No dejo de mirarlo a los ojos. Quiero que comprenda que esto es más que un contrato, más que una compañía. Quiero que entienda en su fría mente lo que siento, lo que deseo, lo que anhelo que me haga. Puede que mañana sea tarde para mí, puede que no. Tal vez, en un futuro, cada uno tome su propio camino, o quizás, en los designios de Allah, él termine enamorado de mí y ambos envejezcamos juntos. La vida misma es un misterio, ¿Por qué dejar para mañana, lo que podemos hacer justo ahora? —Cosa difícil me pides, Nadia —desvía su rostro — ¿Por qué? —lo tomo por el mentón y lo obligo a mirarme. Puedo notar el debate en sus ojos. Está en una lucha de lo que es correcto o lo que no. Él me considera una niña, me lo dijo aquella tarde en la habitación, pero yo no lo soy. Puedo parecer una solo