Me subo a su camioneta y su chofer nos lleva, no entiendo por qué no puede manejar él, pero son cosas de ricos que no puedo entender.
—Señor chofer, ¿Puede poner música?.
El chofer mira por el retrovisor a Elijah pidiéndole permiso.
—Ponla— le dice —Recuerda su rostro, ella es tu nueva jefa.— le dice serio.
—Señora ¿Qué tipo de música le gustaría?.
—Señora no, dime Keres— le digo sonriendo —Pon una que Elijah no le guste.
—¡Oye!.
Hay un rayo de luz, Que entró por mi ventana y me ha devuelto las ganas.
—Cambie de opinión apaga la música.
—Súbele— le digo al chofer —La que me hace llorar, la que me hace sufrir, pero no paro de amar, porque me hizo sentir que gane la lotería, antes de ella no sabía que alguien podía amarme, así— canto en voz alta.
—No sabía que graznarás.— me dice sonriendo.
—No canto— me rio —¡Elijah!— le digo ofendida.
—Ven— me jala a su lado —Tienes una…
El sonido de unas llantas derrapando y después un golpe, interrumpen lo que sea que me iba a decir, fueron remplazadas por maldiciones y dolor.
—¡Keres!— grita, pero se escucha a lo lejos —Joder Keres, abre los ojos.
¿Los tengo cerrados?.
Un fuerte dolor de cabeza me hace gritar, veo flashes de imágenes que no sé qué es lo que son, pero no me gusta, me provocan miedo.
—¡Haz que pare!— grito —¡Para este maldito dolor de cabeza!.
—¡Llévanos a urgencias!.
—Pero…
—Que nos lleves a urgencias.
—No funciona, estoy atrapado.— dice asustado.
—Maldita sea— maldice —No te muevas, sé que no te puedes mover, pero quédate quieto.
—Maciel, marca a Maciel, está en mi bolso— le digo —¡Rápido!.
El sonido de ambulancias o policías se escuchan en el lugar y aumentan más mi dolor.
—Para, para, para— repito varias veces —¡Para maldita sea!..
—Todo estará bien, escucharon, todo estará bien— nos dice —Maciel ya viene.
—No puedo volverme loca, tienes que ayudarme, ¡Ayúdame Elijah!— le digo y miro el terror en sus ojos —Los fantasmas del pasado están rondando, ¡no se callan, solo duele, duele!.
—Keres, Keres, mierda, Keres no— se calla —¡Ayuda!— grita desesperado.
—Uno, dos, tres, ¡Quítate!— grito —Cuatro, cinco, uno… dos… tres… ¡Quítenme este dolor! ¡Ayúdame!.
—Eres tú— susurra.
—Nada más haz que pare— le suplico —No soporto el dolor, que se callen las sirenas, hacen más doloroso esto.
Abren la puerta y en cuanto me sacan pierdo el conocimiento.
Lo siguiente que veo son luces y ese maldito dolor que tuve el día que desperté y el solo hecho de que regresara tan intenso me da miedo que algo esté mal y el choque solo lo saco a la luz.
—Eso es, despertaste, ¿Tienes dolor?.
—¡KERES!, ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?.
—Yo…
—Tú…
—Tengo miedo— les digo.
—No tienes nada que temer— me dice Maciel —Todo está bien, solo fue el golpe y el pánico.
—No fue solo eso— les digo —Maciel, dolía, igual que el día que desperté.
—¿Es malo?— pregunta Elijah —Revísala de nuevo.
—Cálmate— le dice a Elijah —Es posible que el dolor sea similar, ¿Qué pensabas al no traer el cinturón?.
—Yo no recuerdo, habérmelo quitado.
—Mmm, al momento del choque, tu cabeza se impactó con la ventana y posiblemente con el asiento de al frente, abriendo una herida en tu cien y al inicio de tu cabello del frente, lo que ocasionó un intenso dolor de cabeza; si sumamos el miedo y lo frágil que es tu cerebro fue la mezcla perfecta para que surgiera ese dolor.
—¿Qué dice el dispositivo?.
