Pov Nadia ¡Iremos a una fiesta! Bastante animada, me levanto de la cama. Me duele todo mi ser, pero no puedo evitar sonreír como tonta al recordar nuestra noche, y la forma tan intensa y pasional de poseer mi cuerpo. Siendo sincera, me pone algo nerviosa lo de esta noche. Pero no porque no encaje, para eso fui bastante educada, sino más bien de las miradas que pueda atraer. Esta vez es distinto, esta vez si somos un matrimonio real, y algo me dice que Albert Brown es el tipo de hombre que lo que tiene de intenso y pasional, también lo tiene de celoso. Leonora me había traído el desayuno a las ocho en punto de la mañana, y aunque a duras penas me levanté a desayunar, fui obediente. Supuse que habían sido órdenes de Albert, él tan gruñón, tan imponente. Siempre organizado para todo, es un