Estaban sucediendo tantas cosas a mi alrededor que no llegaba directamente a comprender ¿Cómo es que las personas o estos hombres imbéciles estaban decidiendo sobre mi como si fuese un objeto para ellos?
Pero deseaba demostrar que no era un juguete de nadie y debían mostrarme respeto a como diera lugar ¡Aunque se tardaran un poco más en hacer sus negocios! Pero a mí no me iban a seguir faltando el respeto de esa manera, porque estaba más que segura que ese tal caballo n***o, contaba con más de alguna intención hacia mi persona. ¡Algo que definitivamente no iba a suceder, porque Ariel contaba con toda mi atención y no iba a permitir que alguien tocara mi cuerpo, porque solo le pertenecía a Ariel!
¿Cómo iba a cambiar la carne por los huesos o el vino por el agua? Simplemente era impensable que eso sucediera, ¡Ariel era mío y así es como iba a suceder a costa de cualquier cosa y bajo cualquier precio! Ariel era el único dueño de mi cuerpo hasta ese momento y no iba a permitir que comercializaran con mi cuerpo como si en verdad me tratara de una puta vulgar que se vende por unos cuantos miles de dólares, aunque me preocupó en extremo lo que Salomón menciono de Ariel y traté la manera de restar importancia al tema, por su seguridad.
—¿Qué es lo que podría interesarme de ese hombre? Sinceramente ya lo olvidé y no deseo recordar nada de lo que sucedió en Massachusetts.
—Me tranquiliza de alguna manera que lo menciones de esa manera mi reina, sabes que solo yo puedo estar en tu vida, te he mencionado en muchas ocasiones que me gustas y eres la mujer que deseo a mi lado, por lo que esta vez no estoy dispuesto a perderte Rubí. —Susurró Salomón mientras intentaba a cercarse a mi espacio.
—¡No Salomón! ¿Cuántas veces tengo que repetirte que no me interesas en lo más mínimo? Además, no es momento para hablar de eso, mejor dime ya que sabes tanto al respecto, ¿Podrías adelantarme exactamente lo que ese tal caballo n***o quiere de mí? Para estar prevenida y que no me pase lo de hoy.
No dejo de molestarse y como era costumbre de su parte, se saltó la mejor parte del plan que estaban orquestando con David, pero si su intención fue ocultarme la verdad, era porque en verdad le hacía daño que lo rechazara una y otra vez sin parar, en definitiva, Salomón no iba siquiera a tocar mis labios, ¡creo que ni muerta!
—¡No tengo la menor idea al respecto Rubí! Solo tengo entendido que eres la base fundamental de ese negocio y lo que puedo decirte con certeza es que el caballo n***o desea que solo seas tú la que realice las entregas desde el primer cargamento, con ello es que el patrón quedo fijo en esa negociación.
De momento estaba más que segura que David no iba a permitir que nadie se acercara a mí de esa manera o que era un tanto ilógico que después de no permitir que nadie se me acercara para quedarse conmigo, ¡Ahora me involucrara vendiéndome como si fuese una puta cualquiera!
La verdad es que debía saber exactamente lo que estaba sucediendo, solo que no podría averiguarlo hasta ese día de la llegada del hombre que apodaban caballo n***o, pero mientras tanto de seguro Ariel estaría esperando que llegara de nuevo a visitarlo, es cierto que no le mencione o asegure el día que llegaría de nuevo, pero con ese cierto conocimiento como mi adorado CEO se comportaba al no saber de mí, estaba más que segura de la ansiedad y el deseo de sus ojos en volver a verme.
Me encontraba más que al borde de la desesperación por lo que tendría que hacer sin remedio, por lo que imagine que Ariel después de unos días de no escucharme o verme de nuevo, sentiría lo mismo, lo cierto es que iba a buscar la manera y la forma de regresar a los brazos de Ariel de una o mil manera, pero no podrían ni todo el ejercito de David, evitar que Ariel se rindiera entre mis brazos, ¡Jamás nadie podría evitar que me acercara al único hombre que estaba amando de una manera incontrolable y deseable desde todo punto de vista!
El día terminó de una mejor manera de cómo comenzó por la madrugada, deje que todo transcurriera como debía y se suponía que debía de suceder, esperando el día que el hombre mexicano se hiciera presente y conocer hasta ese día las verdaderas intenciones con las que contaba.
