Tu y yo.

Reino de Santa Fe, Nueva Granada, Marzo 1780. Era un día como cualquier otro en la época, las mujeres andan con sus hermosos y frondosos vestidos y tras ellas sus esclavas, algo que en estos momentos es muy normal pues estaba arraigado a la época. Tal como la historia que se está por contar, en una bella casa hay una preciosa joven de largos cabellos castaños quien como de costumbre se peina con delicadeza y elegancia pues fue educada para ello, si bonita trenza de cuatro gajos llega hasta su cintura pequeña y estrecha, adornada por las bonitas faldas que engalanan a su vestido, sonríe mientras Isaura su esclava le muestra con gran respeto uno de sus collares traídos de la España. Ella elige su preferido pues siente que será el momento indicado para lucirlo. Mientras en la casa de los Reyes Fernández se realiza una cena de carácter privado entre doña Rufina y don Pedro Reyes Fernández padres de la joven quienes la ofrecen con motivo de la celebración de compromiso entre su hija la señorita Luisa y don Luis hijo mayor de la familia Jiménez Azcárraga. Es la primera vez que se ven los futuros esposos, pues como es tan común en la época este será un matrimonio por conveniencia en donde su hija se casara según lo deciden sus padres. Luisa es una joven de 20 años dueña de una gran belleza con gran dulzura, desde siempre se le inculcaron los valores que debe tener una esposa, siempre sumisa y atenta presta a las necesidades de su futuro esposo; como toda joven de la época anhela casarse y ser madre pero tiene ciertos temores acerca del matrimonio pues hay muchas cosas que no sabe y la intimidad que debe haber entre un hombre y una mujer unidos en el sacramento del matrimonio es una que ignora y teme. Alguna vez escucho por sus esclavas que "eso" aunque pueda doler también le puede gustar pero, para las esclavas hay temas que no son tabú con lo que la joven no sabe qué pensar. La sorpresa de Luisa fue mayor al encontrarse con su futuro esposo pues ya se habían visto sin saber sus nombres, aquello a su ver es una coincidencia maravillosa por la cual está más que dichosa, sonríe tímidamente sintiendo sus mejillas arder. Luis no deja de mirarla con dulzura aceptando qué tal vez sus padres tenían razón y el matrimonio era lo correcto, aunque no estaba de acuerdo pues a su alma libre siempre le pareció que los matrimonios no deben ser concertados por otras personas. A sus 25 años ha viajado al reino de España  y se ha mostrado entusiasmado con todo lo referente a la política, es una de una familia adinerada de Santa Fe con lo que ha tenido posibilidades que algunos no, conocer de las culturas ha sido una de ellas. -Señorita Luisa - se acerca lentamente viendo sus cabellos perfectamente peinados, parece un tanto asustada al voltear a verlo pero le encanta ver sus mejillas sonrosadas. -Don Luis - saluda con voz trémula sin saber muy bien que procede en su trato, mantiene su postura a la espera de lo que su prometido le diga y hace una pequeña reverencia. -Serás mi esposa - acota con dulzura viéndola fijamente - no es necesario que te refieras a mi de esa manera, no cuando estemos solos - susurra luchando por no tocarla pues sabe que no es lo correcto al menos hasta ser marido y mujer - dime Luis y cuando hallan personas presentes puedes referirte a mi de esa manera, si así lo prefieres - la guía al balcón seguidos por la esclava de la joven. -Si señor - sonríe. -Veo que ya se tratan - aparece doña Rufina interrumpiéndolos - hija ¿porque no das un paseo con don Luis? - sonríe - que Isaura los acompañe - los dos asienten. -Vamos señorita Luisa - le guiña un ojo con cierta complicidad - y bien - la esclava les sigue en silencio - háblame de ti... - le da confianza. -No se que decir - mira al frente jugando las manos - mi madre dice que no debo hablar mucho de mi pues eso es una falta de educación. -Es diferente - se muestra paciente - serás mi esposa y quiero saber que te gusta o que no, ademas que quiero que tú misma escojas las cosas para nuestra casa viviremos muy cerca de mis padres y por supuesto de los tuyos - es claro pero empieza a cansarse de solo hablar el - si vas a ser mi esposa quiero que me hables, no sabes cuanto odio a las mujeres calladas. -Entiendo - murmura nerviosa - me gusta leer, mi padre me enseño - Luis asiente - también me gusta tejer - le empieza a hablar de ella. -¿Como les ha ido? - inquiere don Pedro. -Muy bien, organizad todo - le hace un gesto a la castaña - tendré que ir a España pero quiero que al volver su hija y yo nos casemos, será en 6 meses tiempo suficiente para organizar un matrimonio como merece la futura señora Jiménez Azcárraga. -Así será... - sonríen. Luisa sonríe sintiéndose halagada al tiempo que no deja de pensar en la felicidad y nerviosismo que le producen su próximo matrimonio pues se puede decir que es un hecho ya que solo faltaba el consentimiento de su prometido para que ello fuera un hecho. Luis la mira de reojo sin dejar de sonreír e imaginar lo que será su matrimonio y la intimidad que quiere tener con su futura mujer, la puede imaginar con un poco menos de ropa y menos ajustada, la imagina llevando en su vientre a un hijo suyo y se estremece, si es como quiere sería capaz de poner el mundo a sus pies si se lo pidiera pues en el corto tiempo que llevan de conocidos pudo ver cosas en ella que le han encantado. Mientras ambos piensan en sus deseos para el futuro juntos, los padres de la joven les sacan de sus ensueños al hacer un brindis y con ello hacer oficial el compromiso, aunque la desilusión de Luisa fue palpable cuando una de sus amigas de la sociedad le preguntó por el anillo de compromiso y se dio cuenta de que no se lo dio su prometido, con resignación acepta tal hecho. Luis parece notarlo y se acerca haciendo gala de su caballerosidad para sacarla del aprieto en que la metió sin quererlo. -Señorita Luisa - toma su mano haciéndola sonrojar y soltándola al ver como les miran - no he traído el anillo de compromiso pero prometo hacerlo ya que quiero traerte la mejor joya de Europa - la joven sonríe y asiente. -Gracias - musita viéndolo a los ojos por primera vez y perdiéndose en ellos. Continuará....