—Todo normal, tu cuello no tanto, pero tu cerebro está bien, no tienes inflamación, neurológicamente hablando estás bien.
—Vi cosas, imágenes muy rápidas que no pude descifrar.
—Bueno, es posible que el golpe mostrara algunos recuerdos que olvidaste, pero la señal neurológica no era tan fuerte para que tu mente comprendiera aquellas imágenes.
—¿Recuerdas algo?— me pregunta Elijah.
—No, dioses, ¿Cómo está el chofer?— intento sentarme —Joder, qué dolor… ¿Te lastimaste?.
—Nada que una férula no pueda quitar— sonríe —Manuel está bien, afortunadamente sus piernas no se dañaron, solo paso por una cirugía, ya que su hueso se rompió en dos.
—No seas cruel con él y paga todo— le digo —¿Segura que todo está bien?— le pregunto a Maciel —Dolió exactamente igual.
—Estás bien.— me dice —De todas formas te quedarás en observación unos días.
—Ok.
—Tengo más pacientes que atender asi que me voy.
—Te amo— le digo.
—Y yo a ti Kers— me dice y sale del cuarto.
Cierro los ojos y me trato de convencer de que no tengo nada malo, que mis exámenes están bien.
—¿Quién nos chocó?.
—Un hombre que iba apurado porque su hijo estaba en el hospital y su esposa estaba aterrada.
—¿Se encuentra bien?.
—Sí, al parecer, supo que hacer para no recibir un impacto mayor y no lastimarse, lo que ocasionó que Manuel quedara atrapado.
—Su bebe ¿Está bien?.
—Sí.
—¿Ella también?.
—Nada de lo que no se pueda recuperar.
—Qué jodida es la vida.
—Keres, podemos hablar de algo.
—¿Qué es?.
—Cuando chocamos, dijiste cosas que ya había escuchado antes, hace unos años.
—Ok.
—No puedo volverme loca, tienes que ayudarme, los fantasmas del pasado están rondando, ¡no se callan, solo duele, duele!. Uno, dos, tres.— repite las palabras que dije antes.
—¿Y las escuchaste de alguien más?.
—Sí, solo cambiaron un par de cosas, pero eran las mismas, incluso la mirada de terror que tenías era la misma que mire hace unos años.
—Con la Keres que conociste.— le digo.
Y realmente parte de mí quiere saber más de esa persona e incluso quiero creer que puedo ser yo; sin embargo, no quiero que se enteren de que mi historia es falsa, no cuando me costó tanto crearla y hacerla realidad.
—Sí, con ella, solo que su historia es muy triste.
—Oh, lamento eso.
—¿Quieres saberla? No es una historia muy bonita e hice cosas horribles.
—No sé tú, pero estaré un par de, días y entrenos, odió los hospitales.
Me muevo para hacerle un lugar y se siente en la cama, junto conmigo.
—Cuando estaba adolescente me enamore de una joven unos años menor que yo, en ese tiempo mi padre tenía muchos planes para mí, planes que no compartía, pero tenía que hacerle caso, no era de esos padres que daban buenos concejos, era malo y cruel.
—Lo lamento mucho.
—Con el tiempo me di cuenta de que esa joven era hija de una de las trabajadoras, creo que no tuvimos la suerte de nacer con buenos padres— baja la cabeza —Cuando me entere de lo que su madre iba a hacer tuve que interferir.
—¿Aún seguías enamorado de ella?.
—Sí— suspira —Su madre la iba a vender.
—¿Qué madre haría eso a su hija?.
«La tuya» susurro mi mente, llenándome de miedo, yo no recuerdo una madre.
—No puedo entender por qué lo hizo— susurra —Al parecer ninguna de sus dos hermanas era elegible, una era muy pequeña y la otra, bueno, había iniciado con su vida s****l.
—Ella era virgen— le digo y él me dice que sí.
—Y valía más, podían pagar mucho más por ella— maldita mujer —Y sabrá dios donde hubiera parado, asi que la compre, le ofrecí más de lo que le iban a pagar, para mí en ese entonces era la única solución que pude pensar.
