En la oficina.

1929 Words
Al siguiente día me dieron de alta, debo confesar que me hice buena amiga del chofer Manuel, el aburrido, yo aburrida, se dio una buena amistad, intente sacarle información si conocía a la exesposa o a Ana, pero él fue contratado un año después de su muerte. —¿Segura que te sientes mejor?. —Si Elijah por quinta vez me siento mejor, no me voy a romper. —Y si tienes dolor de cabeza y no estoy contigo, quédate en mi departamento. —Tengo a una doctora viviendo un piso abajo que se la pasa todo el día en mi casa, además tengo que ir a trabajar, no puedo dejarle todo el trabajo a Mila, tengo un evento para una exposición de arte y es muy importante. —Puedes trabajar en mi oficina. —Eso me gusta— le digo —Pero mi forma de trabajar puede ser un poco ruidosa. —Creo que podré con eso. —Entonces llévame a mi casa, necesito cambiarme. Me sonríe y conduce a mi casa, no puedo dejar de sonreír en todo el camino y me siento estúpida sabiendo todo lo que hizo, pero aquí estoy sonriendo como tonta y aceptando cosas que nunca imagine aceptar. —No sé cómo este mi casa, no he venido en días, asi que si está desordenado ignóralo— le digo mientras entramos, —¿Maciel eres tú?— dice Vero. —Es Keres— le contesto y viene corriendo. —Maciel me…— mira a Elijah —¿Por qué está el aquí?— lo señala. —Hola Verónica. —Elijah— le dice Vero —¿Keres?. —Es mi prometido. —Por el universo que me parió, ¡Estás loca! ¿Sabes cuantas mujeres ha tenido? Sin contar que solo tiene sexo y las desecha como basura. —Es lo mismo que hago yo.— le digo restándole importancia —Espera— la miro —Cogiste con él. —Hace unos años, antes de conocernos y es un hijo de puta. —Ja, como es la vida, tú cogiste con él, yo también, él cogió contigo y yo también. —No puedo creer que estoy escuchando esto— dice Elijah. —Keres coge mucho mejor que tú— le dice a Elijah —En fin, mi agente dice que te recuperes y que lamenta que no puede ir, pero tenía un evento. —A veces lo odio— le digo —Maciel me dijo que andabas en París— le digo mientras camino a mi habitación —Tuve que escuchar, es que la extraño, está en la ciudad del amor sin mí. —Ami, también me peso, planeamos tanto ir juntas, pero su jefe no le dio las vacaciones que le tocaban. —París está sobrevalorado y tiene muchas ratas— Elijah se sienta en el sillón y Vero en la cama —Pero entiendo el punto, todos quieren ir ahí. —Tiene buena ropa— dice —Es un punto a su favor. —Cierto, la moda está a la orden del día— suspiro —¿Y si despido a Maciel y nos vamos de compras?. —Esa es una buena idea, iríamos las tres y no tendría que preocuparme porque se enteren de nuestra relación. —No creo que a Maciel le gustaría perder su trabajo— interviene Elijah. —Shh— le decimos las dos al mismo tiempo. —Me duele admitirlo, pero tu pro… Elijah tiene razón, no tiene necesidad de trabajar, pero mírala siendo esclava de su trabajo. —El burro hablando de orejas— le digo. —Por cierto, llego unos paquetes para ti y una moto, ¿Maciel no estaba en contra?. —Sí— asomo la cabeza —Pero la moneda decidió y nadie desobedece a la moneda. —Esa moneda ha tenido tan buenos planes, la vez del trío— suspira —Eso estuvo muy loco. —Oh, cuando drogamos a tu agente y nos fuimos a aquel lugar. —Esa vez tuve tantos orgasmos. —Estoy lista.— salgo luciendo un vestido rojo y unas zapatillas del mismo tono —Aún no puedo creer que consiguieras ese vestido— se ríe —Te juro que si no amara a Maciel me casaría contigo. —Mujer comprometida— le digo. —Sin anillo en mano, ni anunció, no es compromiso. —Vamos, antes de que Verónica te meta ideas en la mente. —Cierra bien si te vas— le grito mientras salgo. Subimos al elevador y Elijah selecciona en estacionamiento, cierto, estoy comprometida y no tengo anillo. —Eli— le digo cuando se sube a mi carro —¿Por qué no tengo anillo?. —Aún no encuentro el adecuado. —Ok. Miro por la ventana mientras conduce, si se arrepiente de casarse conmigo no voy a poder hacer mi venganza y yo quiero tenerla. Elijah se estaciona en la puerta principal del edificio, se baja y me da la mano para ayudarme a bajar, dioses míos, esa escena parecía cuando Edward y Bella en crepúsculo entraron agarrados de la mano a la escuela, yo era Edward. —Estás disfrutando esto. —Como no tienes idea— le contesto —Soy Edward. —¿Eso me deja a Bella?.— me sorprende que sapa quién es. —Sí, porque a pesar de las advertencias hay vas de terco a estar con esa persona, en ese caso yo. —A veces me pregunto que pasaría si usaras tu conocimiento para otra cosa, qué grandeza tendrías —Me siento insultada.— le digo —Pero lo acepto, no creerás que grandezas he creado y que puedo llegar a hacer, en fin Bella, dirígeme a nuestra oficina. Se suelta riendo y puedo ver como la mirada de impacto cae sobre mí, no puedo sentirme ofendida, me siento alagada de hecho, Elijah se come a algunos con la mirada por solo el hecho de mirarme, ni los cavernícolas hacen eso. Pero, el que lo haga no me desagrada, eso lo hace porque no siente la seguridad de que me tiene para él, en cambio, yo, por más cosas que haga, siempre estará conmigo. —¡Jefe!