Me lancé a la cama. No sólo por el cansancio si no porque tenía unos cólicos de mierda ¡Se supone que con la actividad física se reduce los dolores! (se me olvidaba que recibí una fuerte patada en el abdomen por parte del idiota de Marcelo) ¡Y tengo que ir a la bendita fiesta con Jake y los demás chicos del equipo.
Aprovechando que ni Andrés ni los demás chicos estaban por ahí, pasé a la cocina y herví un poco de agua en una botella, me acosté en mi cama y me puse la botella en la zona del vientre. Consejos de mi abuela, que en paz descanse.
Cuando ya al fin me pasó el dolor, vi que ya eran las 6, hora de alistarme; todos habíamos quedado de encontrarnos en la discoteca a las 8.
Abrí el armario que tenía toda la ropa que Andrew me había ayudado a comprar y tardé mucho en decidir que ponerme, al final opté por una camisa negra manga larga, jeans negros y conversE negros; tuve especial cuidado al colocarme el jean, acomodando el simulador de paquete bien. Me miré al espejo y me veía indudablemente bien, sólo que mis flacos brazos no me favorecían. Me peiné con el cabello para atrás al estilo modelo de revista masculina y me apliqué un perfume de Dodge & Gabanna que olía exquisito (y muy masculino).
Ni Andrés ni Powell ni ninguno de los que vivía conmigo quisieron ir a la fiesta, ya que dijeron que no estaban ‘‘invitados’’, pero Powell me hizo el favor de llevarme a la discoteca. Ya había escuchado de ella antes, era de esas discotecas que eran tan caras que sólo los famosos podían entrar.
-¿Sabes que esta discoteca es para mayores de edad, verdad niño? – Me preguntó el guardia que estaba custodiando la entrada –. Y que hay que pagar por la entrada.
-Tengo 18 – dije con temor – y vengo como invitado.
-¡Nombre! – exigió saber el guardia mientras sacaba una planilla con varios nombres.
-Ethan…Ethan Wood.
-¡WOOD! – Exclamó emocionadamente el guardia - ¿El novato suplente que marcó los 2 goles que nos ayudaron a ganarles a los idiotas del Real Madrid?
-Si…soy yo – dije sonrojándome.
-¡Pasa! ¡Pasa! – dijo el guardia tan emocionado así como cuando un niño ve a Santa Claus en la sala de su casa - ¡Los reyes te están esperando en el segundo piso! ¡En la zona VIP!
La discoteca estaba llena de gente importante que ya había visto en series, películas, etc…incluso creí ver a Orlando Bloom, que últimamente ha estado visitando toda Inglaterra. Subí hacía la zona VIP y vi a Jake, Clooney, Persie, Blind y el resto de titulares…con sus respectivas parejas, a excepción de Jake, que sé que estaba soltero.
-¡Ethan! – Exclamó Clooney mientras se paraba y me abrazaba - ¿No vienes con tu novia?
-No tengo…- respondí tímidamente.
-Lo sé…tienes 18 y quieres disfrutar la vida – dijo Clooney sarcásticamente y todos soltaron la risa –. Es mentira chico, además…hay muchas niñas lindas aquí, tal vez te consigas a una esta misma noche.
Nos trajeron unos cocteles y demás tragos y nos pusimos a hablar sobre el partido. Los chicos no dejaban de elogiarme por mi excelente presentación y dijeron que hablarían con Jan Gaal para que me dejara de titular en los demás partidos, yo sólo asentía.
Empezó a sonar de la mejor música y todos se fueron con sus parejas a la pista de baile, mientras que Jake y yo sólo mirábamos a las parejas bailar al ritmo de la movida música.
-¿Por qué no invitas a una chica bailar? – gritó Jake para que le escuchara.
-¡Eso mismo te digo a ti! – le grité con dificultad, ya que es difícil gritar con voz fingida.
-¡Bailar no es lo mío! – dijo a la vez que se llevaba una copa de champán a sus carnosos y bellos labios.
Unos días después estábamos de vuelta en entrenamiento, nuestro próximo rival sería el Arsenal y sin duda no sería un partido muy fácil; pero estábamos muy optimistas después del partido con el Real Madrid, y todos le decían a Jan Gaal que me dejara jugar como titular desde el primer tiempo, pero él consideraba que era demasiado pronto pero consideraría la petición de los chicos.
