LIANA.
Mis manos se aferraron a su pelaje, demasiada dubitativa, teniendo que hacer falta más de un intento mientras lograba subirme sobre el gran lobo. Y bueno, aquí estaba yo, montando a un Alfa, sentía que esto no estaba bien.
¡Él era un Alfa y yo…! Yo era una esclava.
Con un gruñido se puso de pie, colocándose al lado del Alfa Jack.
“¡BAJA!” La voz de mi Alfa retumbó en mi cabeza, dándome una tremenda sacudida que me hizo caer hacia un lado.
Caí del lomo del Alfa Ossian y mis rodillas se postraron ante mi Alfa, con la cabeza inclinada hacia el suelo, el enorme lobo gris saltó ante mí y mi cuerpo reculó hacia atrás, arrastrándome por el suelo, haciendo daño en mi muñeca ya lastimada.
El Alfa Jack estaba sobre mí, mostrando sus colmillos cerca de mi cara.
Definitivamente había sido una mala idea dejar que el Alfa Ossian me trajera de caza. Todos estaban aquí, era mi momento de quedarme y escapar, pero no, él no me quería alejar de su lado.
El lobo plateado de mi Alfa gruñó con rabia en mi cara y yo cerré los ojos, esperando a ser aplastado, pero aún no pasaba. Mi corazón iba muy deprisa, temblaba de miedo, atemorizada por lo que pudiera pasar ahora y deseando que el Alfa Ossian no se le ocurriera intervenir.
Pero sí, lo hizo.
La cabeza del lobo n***o del Alfa Ossian chocó con la del Alfa Jack, a su lado su Beta Iker, creo que así se llamaba, pero del lado del Alfa Jack habían unos veinte lobos dispuestos a despedazarnos a todos.
(…)
OSSIAN
Cuando Liana cayó de repente de mí, pensé que se había sujetado mal, que se resbaló o algo de ese estilo, no que su Alfa se lo ordenó.
Miré a mi costado derecho, donde ella estaba tirada en el suelo y su Alfa la sometía.
Entre miembros de manada, un externo no podía, no debía intervenir y eso era lo que yo venía haciendo con ella desde la noche pasada y lo sé, el Alfa Jack tendría un límite con mi intromisión con un m*****o de su manada, cuando yo solo era un invitado, ¿por qué meterme? ¿Por qué?
Es que…ella no era considerada un m*****o, sino una esclava y no la trataban como era debido, sumándole que ella no…no tenía a su loba, era como una simple humana en medio de un mundo de lobos.
Si hubiera estado en mi forma humana, me habría podido resistir, pero desde que mi lobo contempló a Liana, sé que yo perdería el control, a él le agradaba mucho, más que a mí.
“Por favor….Recuerda que somos invitados. ¡Haz las cosas de manera inteligente.” Me sugirió mi Beta Iker.
Pero no había tiempo para ser precavido, necesitaba proteger a Liana,era un ser indefenso de la que se aprovechaban y sometían a su antojo. Hasta anoche…pensé que abusaban de ella, que la compartían entre uno y otro y no podía expresar el alivio que tuve al saber que no era así y más al ver lo ultrajada que ella se sintió al pensar que pasé la noche con ella de aquella manera, porque, a pesar de la mala y cruel vida que Liana tenía, ella conservaba las esperanzas de encontrar a su pareja y que este la reconociera y la aceptara, queriéndose guardar y conservar para él.
Era muy joven, solo parecía una niña, podría encontrar a su pareja, pero creo que no dentro de esta manada.
Choqué mi cabeza contra la del Alfa Jack que se imponía ferozmente contra Liana, tirada en el suelo, sin poder huir.
«Hazlo pedazos. Le guardas ganas. ¡Hazlo pedazos!» Gritaba mi lobo, en busca de pelea, pese a todos los lobos que nos rodeaban a mí y a Iker.
Di un paso hacia atrás, porque no, no estaba dispuesto a ser quien arruinara esto. Si hacía algo aquí, antes de salir, Liana no podría escapar y el tiempo bueno para hacerlo sería durante la caza, todos estarían concentrados en lo suyo, Iker y yo planearíamos distraerlos y entonces…ella iba a escapar.
