Incredulidad

2108 Words
Rubí no veía a su hermana desde hace un buen tiempo, aprovechando que se encontraría de vacaciones tras haber llevado a cabo su trabajo de una manera exitosa en estados unidos, ahora deseaba encontrar un poco de paz y reposo en un lugar alejado y apartado de todo el mundo en el cual se manejaba constantemente para respirar un poco e intentar olvidarse de Ariel que no encontraba manera de cómo llegar a ubicarlo de nuevo a pesar que a David le interesaba que Rubí volviera a establecer algún tipo de comunicación solo para negocios y de esa manera aprovechar el estatus económico y social que poseía el CEO Ariel, con ello planeaba eliminar los retenes y limitaciones al momento de enviar su mercadería al extranjero así como a nivel nacional. Lo que David Selvanegra deseaba era controlar por completo el territorio nacional, pero para ello era muy necesario establecer ese tipo de amistades o socios, ¡Aunque Ariel no era la persona más indicada para negociar en ese tipo de situaciones en las que involucraba asuntos ilícitos! De cualquier manera, David intentaría ubicar a Ariel y saber exactamente su nacionalidad y procedencia, solo que de momento eso era un tanto imposible que sucediera, a pesar que Ariel tras su fuga a New York ya se encontraba de regreso en el país recibiendo los autos y contratando personal para comenzar los trabajos de modificación de autos deportivos exclusivos de su marca. La particularidad de la hermana de Rubí era que contaba con dos nombres con los cuales se identificaba, se hacía llamar Alejandra para la mafia, pero su verdadero nombre era Brenda, ¡A excepción de David que conocía su nombre, era muy poco probable que alguien más conociera su verdadera identidad! Alejandra como la conocía el mundo de la mafia, se dedicaba especialmente a proveer documentos falsos a personas que necesitaran cambiar su identidad por cualquier circunstancia que se les presentara en la vida, para que lograran salir del país sin ningún inconveniente, contaba con el apoyo de uno de los narcotraficantes ¡Incluso más influyente que David! La diferencia de uno con el otro, era que David era un narcotraficante sanguinario y no le importaba el valor de la familia o de las personas, siendo un personaje atroz y sin corazón al momento de vengarse por adquirir más poder dentro de las regiones establecidas, mientras que el Duque de Manchester, era un narcotraficante del sur del país generoso, ayudaba a la población en general sin importar su e***a o situación económica, era un tipo muy educado que se ganaba el respeto de aquellos que solo alcanzaban a saber de su existencia, contaba con un ejército de hombres valientes y fieles a su organización, lo que colocaba en una de las posiciones más altas dentro del régimen. ¡Eso era precisamente lo que molestaba en sobremanera a David, no contar con la misma popularidad y territorio con el que contaba el Duque de Manchester! por lo que podría decirse literalmente que las dos hermanas trabajaban para la mafia en bandos diferentes y de eso David estaba más que enterado, sin embargo, no se atrevía a involucrarse en esos asuntos familiares ¡Pero Rubí tenía entendido lo que podría suceder si se atrevía a traicionar la confianza de David! Rubí estaba más que segura y no era de las mujeres que faltaran a su palabra y su fidelidad, su agradecimiento se encontraba siempre con David ¡Aun sin saber que David era el verdadero asesino de su padre! Dato que ella ignoraba por completo tras haber engañado a Rubí que el Duque era el responsable de ese lamentable hecho, pero que de igual manera Rubí no actuaba en su contra por ahora y Brenda no llegaba a creer esa versión que David les dio a conocer de niñas, ¡Pero Rubí tampoco encontró un momento apropiado para conocer la verdad de los labios del Duque! Rubí emprendió su viaje hacia el sur del país muy de mañana sin dejar rastro en el departamento