—¿Cuánto valía su vida?.
—Un millón por cada dos años, ocho punto, cinco millones.
—Tenía 17, cuando su madre la vendió, tenía 17 cuando la compraste.
—Sí, solo tenía 17 años, su madre me dijo que nunca había conocido el mar, asi que invite a toda su familia a la playa privada que tengo, pero todo se complicó, la conocí, era una joven llena de vida, donde llegara para mí, iluminaba el lugar.
—Supongo que no todo fue para bien.
—No, cuando llegamos a la playa, yo me metí a cerrar unos negocios, pero desapareció, nadie sabía nada de ella, la buscamos por tanto tiempo hasta que la encontré, creí que aún no era demasiado tarde, solo habían pasado cuatro años cuando descubrí que estaba en la cárcel sentenciada a 50 años.
—¿Por qué?.
—Drogas, me llevo un año aproximadamente, sacarla legalmente, no se le procesó como menor de edad, la llevaron directamente a la cárcel, la soltaron un día antes y perdí su rastro, el hombre que conociste era su mejor amigo, él la encontró y al parecer se desmayó y la llevo a mi casa.
—Asi que por eso decía que yo había muerto.
—Cuando la mire, juro que mi corazón se partió en dos, estaba tan delgada, todo su cuerpo lleno de cicatrices, sus muñecas mostraban que intento quitarse la vida, las de su espalda mostraban torturas, habían roto a mi sol.
No supe que tan rota estaba hasta que despertó, esos ojos parecían perdidos, al parecer el FBI, hizo todo lo posible por encontrar al jefe de donde supuestamente trabajaba, ella soportó todo eso por cinco años, nunca supe todo lo que le hicieron, no hablaba mucho.
Pronto descubrí que hicieron algo más que torturarla, un maldito agente abuso de ella— se limpia las lágrimas —Quedo embarazada y le practicaron un mal aborto, en el cual casi pierde la vida y bueno.
—Gracias al mal aborto quedo sin la posibilidad de tener hijos— le digo sorprendida.
—Sí— dice con una tristeza —Sabes, a pesar de que quería que regresara y sonriera, no fui lo suficiente bueno con ella, Ana había desarrollado una nueva personalidad Keres, no actuaba tan rota como Ana pero estaba rota.
Su madre sabia donde estaba todo este tiempo, estuve casado y mi exesposa sabia que siempre ame a Ana, entre las dos planearon todo, juntaron todas la pruebas correspondientes y la metieron a la cárcel, para que no saliera nunca, trabajadores míos ocultaron información y ayudaron.
—¿Cómo murió?.
—Se quitó la vida, yo… yo tuve la culpa, yo terminé de romperla y se disparó, justo aquí— se señala la sien —Frente a mí.
—Necesito que te retires por favor.— le digo es mucho para procesar —No, antes dime ¿Qué hiciste para romperla?.
—Algo que nunca me perdonaré.
—¿Qué hiciste?.
—En un arranque de celos e ira yo abusé de ella, pero créeme que…
—Ya te puedes retirar.
—Keres escúchame.
—Eso hago, eso hice, pero es demasiada información para procesar.
—Me drogaron, al parecer antes de morir mi exesposa se encargó de que yo le hiciera el daño suficiente para que Ana muriera, es un tipo de droga que te mantiene consiente mentalmente, pero también te controla.
—De todos modos necesito que te retires, quiero dormir un rato.
—Regresaré, no pienses mal de mí, no hay día que no me arrepienta de eso.— me dice y se levanta.
Cuando sale, siento que el aire entra a mis pulmones, esas personas están podridas por dentro para hacerle algo asi ¿Qué tan podridos tienen que estar? Cuanta maldad tienen.
¿Qué tan mal puedo estar para creer que yo soy esa persona? Definitivamente, tengo que hacer algo, averiguar más sobre Ana antes y después cuando se volvió Keres.
Y si lo soy, mi venganza empezará más fuerte que nunca y no pararé hasta matar a cada uno de ellos.