Mala Paga

2344 Words
Exactamente ese día se encontraba en la entrada de lo que solía ser la vivienda en la que permanecí no más de seis meses más, antes que David me contratara como su artista y como la mucama de su habitación a la que solo mi persona contaba con el acceso durante años, mismos años de los cuales puedo llegar a decir que tuve muchos buenos recuerdos a lo largo del tiempo de mi servicio. Así también tuve acceso a secretos que muy pocas veces David llegaba a revelar a uno de sus más fieles seguidores y trabajadores, siendo este precisamente Salomón González, que desde que tengo memoria, me veía siempre con ojos de deseo y sus intenciones siempre iban más allá de lo que David se lo permitía. Siempre encontraba la manera de encontrarme en unos de los pasillos de la mansión en la que termine de crecer con las mejores comodidades que me ofreció durante mi estadía y proveyéndome siempre el mejor alimento cada día, ¡No hubo un solo día en el que me nuevamente descansara en esa enorme cama sin cenar desde el mismo día que me llevo a su residencia! Ese mismo día en el que mi padre no le dio otro motivo más que hacerse cargo de su miserable condición. Pero recordando ese día específicamente en el que por primera vez mi padre recibió de mi parte el regalo de una buena cena por medio de ese cuadro que hasta hoy en día David conserva como recuerdo, mi padre tras observar detenidamente la situación que estaba por delante de sus ojos, supo que no era prudente de alguna manera el hecho de continuar llevándole la contraria a David y resignarse a lo que tenía para decirle ese día en específico en el cual ¡Por primera vez en mucho tiempo! Me dormiría con el estómago lleno y una enorme sonrisa que me haría despertar más que contenta por haber disfrutado de lo que para mí era más que un banquete. Con un tono más calmado y bajando la mirada, mi padre pronuncio. —¡Lo siento señor, pero las condiciones de nuestras vidas no son precisamente las mejores o las más adecuadas! Por lo que siempre trato la manera de hacerle saber a mi hija que no se involucre en problemas, que no reciba la ayuda de nadie que no conozca, usted sabe que existe cada pervertido en las calles y eso es precisamente lo que evito para mi hija. —¡Entonces deberías de buscar un verdadero trabajo y ofrecer una mejor calidad de vida a tu hija! Así en lugar de sentir miedo en recibir un bocado de pan, sienta alegría que su padre llega a casa con una bolsa de pan y una caja de leche, recibe esto que tu hija se ha ganado y si ella sigue pintando para mí, le seguiré pagando de la misma manera que hoy. Mi padre comenzó a sonreír en ese momento, pero aún no estaba todo dicho de parte de David. —Puede ser que, hasta en algún momento le pueda pagar con dinero en efectivo por su desempeño, pero para evitar que te conviertas en un mantenido e inservible humano, desde mañana trabajaras para mí, si no llegas te harás responsable por esto que hoy he dejado en tu mesa. —¡Si señor! Agradezco su amabilidad. —respondió mi padre con prontitud. Mi padre no supo que más hacer en ese momento que le proporcionaron no solo la oportunidad de su vida de conseguir un verdadero empleo, sino que aparte de ello, le pagarían muy bien por un trabajo que cualquier niño de mi edad en ese entonces lo podría hacer incluso mejor que mi padre, pero la amabilidad de David era grande y eso nunca lo podría llegar a reprochar en lo absoluto, porque se comportó como todo un caballero desde siempre y conservo la paz y la paciencia aun así las cosas no salieran como en ocasiones lo llegaba a planear. Nunca podré olvidar el momento en el cual mi padre después de estar laborando en la empresa que servía como fachada de David, de pronto comenzó a tomar confianza para cambiar ese puesto de trabajo que desempeñaba para convertirlo en un repartidor de su producto especial, mi padre llego a sentirse muy feliz al momento que llegaba a casa con una comida diferente cada día, ¡Eso fue lo único que le agradezco en sobremanera a mi padre! Comenzó a cambiar de alguna forma con nosotros, incluyendo a mi madre, que ya no se escapaba a escondidas para conseguir una bolsa de pan a la otra esquina y cuando llegaban a buscarla para ofrecerle