LIANA
Las cosas que hizo este hombre por mí en las últimas horas, nadie las había hecho jamás, porque nadie arriesgaría un solo dedo por mi causa, excepto Tina y ella ya no estaba en este mundo.
Alfa Ossian parecía…una buena persona. Como quisiera que él fuera el Alfa de esta manada, sé que muchas cosas serían muy diferentes, sé que los cambios serían buenos.
Me hacía sentir como una persona, a su lado me sentía…protegida y, aunque no quería meterlo en problemas, mi cuerpo quería quedarse al lado de este Alfa, porque él me protegía. Me sentía bien a su lado.
Alfa Ossian.
Alfa Ossian.
Mis mejillas se sonrojaban al saber que limpió mi cuerpo sin abusar de él, sin aprovecharse de mí, que pasamos la noche en una misma cama y él no me tocó, lo que es más, no permitió que el Alfa Jack me tocara, nadie se atrevería a ponerse en el camino del Alfa, pero Alfa Ossian lo hizo.
Y cuando pronunciaba mi nombre…eso era una caricia a todo mi cuerpo, me elevaba, me hacía vibrar, podría decir que era placentero y mis latidos se aceleraban. Eran cosas que no podía explicar, algo que jamás había sentido. Podría ser fruto de toda la amabilidad que él tenía conmigo.
¿Por qué este hombre seguía d*****o? No es que me molesta mucho…
¿Porque todos creían que íbamos a tener sexo? ¿Porque todos creían que yo había sido suya durante toda la noche? Quizás por eso seguía d*****o, pese a que solo estábamos él y yo. Mis ojos no se atrevían a mirar más abajo de su pecho d*****o.
Mi muñeca se encontraba mejor, pero aún me dolía.
Cuando dejó una mano en mi rostro, sus dedos se sintieron muy calientes, un toque muy cálido. Inspeccionó las heridas y moretones en mi rostro, pero no me dolían mucho, lo que más molestaba era mi muñeca, el resto era casi insignificante. Pero él lo atendía como si aquello fuera importante, podía ver en sus ojos llameantes que estaba preocupado, ¿cómo era eso posible? Apenas sí me conocía, ¿por qué? ¿Por qué?
—Liana.—levanté rápidamente mis ojos hacia él y nuestras miradas se tocaron, su rostro estaba muy cerca y mis latidos volvían a enloquecer. Sentía su respiración igual de caliente que sus manos y su cuerpo desprendía un calor que parecía envolverme, tal como pasó cuando me tomó en sus brazos la noche pasada—¿Te duele?
Intenté hablar, pero tragué, observándolo.
No podía responder de una vez, porque si lo miraba a los ojos…me perdía y se sentía bien que él no apartara la vista.
Era joven, pero se veía muy fuerte y aquel lobo que vi en el bosque se sintió muy imponente, me aterró, pero sus manos se sintieron muy bien.
—¿Por qué? Alfa Ossian, ¿por qué hace esto? Siento que se está buscando un problema y por más que quiera que yo escape, si lo involucro…hará problemas. No quiero que eso pase, por favor. Deje que yo escape por mi cuenta. Creo que puedo intentarlo cuando ustedes vayan a cazar, de ese modo podré escapar, la mayoría cercanos a Alfa Jack se irán y es cuando lo podré hacer. Muchos querrán participar en la caza, mi momento será cuando todos estén allí.
—No lo creo. No me parece que sea así. Si te quedas…alguien te vigilará y no me fío de que te quedes sola.
—-Es mi manada, Alfa Ossian. Con ellos he estado siempre y…soy quien tengo que buscar la manera de escapar. Esto es un problema que es mío.
—Lo siento, Liana. Pero te irás conmigo a cazar. No pienso dejarte sola hasta que escapes de aquí.—y sí…esas podrían ser las mejores palabras que me habían dicho en toda mi vida, ¿y luego qué? ¿Qué haría luego de que escapara? No conocía otra vida, el mundo exterior o a los humanos. Nací y crecí en esta manada, con esta gente.
¿Qué haré fuera?
Pero de algo estaba segura, cualquier otro lugar sería mejor que este.
Los siguientes minutos él la pasó limpiando mis heridas y luego, algo que me pareció muy extraño, comenzó a peinar mi cabello con sus dedos. Me daba mucha vergüenza.