— me mira la mujer —¿Señora…?. —Ella es…— le doy un golpe en el estómago y la mujer me mira. —Keres— extiendo mi mano —Keres Thompson, soy la del piso de arriba. —Tráenos algo de tomar— le ordena Elijah antes que me conteste. Abre una puerta de las dos que tiene y me hace pasar primero. —¡Hasta que llegas! ¿Cómo es que tu mujer logro amenazar a mi padre?. —Con una pistola y comprando sus empleados— le contesto. —Mierda.— se levanta del sillón donde estaba acostado —Keres, ¿Qué te trae por acá?. —¿Cómo es que apenas le preguntas sobre eso? Ya pasaron días de lo que hice— le digo mientras camino a su alrededor. —No le he contestado y lo mandé a buscar a un artista que aún no encuentra.— dice Elijah. —Te desiste de él, interesante— le digo —¿Por qué mi computadora está en tu mismo escritorio?. —Ya decía yo que esa computadora no iba ahí.—dice Jasón —¿Trabajaras aquí?. —Sí, tu amigo es muy sobre protector y después del choque— le digo —Compartir oficina es el mejor trato que pude conseguir. —¿Qué haces aquí Jasón?— le pregunta Elijah. —El o la artista que queremos no le contesta a su representante y mientras este en proceso creativo no la molesta más, ya van semanas con ese proceso creativo, solo es pintar y ya. —Es difícil el proceso creativo, no juzgues si no eres artistas, es como si dijeran que tu trabajo no tiene ningún valor, no te sentirías bien con eso, asi qué calladito te ves más bonito. —Ya veo como lograste la libertad de mi hermana. —¿Qué artista buscas? Conozco a muchos en el medio, tal vez pueda ayudar. —Eres. —Eres no trabaja con joyería. —Al principio creamos eso— me dice Elijah —Pero analizamos muchas de sus piezas y pienso que sería una buena colaboración. —Sus obras están hechas a base de nudismo y surrealismo— le digo —No encuentro como puede aplicarlo en la joyería. —Sabes de su trabajo ¿La o lo conoces?.— me pregunta Jasón. —Sí, soy la organizadora especial de cada una de sus exposiciones. —Ayúdame, dile que colabore con nosotros, Elijah no acepta un no como respuesta. —Dame la propuesta, haré a que llegue a sus manos. —Ya voy por ella. Se levanta Jasón y sale por la puerta, entra la mujer que supongo que es la secretaria y pone unas copas de vino junto con su botella, me esperaba un té, un café, pero vino. —Necesito trabajar— me levanto del sillón. —Toma un poco de vino— me jala y me sienta en sus piernas. —¿Por qué no me dejas estar sola, pero me das alcohol?— le pregunto. —Porque estaré para cuidarte. —Cuidado con esa mano— le digo cuando sube más. —Oh Keres. Separo un poco más mis piernas y él sube más su mano, esos malditos dedos se siente tan jodidamente bien cuando me toca. —Oh— gimo —Elijah. Me pone sobre el sillón y se postra sobre mí, su cuerpo, su aroma y esos dedos que me tocan, son una maravilla, su boca se estampa con la mía con el intento de callar mis gemidos. Como puedo desabrocho su pantalón, se separa y me mira fijamente, sin dejar de trazar círculos sobre mi clítoris. —Cógeme— le digo. —Vas a acabar conmigo. —Y no de la mejor manera.— le digo. Saca su m*****o, me pone con solo verlo, mueve mi ropa interior a un lado, me mira una última vez y me penetra. Arqueo mi espalda cuando lo siento dentro de mí, mientras él maldice mi nombre. Mis caderas se mueven para encontrar las suyas, tan desesperadamente como él con sus caderas, moviéndolos sin control. Esos movimientos tan llenos de hambre buscándose para saciarnos uno con el otro, esas bocas desesperadas por unirse, esas manos tan desesperadas por tocarse, esa combinación de gemidos, esa conexión entre ambos termina llevándome al límite del placer. Mis manos las meto entre su cabello, mientras lo miro con una sonrisa llena de satisfacción. —Sí, pudiera te tendría todo el tiempo, así— me dice. —¿Ese era tu plan?— le pregunto. —Mentiría que no imagine cogerte en todas partes. —Gracias por el placer— le digo . —No tienes… —Pero debo de trabajar— lo empujo al piso —Necesitaré otra copa de vino. —Me tiene en sus pies mi lady. Me suelto riendo y me siento en la silla que me puso, suspiro cuando veo el montón de trabajo que debo de hacer, animó Keres, tú querías ser una empresaria ahora aguántate. Y comienza la lluvia de llamadas, para cuadrar los detalles, pelear con proveedores, escuchar historias para poder planear el estilo de la fiesta. Trabajar con mercadotecnia para la promoción y el lanzamiento del libro, leer la obra del escritor para asi ofrecerle un contrato personalizado, aportar correcciones sobre algunos puntos y hablar con los abogados para demandar por distribuir piratería.
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