Había pasado días con una ansiedad creciente, las noches eran largas, soñaba, soñaba tanto, soñaba con ella, su cabello largo cayendo por sus hombros, el sonido de ese bebé y la sonrisa de Luna, el peso de esos sueños lo hacían despertar con un peso en el pecho, los ojos húmedos y el corazón agitado, las manos vacías… y terror de haber despertado de ese sueño tan maravilloso. Miraba a su lado, ella seguía sin estar, ni ella… ni sus sueños. Angelo Queen siempre había sido un hombre imponente, capaz de controlar cualquier situación, pero este asunto... este asunto con Ginevra Morello y el bebé que cargaba en su vientre, era diferente. No era solo una cuestión de poder, era personal. Demasiado personal. Y había tomado más tiempo del que estaba dispuesto a aceptar para dar con ella. Ahora