libre y si eso no funciona mátame, eso es lo que más quiero.
—No, te dije, eres mía y si digo que vivas vives.
—Frases del típico machista.
—Lo que quiero es que no vuelvas a preguntar sobre el tema que hablo la loca del sótano, que no me digas pedófilo, tu madre me engaño haciéndome creer que ese día cumplías la mayoría de edad.
—Pero aun asi me compraste de diecisiete.— le contesto
—Podré ver lo que buscas en tu laptop y celular— me contesta cambiando de tema. —Has lo que te digo y…
—Quería verme, señor— dice una de las mujeres que tiene.
Este la mira y se va a la puerta a hablar con ella, me levanto de la cama y empiezo a mirar las cosas que están en mi habitación, cosas que la mayoría me habían gustado, las paredes son de azul hielo, unas letras con mi nombre.
El olor de comida lleno la habitación haciendo que me dé hambre después de mucho tiempo, estoy segura de que si el aroma a comida no estuviera, nunca hubiera tenido hambre y tal vez moriría.
Seguí mirando y encontré varios pares de puertas, pero las que más llamaron mi atención eran las puertas dobles que se encontraban frente a la cama, fácil abrirlas, no tenían llave.
—¡Porque hay otra habitación aquí!— grite y la mujer grito sorprendida.
—¡Largo!— le grito a la mujer.
Esta se fue de inmediato sin contestarle nada, pero ese no era mi problema, mi verdadero problema era que mi baño está conectado al de la otra habitación.
—Nadie te dio permiso para que te movieras— me dice molesto.
—Hago lo que quiero— le contesto —¿Por qué?.
—Esa es mi habitación, aquel es nuestro baño— sonríe satisfecho de verme asi —También compartimos closet.
—¿¡Porque!?— le pregunto.
—Te dije que vigilaría, además eres inestable, no te puedo dejar sola.
—Me diste la habitación de tu esposa— le digo con asco.
—Ahora soy viudo, otra vez— suspira —No, no te di la habitación de mi “Esposa” esta era mi oficina, como dije eres inestable y quiero cuidarte.
—Controlarme, querrás decir.
—¿Por qué todo te lo tomas a mal? ¿Cuál es tu problema?.
—Tengo hambre— le contesto —Eso y que estoy en contra de mi voluntad.
—Date un baño, cámbiate y vamos a comer— me dice.
—No tengo ropa, nos fuimos…
—¿Crees que te dejaría sin ropa? Quién me crees.
—Un…
—No contestes— me advierte —Sígueme.
No me estoy dejando llevar por los lujos o porque tengo cosas que siempre desee, pero me gusta sentir que no me hace falta nada.
Quedo impresionada en cuanto miro el closet, es tan grande que parece un cuarto entero.
—¿Te gusta?— me pregunta.
—No bromeabas cuando decías que compartiríamos closet— le contesto.
—Este es tu lado— señala el lado izquierdo —El derecho es mío, los dé al frente es nuestro, son conjuntos diseñados para combinar cuando tengamos que salir a aún evento.
—Como si eso fuera a suceder.
—La puerta que está de tu lado, también forma parte del closet, hay más ropa, zapatos, joyas, maquillaje, etcétera— me dice ignorando lo que acabo de decir.
—¿Qué es esto?— señalo una mesa en el centro.
—Joyas— pica un botón y la película negra que lo cubría se vuelve transparente. —Tuyas, mías, algunas corbatas, pañuelos, cosas sin sentido.
—Ahh, ya veo— le digo mirando por encima.
Abro la puerta que me dijo y miro más cosas costosas, agarro un par de ropa y me voy al baño, sinceramente esto me hace sentir incómoda, pero como dije antes esa sensación de que no me falta nada me gusta.
Pero el solo hecho de sentirme asi me asusta, porque me da la sensación que en cualquier momento algo malo pasara y me quitara todo dejándome vacía y sola nuevamente.
Dejo que el agua cubra mi cuerpo una vez más antes de salir de la regadera, sin duda fue un baño caliente y relajante, seco mi cuerpo y me cambio, veo una secadora.
—¿Vas a estar vigilándome todo el tiempo?— le pregunto cuando me lo encuentro recargado en la pared.
—Contigo no se sabe.
—Dale con lo mismo— le digo —¿Qué vamos a comer?— le pregunto mientras avanzo.
—Ordene que te prepararan pizza— me dice —¡Espera!— grita de repente.
—¡Dios mío!— grito —Me asustaste.
—Ponte unos zapatos, estás descalza.
—No, gracias— le digo y sigo caminando —Ahora que dices pizza, no sabes una vez. ¡Qué mierda haces bájame!.
—El piso está frío— me lleva hasta mi habitación —Ponte tus pantuflas de perdido.
Me baja y me da unas pantuflas azul cielo que me da vibras de bratz y la familia peluche juntas, miro el celular y lo agarró mientras me las pongo, táctil, pero más moderno al que tenía antes, ¿Se siguen usando las mismas r************* ?.
Pero que dices, si solo fueron cinco largos y tortuosos años en los que estuviste encerrada, siguen siendo las mismas, incluso han de funcionar mejor y tener nuevas características.
Me debato en la posibilidad de abrir y mirar mis antiguas r************* o solo crear unas nuevas, no pienso subir nada, pero al menos puedo ver lo que sea que se suba hoy en día.