donde acostumbraba a quedarse, el dinero que gano en su última misión, acostumbraba a destinar una parte de ese dinero para donarlo a una institución de niños huérfanos, ¡Siempre fue una fiel amante de dar de lo que ganaba a las organizaciones de caridad! Rubí era ostentosa y le encantaba vestir siempre lo mejor, así como manejar motocicletas de marcas reconocidas y de alto valor, pero la tercera parte de su sueldo y ganancias extras ¡Siempre iban dirigidas a instituciones de caridad, especialmente de niños huérfanos! Dentro de esa piel de fuego y dura como el diamante, existía una mujer débil y amorosa que estaba más que dispuesta a entregar la vida por las personas que amaba y que disponía en ayudar, Rubí no solo se estaba consolidando como la princesa de la mafia, sino que también como la mujer en la que se convirtió al no entregar sus sentimientos por dinero. El lugar donde residía su hermana era un tanto retirado, aproximadamente diez horas de camino, pero que de igual manera contaba con quince días de descanso y aunque en la organización necesitaran de su presencia, sus vacaciones eran intocables y tendrían que arreglar cualquier asunto sin ella, ¡Así lo decretaba David! Queriendo en todo momento proteger y cuidar a su princesa de la mafia, porque después de todo siempre le guardaba un cariño y amor especial al no borrar de su mente la manera en que la conoció conservando ese cuadro pintado por Rubí en la pared de su oficina, siempre recordaba que Rubí dibujaba el hambre y la calamidad en la que vivía en ese entonces. David siempre la vio como una hija y no como una trabajadora, por lo mismo es que era sobreprotector y no deseaba que ella sufriera de algún atentado o percance que colocara su vida en riesgo o peligro inminente. ¡Salomón era el único responsable si a ella le sucedía algo en cualquier misión! Salomón era el perro guardián de Rubí y el perro más fiel de David, su mano derecha y sus ojos en cualquier negocio, Salomón parecía ser el que tomaría el control de la organización si a David le provocaran un atentado directo, ¡A menos que Rubí en su momento dejara de ser la princesa y se convirtiera en reina! Por órdenes de David. —Pero ¿Quién estará llamando, a menos que sea mi hermana? —Se preguntó Rubí tras observar la llamada en su teléfono. —¡Hermana! ¿Cómo has estado? Me encuentro en la estación de buses ¿Puedes venir por mí? —¡No te muevas de ahí! Porque ya no resido donde mismo por seguridad, ya mismo iré por ti. —Le respondió con alegría Brenda a Rubí. Brenda no acostumbraba a moverse tanto de lugar, sin embargo había recibido noticias que un grupo de mafiosos infiltrados se encontraban en el lugar y el Duque estaba en ardua batalla para erradicarlos, mientras eso sucedía, ella se mantenía alejada de los negocios y un perfil muy bajo, por lo que Rubí en todo caso no estaba llegando en un buen momento a visitar a su única familia, esa única familia que extrañaba y pensaba en cualquier momento de su vida ¡Máxime cuando se encontraba en peligro! De cualquier manera ahora se encontraba en el lugar y ansiaba encontrarse con ella para conversar y sacar de su corazón ese sentimiento de tristeza que la embargaba por haber perdido a la persona que consideraba su príncipe azul que la sacara de ese cuento de terror que vivía cada día de su vida y la trasladara a un cuento de hadas y fantasía, llegar a ser una verdadera princesa pero del amor a lado de un hombre que expresara su amor incansablemente y le diera esperanzas de vida que alimentaran su deseos por seguir adelante, porque aunque no lo pareciera, pero Rubí llevaba una tristeza en su interior y solo dejaba escapar esos sentimientos cuando realizaba obras de caridad o se entregaba al amor con alguien que se hiciera pasar por la viva esperanza de su existencia. Tras el encuentro entre hermanas, se dirigieron de inmediato hacia la nueva residencia donde contaba