Tu y yo.

Capitulo 4

Alba mira con recelo a la joven pues los estaba buscando y no esperaba encontrarles tan cercanos, de cierta forma teme la influencia que puede ejercer la preciosa joven sobre su hijo, decide hacer las cosas de manera sutil y no demostrar sus verdaderos sentimientos hacia su recién estrenada nuera, mira a su hijo irse con la joven.

-Vamos Luisa - dice Luis al quedar solos en medio de la fiesta - ya eres mi esposa, no quiero formalidades como "Señor" o "Don" eso lo dejamos para cuando estemos en compañía, solos puedes decirme como quieras.

-Te prometo que lo intentare, especialmente porque - susurra sonrojada - quiero que todas las cosas funcionen de la mejor manera - baja la cabeza sintiéndose avergonzada pues en otro momento tal vez una paliza hubiera sido la respuesta de sus padres ante tal atrevimiento.

-¿Por qué te pones de esta manera? - inquiere llevándola a un lugar donde puedan hablar solos - ya te he dicho que quiero que nos tengamos confianza, ¿acaso tu padre te golpeaba? - inquiere lívido.

-No eso no, bueno algunas veces para que aprendiera a no decir nada - susurra sintiendo deseos de demostrar su inconformidad ante el trato que le dieron a su esposa - ¿te molesta que hable? - susurra nerviosa.

-No, quiero que sepas que conmigo eres completamente libre para hacer y decir lo que quieres - la toma de la barbilla - no soy un dictador y quiero que como mi mujer puedas tener la libertad de decirme lo que sientes sin que piensen que voy a atacarte.

-Gracias - le sonríe limpiándose las lagrimas de emoción que ruedan por sus mejillas - te prometo que así lo haré.

Luis se esfuerza por agradarle pues a veces siente que no ocurre, fue un matrimonio acordado como todos los de la época al menos los de su clase, pero quiere que Luisa lo ame como él siente que la ama, todo de ella le gusta aunque parece que ella no gusta de él, aunque esa conversación le ha ayudado a despejar ciertas dudas que tenia con respecto a su esposa, puede comprender que la opresión en que fue criada ha sido la principal causal para que se muestre algunas veces tan fría con él como lo hace, se lamenta haber tenido que viajar pues ahora sabe con precisión que su mujer necesita ternura y amor cosa que solo le puede ofrecer si están juntos, a cambio esta seguro de que recibirá un amor único e incondicional.

-Bueno Luis - sonríe, entiende que será su esposa toda la vida y debe hacer un esfuerzo por agradarle y agradece el paso que su esposo ha dado para conseguir aclarar algunas de sus dudas, se sonroja al pensarlo, como esposa quiere que no necesite a ninguna otra mujer - gracias por permitir que Isaura mi esclava viniera conmigo. Significa mucho, especialmente porque es como una amiga para mi - sonríe emocionada haciéndole tal confidencia a su marido - quiero decir, ella esta conmigo la mayor parte del tiempo y...

-Te entiendo cariño - susurra besando su mejilla - hago todo por complacer a mi dulce esposa - besa su mano - me encanta cuando te sonrojas - acaricia su rostro.

-Don Luis - les interrumpe Carla - felicidades - ignora a Luisa - es una lastima su matrimonio, es decir en Santa Fe ya no quedan hombres como usted.

-Señorita Carla, le pido mantenga su distancia - se muestra molesto pues ve que de nuevo Luisa se torna seria con él - mi esposa y yo estamos por retirarnos - Carla se rehúsa a dejarlos ir, no le gusta la idea de lo que Luis hará con su esposa a solas y menos lo que vio antes de interrumpirlos - con permiso.

-Pero don Luis - interviene - me gustaría que habláramos un poco más... - intenta retenerlos.

-Luis - se anima a decir sintiéndose segura de intervenir pues como le ha dicho su marido ahora es su esposa y dentro de poco se consumara su matrimonio con lo cual siente confianza para decir lo que siente sin pensar en que sus padres especialmente su padre la castigara por decir cosas que son indebidas a sus ojos, a Luis le parece que suena muy dulce su nombre en sus labios - estoy un poco cansada ¿podemos irnos? - le sonríe tímidamente buscando su aprobación.

-Por supuesto doña Luisa - la toma de la mano viéndola sonrojarse, sabe que para ella es algo nuevo el poder pedir algo pues por lo que le contó las cosas en la casa familiar eran un poco diferentes y exigentes con ella - hasta pronto señorita Carla; gracias por salvarme de ella - musita mientras van a sus aposentos, de nuevo Luis posa las manos sobre su cintura aprovechando que están solos y que nadie les mirara con gesto de reprobación; contrario a la mentalidad de la mayoría de los hombres de la época él simpatiza con el pensamiento de que las mujeres son libres de hacer o decir lo que quieras por lo que es feliz solo de imaginar lo que hará su mujer al saber que no será ese tipo de esposo exigente y autoritario, la morena ríe sintiendo por primera vez en su vida que es feliz y que nadie le esta juzgando - en verdad es una pesadilla.

-Luis - se muerde un labio, cosa que a él le parece un acto muy erótico - ¿no tienes nada con ella? - sus mejillas se encienden y su corazón se acelera solo de imaginar la respuesta pues es común que algunos hombres obtengan los favores de ciertas mujeres sin importar si son casados o no; ahora bien sigue sin entender a que se refieren con aquello de "los favores" pero prefiere guardar silencio pues algo le dice que dentro de poco descubrirá a lo que se refieren pues esta por ser su mujer en todo el sentido de la palabra cosa que hace que se sonroje.

-No, no tengo ni tuve ni tendré nada con la señorita Carla - abre la puerta siguiendo con la mirada sus pasos adorando ver su bonita figura e imaginándola en camisón a la luz de la luna con el cabello suelto totalmente dispuesta para ella - te aseguro que no me interesa buscar en otros lados lo que tengo en casa, créeme podré ser muchas cosas pero jamás hare nada que falte a nuestro matrimonio y al hogar que espero tengamos en un futuro, espero te guste como quedo nuestra habitación - mira a la esclava - te puedes retirar, que nadie nos interrumpa y más tarde nos traigan algún bocadillo - Isaura asiente y se retira - además de algo de tomar.

Continuará...