Helena se dejó caer en la silla de Melinda. Tenía las manos frías y el color del rostro se había ido con su comprensión. Max Bax era un nombre poco común, por lo cual nunca pensó en una posibilidad de que hubiera otro Max Bax. Si se ponía a pensar bien, el chico que se acababa de ir era una persona tímida, retraída y por lo general ese tipo de personalidades resultaban ser amables. No era de muy buen ver y tal vez por eso Leonora había intervenido para que su hijo no quedara soltero de por vida. Aunque si era el Max Bax idiota, bueno, el amor de una madre, le había platicado la madre superiora, que siempre tendían a ver cualidades en los hijos que por lo general no tenían. En ese caso Leonora estaría hablando en con el amor de mamá, al decir que su hijo era muy amable, aunque el motivo d