Retiré mi transformación y me mostré ante el Alfa Jack, no pretendía desafiarlo en su territorio, quedar como el maleducado que rechazaba su autoridad y arrojaba al suelo su hospitalidad dentro de su territorio, frente a sus hombres.
Mi forma humana expresaba paz, rechazando cualquier disputa, a pesar de que fui yo el que interrumpí en reiteradas ocasiones con una de sus miembros.
—Quiero que la esclava vaya sobre mí.—Le pedí.
Ante mi calma, él también mostró su forma humana frente a mí; Liana estaba tirada en el suelo, en medio de los dos.
—Ya no es la esclava a tu disposición, la rara se queda a mi lado. Y sí, irá de caza, a mi lado. No estoy dispuesto a desbordarme en amabilidad, Alfa Ossian. ¿No te la disfrutaste lo suficiente anoche y esta mañana?—extendió su mano y tomó a Liana del suelo, tomándola por su hermoso cabello limpio que se iba llenando de nuevo de tierra y polvo. La aferró a su pecho y tocó el trozo de tela que ocultaba su rostro, mirando las heridas en su cara y presionando su mejilla.
—Ossian…—la mano de Iker me sacó de mi pequeño trance y cedí, dejaría que Liana fuera con él de caza, pero ya vería como alejarla del Alfa Jack.
Se creía su dueño y ella un objeto.
Volví a mi transformación, no queriendo ver como Liana subía sobre el Alfa Jack.
Sería tediosa la mañana de caza.
«¡¿Por qué se la dejaste?! Solo tenías que derribarlo y pedirte a Liana. ¡m*****o tonto! Ahora no la tendremos a nuestro lado para cazar»
Estaba demás decir lo mucho que le encantaba a mi lobo la presencia de Liana desde esa noche que la encontramos en el bosque.
(…)
LIANA
No era la misma emoción ir sobre el Alfa Jack, que montar al Alfa Ossian. Sus pisadas eran muy bruscas y tenía miedo de sujetarme fuerte a él y que me fuera a derribar si le hacía daño, pero cuando el Alfa tomó velocidad, no me quedó de otra, sus saltos eran muy fuertes y bruscos como sus pisadas, el viento golpeaba mi cara y no solo eso, también las ramas que pasaban a mi lado, no dándome tiempo para esquivarlas o agachar la cabeza.
¡m****a! ¡Ya tenía toda la cara arañada!
“¡No te sujetes tan fuerte!” Me amenazó el Alfa, haciendo que yo aflojara mis dedos que se sujetaban a él, esquivó varios árboles y mi cuerpo se movió de un lado a otro, saltó por el peligroso peñasco, desviándose de donde estaban los otros y entonces vi como el Alfa Jack seguía su camino hacia el otro lado y mi cuerpo iba hacia abajo, cayendo, mis manos no llegaron a sujetarse y él antes me había ordenado que no lo hiciera tan fuerte, por lo que mi cuerpo no pudo hacer nada más.
Caía y caía…en mi mente la caída era eterna, hasta que mi cuerpo impactó, aquella roca dio de lleno en mi espalda y el dolor fue tan grande que no llegué a gritar, la voz no me salió.
Sabía que sangraba, porque sentía mi espalda mojada, movía mis manos e intentaba apoyarme, no consiguiendo nada.
Creo que algo me había perforado.
El Alfa Jack se asomó y me vio desde arriba.
“No grites, no te muevas, no hagas nada. Por puta. Anoche te entregaste al Alfa Ossian y él te probó primero que yo. Ahora…desángrate en ese lugar, muere sola y en silencio. ¿Creíste que no me iba a dar cuenta que cuando él te encontró tú ibas a escapar? ¿Creíste…que te dejaría hacerlo así sin más o que no pasaría nada? Muere, engendro. Muere, sola, sin intentar nada.” Aquella fue la última orden que me dio mi Alfa mientras mis labios se cerraban para acatarla y mi cuerpo se quedaba inmóvil, aún con todo el dolor que sentía.
Quizás…moría.