Lo que su compañera no sabía es que estaba en un lío amoroso por contrato. Era probable que el nerd fuera su futuro marido. Las hermanas del convento siempre le habían dicho que lo físico no era lo importante, sino el interior.
A cada paso que daba, Helena sentía más la necesidad de localizar a Leonora y a Gonzalo ¿Dónde rayos estaban? La aparición de dos Max Bax le daba dolor de cabeza y ahora tenía que valerse de sí misma para poder descubrir si él era su futuro marido.
— Hola —saludó la muchacha al tímido chico que se había instalado con su lap top en el rincón más alejado del establecimiento, donde pudiera estar en paz haciendo sus deberes sin renunciar al aire acondicionado del interior —oh, tú eres el chico de la biblioteca.
El silencio siguió reinando entre los dos. Max Bax b
