Elliot El cielo de aquella tarde había adquirido un mejor color que el del día anterior. Elliot no podía evitar preguntarse cuales eran las intenciones de aquella pelirroja que amenazaba con escaparse de su vista al más mínimo segundo. Ya lo había notado cuando la había visto aquella mañana junto a Ashton, había algo diferente en ella. Y, aunque aún no había sido capaz de averiguar el qué, estaba seguro de que pronto lo haría. Tenía que hacerlo. Volvió a divisar a Layla a lo lejos, ahora agachada junto a algunas flores. Desde que habían salido de la casa, ella había insistido en ir unos pasos por delante de él, eso comenzaba a molestarle. Quería caminar más cerca, estar a su lado. Podía ver como su diminuto cuerpo se esforzaba por acelerar el paso sin decirle a donde quería llevarlo