con seguridad y nada obvio para las personas que intentaran provocarle daño a Brenda. —¡Es un verdadero placer volver a verte Rubí! ¿Qué te habías hecho todo este tiempo? —Le preguntó con emoción en su rostro. —Sabes perfectamente que me satisface en lo personal, saber que tú estés bien, de momento se podría decir que me mantuve ocupada. —Respondió Rubí sin alterar el ambiente entre ambas. —Me entere que te enviaron a estados unidos por negocios, ¿Espero que ese desgraciado de David no te haya enviado por asuntos personales? —Preguntó con extrema molestia la hermana de Rubí. —Porque según lo que menciono cuando me acerque a preguntar por ti, es que te envió por unos billetes verdes que no se habían reportado, lo que me hizo pensar que de seguro te había enviado por problemas con ese dinero ¿No fue así o sí? Rubí no le ocultaba nada a su hermana, siendo la única que sabía cada secreto de su vida y los deseos más bajos de su alma, sin dejar por fuera los propósitos y sueños que ella misma construía en su mente a futuro, pero le extraño que David no mencionara sobre la visita de su hermana, aunque imagino inmediatamente que esa era la causa por la cual le otorgo el descanso. —¡La verdad mi hermana es que si me envió a realizar dos trabajos sucios! Me toco eliminar al chaparro, un distribuidor que no le pago a David unos cargamentos y estaba dándose la vida con ese dinero, por lo que toco actuar y este fue el resultado. —¿Pero Rubí esa herida se ve grave? ¿Cómo sucedió eso? —Preguntó Brenda con preocupación en su rostro. —¡No te angusties, estoy mucho mejor y no me ha provocado ningún tipo de consecuencias! La herida ya está prácticamente sanada, solo que en estos días de descanso que tendré, desearía que pasáramos un buen tiempo juntas y me ayudes a sanar otras heridas que son más graves, ¡Las del corazón! —¿No me digas que te quedaron secuelas en el corazón? Eso es grave Rubí. —¡No hermana! Me refería más bien a que necesito sacarme del corazón a una persona que no he podido olvidar desde esa noche del enfrentamiento en un bar de Massachusetts que fue el lugar donde resulte herida pero que desde ese día no he vuelto a ver a ese hombre y seguramente también se quedó angustiado por no haber regresado a sus brazos esa noche. Brenda comenzó a sentirse un tanto confundida con las declaraciones de Rubí, por lo que queriendo entender lo sucedido, exclamo. —¿Ya no estoy entiendo nada Rubí? ¿Cómo así que esa noche del atentado ya no regresaste con no sé quién y no sé qué fulano que no has vuelto a ver? ¿Ibas a asuntos de trabajo o de paseo? Porque según lo que estoy escuchando de ti, es que te enamoraste de un hombre y ahora deseas olvidarlo, ¿Cómo fue que lo conociste y bajo qué circunstancias? Explica bien mi hermana porque así nunca te voy a comprender y mucho menos poder ayudar. Rubí comenzó a explicar cómo se dieron las circunstancias con Ariel, no dejo de expresarse de la manera más especial y amorosa posible, ¡No omitió un solo detalle de todo lo vivido con Ariel en Massachusetts, así como en ese hotel de Boston hasta culminar la noche del atentado en el bar donde paso su última noche en brazos de Ariel Montes, lo que dejo más que impactada a su hermana, por la manera en la que se le presento a Rubí todo ese tipo de situaciones, ¡Hasta llegar a exclamar al instante que Rubí termino de hablar! —Pero Rubí ¿Eso más bien pareciera un cuento increíble de creer? ¿Cómo es eso que por casualidad llegaste a estar con Ariel esa misma noche? ¿Pero no supo directamente lo que estabas a punto de hacer esa noche con el chaparro? ¡Mira que pagar ciento cincuenta mil dólares solo por estar contigo esa noche! Me has dejado incrédula Rubí. —Tendrías que conocerlo para creer lo que te he comentado, el problema es que David se enteró y ahora desea conocerlo, ¡No sé qué hacer al respecto Brenda!
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