Adrenalina al más Alto Nivel

2151 Words
Ariel me enseño de cerca su escritorio mientras me deje llevar por el deseo de probar ese ardiente deseo de su cuerpo. ¿Cómo era posible que soporté tanto tiempo no estar en esa situación antes? Me desborde de deseo en ese momento mientras me tomaba por mis cabellos y los enredaba entre sus dedos, en cuanto tomaba mi cabellera con su mano derecha, su mano izquierda se acercaba para acariciar mis glúteos. La excitación era y parecía extra normal. ¿Cómo no disfrutar de un bombón de esa categoría? Era dulce como el caramelo y ancho como la palma de su mano, no dejaba de saborear cada parte de su entre pierna, me volví adicta a su deseo y a su externo corazón, sin duda era todo lo que necesitaba para sentirme complacida por el resto de la vida. Por momentos miraba hacia arriba y notaba que lo disfrutaba al máximo, no importaba que no lo escuchara gimiendo, pero su expresión facial era más que suficiente como darme cuenta que lo disfrutaba al máximo, seguramente hubiese permanecido por horas y no me alcanzaría la eternidad para continuar disfrutando de ese momento por debajo de su vientre. Pero Ariel no deseaba solo eso, sentir mis labios por debajo de su vientre, deseaba sentirme en sus labios y sin dudarlo me llevó hacia su cuerpo excitado y me tomo a besos como acabándose el cielo y el infierno ardiendo entre nosotros. Provocó que mi vestimenta se desprendiera por completo de mi cuerpo, para que entonces con sus manos gruesas me tomara de la cintura y me levantara justo a la altura de su medio cuerpo. El placer fue inmediato y tras sentarme justo donde deseaba amarme, mis gritos salieron naturalmente de excitación. Dejando tras mi espalda su escritorio y apoyando precisamente mis manos en el mismo, se dejaba sentir de tal manera que por momento ese deseo en mi interior se incrementaba y mis gemidos seguramente lo excitaban aún más, porque lograba sentir los momentos en los que sus venas se exaltaban más de lo que ya lograba apreciarlo y ahora sentirlo. ¡Era increíble la manera en la que esa noche en su oficina me hizo sentir que era posible ser amada de la manera más especial y atenta posible sin llegar a la violencia o al sadomasoquismo que en una ocasión experimente con el último que intente amar y ser libre con esa persona, solo que esa persona antes que se enterara que trabajaba para la mafia y al enterarse, huyó de mi lado y posterior a ello Salomón se encargó de cerrarle la boca para siempre, por lo que si no deseaba que Ariel corriera con la misma suerte por mi maldito deseo de amarlo y sentir que con Ariel era posible ser libre y sentirme amada como nunca antes, ¡Entonces debía de ser muy cautelosa al momento de hacer de su conocimiento exactamente a que me dedicaba! Solo deseaba que Ariel lograra entender mi corazón lleno de amor hacia su persona y ese deseo que sentía en el pecho de llegar a ser libre a su lado, era lo que realmente deseaba y anhelaba. Solo que de momento lo único que era real entre nosotros, era ese momento de pasión y amor con ternura que estábamos viviendo en la oficina donde solo deseaba su amor, por ello es que Ariel sin lugar a duda era el hombre que deseaba para mi vida. Tras unos minutos largos de placer en esa posición, sin decir una sola palabra, se levantó conmigo en su cintura, para llevarme a su escritorio, dejando caer todo lo que en él se encontraba, la pasión se estaba apoderando a mas no poder en nosotros. la adrenalina se encontraba en el punto más alto y ardiente de los dos. Me aferré a su pecho como potra salvaje, mientras me empujaba todo el amor dentro de su corazón, me dejo sentir que el corazón era capaz de amar y hacerse sentirse en los lugares más recónditos de nuestro interior, ¡Eso sin duda me alimento el deseo de excitación hacia mi hombre! Creo que el lugar era más que apropiado para experimentar todo aquello que con prisa o con timidez en Massachusetts no logro entregarme. Así