Alguien tocó a la puerta y él abrió como si esperara alguien, regresó con unas ropas en sus manos y me guió hasta el baño.
—Puedes tomar esto y tomar una ducha. Anoche…limpié tu cuerpo pero creo que te gustará más tomar una ducha.—¿Una…ducha? Él me miró enarcando una ceja al ver la duda en mi rostro.—Ven. ¿Sabes usarla?
—Sí, he limpiado muchas duchas, pero nunca he usado una.—y me daba miedo. No me sentía bien haciéndolo. Era su baño, ¿cómo iba a…utilizarlo?
—Vamos, Liana. Tómate una ducha y lava tu pelo, no se distingue muy bien ni el color de tu cabello, así que lávalo. Quiero verlo.—Quería…ver mi cabello limpio, sentí que fue una orden y yo obedecí, él cerró la puerta.
Dentro del baño dejé caer las sábanas que me cubrían y miré mi rostro al espejo. Sus manos habían hecho un buen trabajo y logró peinarme un poco, aquel trozo de tela cubría mi ojo y a él no le importaba, sus ojos me miraban como si nada, no había el menor atisbo de desprecio en sus ojos y…era muy sincero.
El primer lobo que yo conocía que era así, que me daba un buen trato, que era amable.
Quité aquella tela y miré aquel ojo en el espejo, no me gustaba verlo, porque todos los demás me hacían sentir que era horrible, que estaba mal, que yo era un monstruo, pero ese hombre me hizo ver en tan solo un día que mi ojo no estaba tan mal, porque él no lo rechazaba.
Mi parche…
Mi parche estaba destruido y creo que no sería capaz de arreglarlo, ¿qué haría ahora? Con este trozo de tela no estaba bien.
Aunque daba un poco igual.
Volví a mirar mi rostro al espejo y me quedé observando ese lado de mi rostro, sintiendo como si tirara un poco de mí, saltando los latidos en mi pecho, lograba que me sintiera algo tensa.
Me aparté del espejo y me metí a la ducha.
Pretendía bañarme como nunca.
No sé qué pasaría después o si lograría escapar. Pero ahora mismo me sentía muy bien y eso me aterraba un poco. No se me daba muy bien sentirme bien. Pero quería seguir así.
Cuando terminé mi larga ducha, estaba vistiéndome y alguien aporreaba la puerta de la habitación.
—¡Nos vamos de caza! ¡El Alfa Jack los espera!—gritó alguien, de quien reconocí su voz, era Killian, uno de los subordinados más cercanos del Beta Sammy.
Y por primera vez…llevaba una ropa que nadie más había utilizado antes.
Me sonrojé al mirarme al espejo, pero fue mayor mi sonrojo cuando salí del baño y el Alfa Ossian me abordó, metiendo sus dedos en mi cabello y echándolo hacia atrás toda la parte que yo había hecho que cubriera mi rostro. Lo ató de una manera muy fácil, con agilidad y luego de acercó a la cama.
—He tomado otro trozo de tela mejor cortado, por si quieres usar esto en tu ojo.
—Yo…—se había tomado demasiadas molestia, me molestaba pensar que yo comenzara a ser una carga para él, me daba miedo que fuera a verme de ese modo.—Gracias. Pero no debió hacerlo.—-sin embargo, su corte estaba mucho mejor que el mío y como iba a acompañarlo de caza, habrían muchos lobos allí, quería evitar burlas, no delante del Alfa Ossian. Él se acercó al ver que yo aceptaba y lo colocó en mi ojo.
—¿Más flojo? ¿Así está bien? ¿Aprieto un poco más?
—Un poco más, por favor.—apretó un poco y ya quedó.
El Alfa Ossian tomó mi mano y salimos de allí, camino hacia la salida, allí nos encontramos con todos los que iban de caza y eran al menos veinte lobos, ya listos para salir.
El Alfa se desnudó frente a todos esos ojos, incluso frente a los míos y…¡carajo! Se transformó a escasos centímetros de mí, aquel lobo giró hacia mí y le dio tremenda lamida a toda mi cara. Mi mano se movió temblorosa hacia él, atreviéndome a tocarlo. Me mostró sus colmillos pero no de manera intimidatoria, parecía…amigable.
Se agachó frente a mí, soltando un enorme gruñido, fue como comprendí que…quería que lo montara.