más que eso, ella no aceptaba ese trabajo. A los meses que mi padre se encontraba en una mejor posición con David, nos permitimos la oportunidad y el lujo en ese entonces de mudarnos, ¡Ya no viviríamos en el basurero de láminas y cartón! Mi padre comenzó a ganar más dinero para pagar alquilar de una casa en otro vecindario y ese viejo bario en el cual se salía muerto o a la cárcel, quedaba atrás en mi pasado en pocos meses, entonces llegue a la conclusión que un cuadro viejo y sin sentido alguno ¡Me salvo la vida y no precisamente ese señor llamado David Selvanegra! El problema realmente comenzó a más de unos seis meses que mi padre como repartidor comenzaba a fallar con su trabajo, en una ocasión y mientras me encontraba cerca de mi padre, cuando unos trabajadores de David llegaron a casa para solicitar el dinero del producto que ese día había entregado por la tarde, mi padre salió de casa para explicarles que aparentemente el producto se lo habían robado en un parqueo de la zona comercial y no le dio tiempo de recogerlo por miedo a ser detenido por las autoridades. ¡Mi padre suplico y rogo que le dieran tiempo para pagar ese cargamento que no tenía un precio muy elevado, pero que de igual manera significaba una pérdida para David! Pero lamentablemente ese dinero mi padre se lo quedo ese día y con ello termino por marcharse con otra mujer que se convirtió en su amante, mi madre con un enorme lamento, menciono entre sollozos en la habitación ¡Que mi padre nunca le había sido infiel mientras vivíamos en ese horrible lugar en el que pasábamos frio y hambre! Por lo que termino por maldecir a David y el día en el que lo conocí. Tras un año de estar en esa diferente situación y mi padre habiendo regresado a vivir con nosotros y resuelto el problema al que con mucho descaro se metió en esa ocasión, lo hizo una vez más y continuo repitiendo hasta que David estaba llegando a sus límites, esos en los cuales su intervención era más que necesaria y resolver de una buena vez los problemas que estaba provocando mi padre con los clientes a los cuales debería de entregar el producto y que efectivamente lo entregaba, pero mi padre aducía que lo perdía para no entregar el dinero del mismo. Siempre lo hacía con la mercadería que en su momento llegaba a pagar, pero no siempre llegaba a ser de esa manera, ya que en más de dos ocasiones a mi padre le perdonaron la deuda por el hecho que Salomón González le daba el dinero a mi padre para que lo devolviera y haciéndole prometer que me entregaría cuando cumpliera la edad adecuada para entregarme a sus brazos ¡Algo que en definitiva no iba a suceder por más deudas que mi padre estableciera con ese individuo! Porque en todo caso propicio me entregaría a David y no a ese desgraciado de Salomón. Tras esconderme en la parte trasera de la habitación de David, que daba directamente hacia un túnel que hasta ese momento desconocía el motivo por el cual estaba ese lugar ahí, mi padre fue llamado a la oficina que quedaba continua a su habitación principal, que más bien parecía una casa dentro de otra, pero ese día deseaba escuchar lo que David le decía a mi padre por lo que el mismo estaba provocando con su mal desempeño en el trabajo y corriendo con la mala suerte que lo despidieran y correr con la mala suerte de dejar esa casa cómoda y caliente a la cual hasta ese día conservábamos. Sin duda era mi mayor miedo, pero debía confrontarlo de esa forma, entonces escuche cuando mi padre ingreso a la oficina mencionando y luego David le respondió. —¡Patrón aquí me encuentro! Para qué me ha llamado a su oficina, ¿A qué debo el honor de su amabilidad? —¿Cómo es posible que me sigas mordiendo la mano después de todo lo que te he dado a ti y tu familia? —reaccionó David con enojo y alterado en ese instante, a lo que continúo exclamando en contra de mi padre. —Mis reportes me siguen anunciando que eres el único que, durante seis meses consecutivos, siempre reporta la falta de un paquete de mi producto, ¿cómo es posible que siempre lo llegas a reportar como extraviado o que no iba dentro de lo que te encomiendan? Eso no es posible y nunca lo será, es cierto que en ocasiones has pagado el valor del mismo, pero entonces surge mi duda, ¿De