que me tomo nuevamente de la cintura y me dio la vuelta sin más, la vista de su oficina hacia la ciudad era hermosa, ahora los dos apreciábamos la hermosa vista de la ciudad tras su ventana, Ariel tras mi espalda y dejando caer todo el peso del amor y el deseo sin reserva alguna. La manera apasionada en la que se entregó esa noche en su oficina no daba lugar para creer o pensar que Ariel solo me deseaba para los encuentros de pasión, Ariel me dejo claro en el corazón y en mi vientre, que su amor era para ser disfrutado y para que gozáramos de nuestras vidas jóvenes en cualquier parte del mundo, pero a solas y confiados que ¡Jamás pasaría por todo lo que David me había hecho pasar hasta ahora! —¿Deseas que llevemos esto a otro nivel? —Me preguntó Ariel con el aliento sudado a placer, con su respiración exaltada y con deseos de estar por encima de todo lo pensado, a lo que pregunté con la voz consumiéndose en mi deseo. —¿Qué es lo que tienes en mente mi amor? —Quiero que terminemos en tu motocicleta, ¿te parece? ¿En la motocicleta? Pero ¿qué era lo que Ariel estaba pensando? ¡Por Dios! jamás se me hubiese ocurrido tal cosa, aunque no era descabellado realmente, así que, sin pensarlo dos veces, me llevo entre su cintura y descendimos hasta el garaje de exhibición, lugar en el que se encontraba mi motocicleta y que mi bebe por primera vez sentiría el placer de mi cuerpo resbalándose por su montura. Creo que después de todo fue la cereza en el pastel esa aventura en la empresa del CEO que me enamoró y llenó de su encanto por todo mi cuerpo, porque hacerlo en la motocicleta, fue la mejor idea que llevo de la mente a la realidad, después de eso, Ariel se confesaría conmigo en cuanto al trauma surgido en su adolescencia precisamente en una motocicleta, porque me confesó que era amante de las motocicletas, sin embargo no para conducirlas directamente y que si aceptó en Massachusetts maniobrar la misma en la que ahora nos encontramos derrochando placer, fue solo para no quedar mal conmigo. Con cierta desesperación me hizo alcanzar el infinito mientras me tomaba desde la espalda y mi cuerpo recostado en la motocicleta, termino por empujar todo el deseo que aún estaba ahí esperando por mi cuerpo, termino por empujar el deseo que no alcanzó a desbordar en la otra mujer que tuvo el atrevimiento de entregarse al cuerpo de mi hombre en mi ausencia, pero que ahora no permitiría que eso volvería a suceder, ¡No mientras me encontrara a su lado y con vida! Su pasión se desbordaba con cada centímetro que introducía en mi interior, mi piel ardía con solo tocar el borde más delgado de mi cuerpo. Sus manos se deslizaban una y otra vez por mis pechos hasta llegar al punto exacto en el que mi respiración se hacía aún más ardiente y los vapores que mi piel emitía dejaba una marca en las palmas de sus manos. Pareciera que esa noche no tendría final. Ariel no dejaba de introducir todo su orgullo en mi cuerpo sin descanso y eso en verdad me encantaba que sucediera, pareciera ser que, desde aquel encuentro entre nosotros, su deseo se intensifico de tal manera que seguramente no deseaba acabar la faena de nuestro encuentro. Mis orgasmos eran largos, experimenté orgasmos desde el mismo momento en el que introdujo por primera vez su herramienta al fondo de mis labios, sus movimientos eran de otro universo, porque no solo atravesaba mi entrepierna, sino que atravesaba el deseo más bajo y escondido de mis pensamientos. Tras sentir que Ariel se encontraba a punto de correrse en mi interior, le susurre de inmediato. —Déjame sentir tu elixir en mis pechos. Ariel retiro de inmediato su deseo de mi interior y tras acercarse a mis pechos, ¡Derramo cada gota de esa catarata de elixir y majar de Dioses en mis pechos! Fue un baño increíble que recibía por vez primera de su parte. —Has dejado mi cuerpo como hoja de papel mi amor. —Exclamé exhausta y con deseos de más. —¿Cómo hoja de papel Rubí? Exactamente ¿Cómo es eso? —Me preguntó con la interrogante en su rostro extasiado. —Transparente y sin fuerza para sostenerme en pie, pero sabes ¡Jamás me sentí tan plena y llena de placer hasta que te conocí y este día que nació para nosotros! —Que te puedo decir mi vida, eres precisamente la mujer que necesitaba para expulsar la adrenalina reprimida en mi interior, lo que también me llena de entera satisfacción que puedas estar a mi lado y espero que esto no se borre de nuestras memorias en la eternidad. Ariel era una máquina del amor, ¡No me desagradaba en lo absoluto! Pero creo que después de todo debíamos hacer una pausa y continuar con otros temas que debía dejar claros entre nosotros, por lo que primero me asegure a que nos aprovecháramos y si después existía la desilusión de los dos por mi trabajo, entonces al menos me quedaría con el recuerdo que amé y me entregue sin una sola línea de por medio. —Ariel, creo que es momento de conversar, en esta ocasión deseo que me escuches y no eches en saco roto lo que tengo que comentarte. —¿No te han dicho antes que dar malas noticias después de un buen negocio, no es lo adecuado? —Me preguntó mientras comenzábamos a caminar hacia su oficina y entonces exclamó. —Al menos disfrutemos ese espacio que queda después de lo que hemos disfrutado, si después deseas hacer de mi conocimiento lo que sea que intentas decirme, entonces lo haremos mientras caminamos por el lugar, ¿Te encantaría entrar a la ducha primero? —¿Tienes ducha en este lugar? —Realmente me pareció extraño que Ariel contara con una ducha en su empresa, no dejo de impresionarme porque no era una simple ducha, más bien me respondió mientras me llevaba en brazos hacia la misma. —¡No es precisamente una simple ducha mi amor, más bien es un jacuzzi que se encuentra para cuando deseo relajar los músculos! Mientras me encontraba en la ducha y luego en el Jacuzzi, Ariel solicito un pedido a domicilio para comer, no se le escapaba un solo detalle. El asunto que la noche era para disfrutarla y entre el jacuzzi y el deseo de experimentar lo que era sentir el calor del jacuzzi en el cuerpo mientras provocábamos otras cosas, me gano el deseo y la conversación la dejamos para después de nuestro segundo y tercer encuentro de la noche. ~Rubí y Ariel se encontraban en la oficina de la empresa de autos, mientras que otros preguntándose ¿Dónde estará Rubí que no ha aparecido? David estaba algo alterado por la manera en la que Rubí últimamente estaba actuando, por lo que de inmediato envió a sus hombres para que ubicaran a la princesa de la mafia, hacer de su entero conocimiento que las vacaciones se acabaron oficialmente, debido a que el deber llamaba y la inmediata disposición de Rubí para el trabajo era lo que a David le interesaba. —¡Salomón! ¿Tienes información sobre el actual paradero de Rubí? —Preguntó David. —¿Qué le sucede patrón? Lo he notado algo alterado, ¿Acaso a Rubí no le quedan algunos días de descanso aun? —Respondió Salomón con incertidumbre por lo acelerado que observaba a David. —Ciertamente aún le quedan días, pero deseo que me ubiques ya mismo a Rubí y le hagas de su conocimiento que sus vacaciones han llegado a su fin, hay un cargamento que entregar y solo ella puede encargarse de esa vuelta, ¡Después de todo me debe unos favores! —De inmediato me pondré en contacto con ella para ubicarla. Salomón González, se alejó de David y comenzó insistentemente a llamar a Rubí, lamentablemente para sus intenciones, no logro ubicarla en ese momento por medio de llamadas, aunque no todo estaba dicho, Salomón era un tipo duro de tratar y siempre contaba con un truco bajo la manga, por lo que, tras la negativa de Rubí en contestar el teléfono, Salomón se preguntó. —¿Dónde estás Rubí? Pero he de encontrarte y de seguro no te provocara gracia alguna la manera en que te ubicare, también me hare cargo que esta ves si seas mía Rubí.
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