La noticia le cayó a Sabina como un balde de agua fría. Enmudeció por varios minutos, tratando de procesar la información. ¿Acaso era posible que ella criara a un bebé? Ser madre era algo que veía muy lejano por la posición en la que se encontraba: encerrada, y sin poder aclarar las cosas con Dante. ¿Podría ser esto un punto de quiebre para ambos, y encaminarlos a un futuro feliz, tal como lo habían planeado? —No. ¿Qué…? ¿Cómo voy a decirle a Dante sin que me odie aún más? Un sollozo escapó de su garganta, y se abrazó con fuerza al regazo de Dorotea, quien le acarició la espalda y el cabello con cariño. ¿Cómo seguiría adelante? Tendría que ser fuerte por el bebé, y ella lo quería. Desde hacía muchos años que soñaba con formar una familia, y tener muchos hijos. Ella sí se veía como madre