Capítulo45: La herida en mi pecho

1597 Words

—El problema fue quererte, solo debí follarte, no enamorarme—dijo, dando un paso hacia ella. Ginevra no se movió, no retrocedió, no intentó huir. ¿Para qué? No, no servía de nada. Había creído que ese podría ser el hombre de Angelo que tocaba a su puerta para llevársela, no podía creer que era el mismísimo Simone Greco. —Simone…—Los dedos de Simone le acariciaron la mejilla y ella cerró los ojos. Aquellos dedos se deslizaron por su suave piel, llevándose el rastro de las lágrimas, él caminaba a su alrededor sin alejarse de ella, sus dedos en todo momento tocándola—. ¿Qué vas a hacer? —Me gustan tus trenzas, Ginevra. Esta mañana te vi con ellas y…—se detuvo, levantando su otra mano para tocar su vientre y ella se estremeció, no… tembló incontrolablemente al sentir que él tocaba su vien

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