-¿Tu qué? – me exigió. A mí no me dejaba hablar el nudo que tenía en la garganta, la fuerte mirada de Jake era muy intimidante. -¡Ni siquiera tengo la edad para jugar en la selección!- dije, y era la verdad. Para jugar en la selección de mayores se debía tener mínimo 21 años. Yo tenía 18. -¡Puedes jugar como reemplazo! ¡Y como titular en la sub-20! -Agradezco enserio que sientan ese interés por mi pero no…- me dolía enserio lo que iba a decir a continuación –, no quiero, serían muchos viajes y cosas así y soy muy dedicado a mi familia, de hecho ellos vendrán a vivir a Manchester. -Piénsalo bien – me dijo abriendo la puerta para ya irse –, y me lo confirmas mañana en el entrenamiento. Apenas la puerta se cerró sentí algo en el pecho, como esa sensación que tú sientes cuando dejas ir al