Varias horas antes… Dante caminó de un lado a otro, nervioso y lleno de preocupación por el repentino desmayo de su esposa. ‹‹¿Cómo fue que pasó?››, se preguntaba. ‹‹Si ella estaba bien. Estuvo sana y acompañada todo este tiempo››. —Si sigues así el doctor Zacharia deberá atenderte a ti también —bromeó su madre. —¿Cómo puedes estar tan tranquila en una situación como esta? —la incredulidad del príncipe hizo sonreír con pesar a la reina Isabel. —¿Y te parece que esto no era de esperarse? —Su paciencia ya estaba llegando a su fin. Ver a su hijo comportarse como una bestia le quitaba el sueño, y la depresión comenzó a aparecer en ella— La pobre chica está encerrada desde hace meses. ¡Es una persona, Dante! Todos tenemos derecho a ver la luz del sol cada día, a pasear y disfrutar de su ca