¡Que, aunque para ser muy honesta y sabiendo cómo era que se comportaban esa partida de hombres infieles y hambrientos de sexo fácil, estaba ms que segura que lo que buscaba era acostarse conmigo! Pero pensé por un instante. ¿Sera que David estaba de acuerdo con eso? Bueno eso tendría que saberlo y averiguarlo cuando se presentaran.
Mientras tanto David llegaría un día antes que el mexicano y ese día ya estaba ahí solo a punto de aparecer y ver de nuevo a David a la cara, después de haber terminado mis vacaciones de una manera arriesgada.
Un día después en la finca.
El movimiento era más que evidente cuando David Selvanegra se acercaba a una de sus fincas, desde el quinto anillo de seguridad se informó que el patrón estaba a punto de llegar a la finca.
Salomón y compañía se prepararon para recibir al patrón y realizar el saludo respectivo. David era muy egocéntrico y le encantaba que todo se encontrara impecable a su llegada, de preferencia solo colores oscuros en el lugar para recibirlo, manteles y demás adornos a su arribo, debían estar preparados sin mancha alguna.
No era muy amante del dorado como cualquier otro comerciante de estupefacientes que existía en la región, el color sin duda más preferido por David era el plateado y ese era el que predominaba en todo, de cualquier manera, el banquete para recibirlo y las mesas para sus escoltas personales y el grupo que lo acompañaba, estaba más que preparado.
¡Eso sin contar que al día siguiente el mexicano del golfo estaría presente en la finca de igual manera! Por lo que la seguridad estaba aún por encima que la casa blanca en el país del norte.
Cada esquina de la finca a más de quinientos metros estaba completamente rodeada de escoltas y torres pequeñas de vigilancia, era una de las fincas más seguras con las que contaba David para sus negocios. ¡Por lo que también era la finca con más recursos de armas y mercadería, eso sin mencionar las bodegas donde almacenaba sus tesoros, los que escondía en el lugar! Cuando mínimo existían alrededor de diez bodegas con fondos con grandes cantidades de dinero, mismas de la cuales solo Salomón conocía de su ubicación exacta y tres que no eran de mi desconocimiento donde era el punto para ubicarlas!
Ese día queriendo mostrarme con una mafiosa seductora, me vestí con mi traje de seda, con mi arma por debajo del vestido y dos más por debajo de mis pechos, ¡Nunca se sabía que podría llegar a suceder en esos casos! Por lo que mantenerse precavida no era traición, sino más bien mantener el control de mi vida.
No me acerque al patio central hasta que David se encontrara presente en el lugar, por lo que no fue sino hasta que escuche que pregunto por mí que me di a la tarea de aparecer en el lugar con mi vestido largo y muy provocativo, no era habitual que me vistiera de esa manera, pero David lo ameritaba en ese momento.
—¡David, que gusto verte de nuevo padre! —Exclamé en su presencia y delante de Salomón.
—¡Pero si es mi princesa adorada Rubí! El placer es todo mío, hija, ¿Cómo has estado todo este tiempo? Espero que no te sientas molesta con lo que sucedió en el rio, porque grandes cosas vienen para ti y tengo muy buenas propuestas interesantes para ti Rubí. —Respondió con la elegancia que lo caracterizaba.
David podría ser un narcotraficante salvaje y difícil de tratar, pero desde siempre me apasiono la manera con la que elocuentemente se acercaba para conversar, aunque en otros momentos de enojo y locura, podría llegar a comportarse despiadadamente y ahora con las nuevas ideas de Salomón en su cabeza, comenzaba a actuar con mas furor.
—¿Cómo crees que me sentiría ofendida? Más bien me causa intriga saber exactamente ¿Quién es el caballo n***o? —Le pregunté sin bajar un solo segundo la mirada.
—Ya lo sabrás Rubí. —Respondió fríamente y alejándose a su trono en la hacienda.
—Mientras tanto deseo que disfrutemos de esta fiesta que el trabajo puede esperar. —Exclamo sin desviar su mirada de Salomón.
—Por cierto, te ves muy hermosa, ¿Has concretado algo con Salomón? Me ha pedido tu mano, ¿En verdad existe algo entre ustedes?
—¿Existir algo con esa escoria de hombre? No lo creo David, eso ¡Jamás!