dónde demonios has sacado el dinero para pagarme ese producto, si solo un paquete tiene el precio de seis meses de tu sueldo? El terror en mi padre se escuchaba a cientos de kilómetros, pero aun así el descaro de su parte no se detuvo ahí. —¡En verdad lo siento patrón, pero, así como lo he reportado así es como ha sucedido! Si he tenido para pagar eso, es porque estoy endeudado hasta el cuello con Salomón González, quien se ha convertido en mi salvador al tenderme la mano, porque sabe que es verdad lo que le reporto a su despachador en la tienda del norte, es por ello que siempre le pago, pero este mes no sucedió nada de eso y espero que no vuelva a suceder, porque entonces si tendré que pagarle con mi vida. David no llego a sentirse tranquilo después de escuchar esas palabras, por lo que entonces exclamó. —¡Así que Salomón te ha tendido la mano! Te daré una sola oportunidad más, si quedas mal en esta ocasión, puedes hacerte de la idea que no volverás a trabajar para mí, te cobrare diez veces más cualquier excusa que me des y lo que Salomón te ha dado se lo pagaras exactamente con tu vida. ¡Pero lamentablemente mi padre no lo comprendió de esa forma y continuó haciendo lo que no debía hacer una vez más! Una vez más que le costó en ese caso el trabajo y la estabilidad emocional de mi madre, debido a que para entonces no contaba con el conocimiento de lo terrible que podría llegar a actuar David, pero que en su momento nada fue culpa de David sino más bien de su contrincante que fue la excusa que me vendieron en ese momento. Mientras dormíamos ese día por la noche y aparentemente sin una sola preocupación, se escuchó el retumbo de la puerta a las dos de la madrugada, eran los hombres de David llegando con armas y chalecos a la casa donde vivíamos en esa ocasión, solo que para entonces no tenía entendido que precisamente eran hombres de David, entonces los hombres de David comenzaron a gritar dentro de la residencia. —¡Rogelio, Rogelio! Sal maldito ladrón, el señor ha enviado por ti y está esperándote en su gloria con sus ángeles, es momento que pagues por tus pecados y devuelvas con tu alma todo el mal que provocaste, no hay más misericordia para ti y tus actos de corrupción, es momento de partir a la presencia del señor. Mi padre asustado comenzó a recomendarle a mi madre por nosotras, antes de salir al lugar donde se encontraban los hombres de David pero que al parecer esos hombres pertenecían al cartel contrario, todo para hacerle creer a mi padre que fue el Duque de Manchester el que lo envió a asesinar esa madrugada. Me sentía muy asustada junto con mi hermana que intentamos salir, pero al instante escuchamos cuando entraron a la habitación de mis padres y en su intento de defenderse, le vaciaron las ametralladoras en el pecho, quedando tendido sobre la alfombra de la habitación, a mi madre no la tocaron por órdenes de David, ¡Solo que para ese entonces no sabía que era David el que envió a asesinar a mi padre y dejarnos con vida junto a mi madre y mi hermana Alejandra! David desde ya contaba conmigo para su organización de la mafia y de igual manera Salomón, que, al momento de salir de la habitación de mis padres, sus carcajadas se me quedaron grabadas y no logre identificarlas ¡Hasta cuando averigüe la verdad! Pero al instante con su radio en mano envió la señal a David. —¡Patrón! Hemos enviado al elemento con nuestro señor, los demás integrantes se encuentran bien no hay de qué preocuparse patrón, así como usted lo ordeno así se ha hecho. Ese hombre con el rostro tapado y una sonrisa maquiavélica, se acercó directamente y tras intentar colocar sus manos sobre mi cuerpo nervioso y asustado, mi madre se interpuso, lo que provocó que esos desgraciados malditos, violaran a mi madre esa madrugada. Para cuando dejaron su lujuria en el cuerpo de mi madre, el líder se acercó nuevamente y mi madre sin fuerza y golpeada, me tomo del rostro y menciono. —Pronto serás mía, pequeña Rubí, aún hay muchas cuentas que saldar con tu familia y tú eres el precio a pagar por las acciones de tu padre. Ahora sé que fue Salomón el que mencionó esas palabras esa noche que asesinó a mi padre a sangre fría.
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