Me quedo mirando desde la ventana de mi balcón la fría noche. Apenas son las tres de la mañana. Todo luce oscuro allá afuera, y el cielo está bastante nublado. Según el pronóstico, amanecerá nevando.
Es lo que estoy esperando aquí pacientemente, para despertarla y mostrarle lo que le prometí, pasaría. Desde mi lugar la veo dormir tan plácidamente. Una sonrisa se dibuja en mis labios al recordar lo que hasta hace un momento le hice.
Sí que me ha dejado sin palabras. Jamás creí que ella sucumbiría a mis deseos más oscuros. Por mi mente no se pasó que ella se sintiera complacida, con todo lo que le hice. Aunque en realidad fui considerado con su inexperto conocimiento del sexo. No lo negaré, me cuesta ser romántico con ella, delicado y cuidadoso. Me contuve bastante de caer en los viejos vi