Empezamos el día de entrenamiento en el departamento médico del equipo, con masajes tipo spa que nos relajaban los músculos, yo sólo me dejaba tratar por el Dr. Wilson, que era el único que sabía mi secreto, no estaba dispuesta a contárselo a todo el equipo médico. Entrenamos en las canchas y mejoramos la táctica de juego, y en la noche llegaba a la casa a descansar y hablar por horas con mis padres por videochat. Toda esta rutina se repitió por una semana hasta que llegó el día del partido con el Arsenal. No sólo estaba emocionada por el partido, sino porque mis padres estarían ahí para verme, el partido era en Londres.
Nos fue muy bien desde el primer tiempo, Clooney marcó un gol a los 15 minutos y Jake poco después, quedando 2-0 al finalizar el primer tiempo. Durante los 15 minutos de descanso pude ver a Blind y a Jake rogándole a Jan Gaal que me dejara jugar en el segundo tiempo, Jake incluso se ofrecía a sentarse en las bancas para dejarme el puesto en la cancha a mí; el couch me miró con duda, pero después de pensarlo unos segundos, me dio la orden de que calentara y me colocara el uniforme para salir a jugar.
Empezó el segundo tiempo. Al salir a la cancha, los pocos hinchas de nuestro equipo gritaron a todo pulmón mi apellido, y pude ver a mis padres junto a los alocados hinchas también gritando mi apellido y sosteniendo una pancarta gigante que decía ‘‘WOOD, ERES GRANDE’’…la misma pancarta que llevaban a mis partidos con las WestGirls en la universidad.
El segundo tiempo se estaba tornando difícil, el Arsenal estaba mejorando mucho en el ataque y por poco nos meten 4 goles. Cerca de los 30 minutos Di Marco me hizo un rápido pase y yo esquivé a los defensas, y sin siquiera mirar al arquero colombiano, Denis Ospina, di una fuerte patada. El balón entró y nuestra poca pero fuerte hinchada estalló en gritos.
Al terminar el partido, nos dispusimos a ir a los camerinos pero al querer entrar, una oleada de gente de la prensa, ESPN, Fox Sports y demás me obstruyó la entrada y me empezaron a hacer muchas preguntas.
-¿Hace cuánto estás en el equipo?
-¿Cuántos años tienes?
-¿De dónde vienes?
No me daban tiempo para responder pregunta por pregunta, pero gracias a que los guardias de seguridad me sacaron de ahí no tuve que aguantarme a toda esa muchedumbre de gente hambrienta por información. Minutos después pude reunirme con mis padres y salimos a comer, y me dijeron lo orgullosos que estaban de mí, y que incluso pensaban en pasarse a vivir a Manchester.
Los días pasaron, y en tres partidos marqué 8 goles. Ya en el cuarto partido que fue con el Manchester City al fin Jan Jaal me dejó de titular y fui la única que fue capaz de marcar un gol, quedando el partido en 1-0. Al fin le ganábamos al City.
También me fui adaptando muy bien al equipo, incluso bromeaba con Clooney y Persie en los entrenamientos, tanto que nos ganábamos una buena regañada de Jan Gaal de vez en cuando. Con el que no era capaz de ser tan confianzuda era con Jake, justamente por el hecho de que me gustaba, él se veía interesado en entablar una sólida amistad conmigo, pero siempre cuando me invitaba a ver un partido de tenis con sus amigos o simplemente tomar algo cerca de su mansión, le inventaba que tenía otras cosas que hacer.
Lloré cuando varios compañeros del equipo me enviaron por w******p varias fotos de almacenes oficiales del equipo; ya estaban vendiendo las camisetas con mi número y mi apellido, y los que más la compraban eran niños pequeños, al parecer ellos se inclinaban más por mí que por los demás jugadores, justo por ser el más joven de todos.
Era domingo y era nuestro día libre después de una agitada semana de entrenamientos, en 8 días sería nuestro último partido, en el que competiríamos de nuevo con el Real Madrid para ganar la copa de la Champions. Ni Andrés ni ninguno de los que vivía conmigo se encontraba en casa, todos estaban con sus familias y/o novias o simplemente con sus amigos en el billar, no lo sé ni me interesaba saberlo.
Aproveché para ver unas películas de romance que me había comprado a escondidas, entre ellas estaba la de bajo la misma estrella, que no había tenido la oportunidad de vérmela por los entrenamientos con las WestGirls en la universidad. Ya iba en la parte en la que Hazel y August se empezaban a hablar en la iglesia cuando escuché el timbre de la casa. Puse la película en pausa y me puse rápidamente una camisa (ya que estaba en top) y abrí la puerta, me sorprendí al ver a Jake.
-¿Jake? – Pregunté abriendo los ojos como platos- ¿Qué haces aquí?
-No contestabas tu celular – dijo pasando…sin que yo le diera permiso –. Tengo excelentes noticias para ti.
-¿Y cuáles serían?
-La selección está interesada en ti.
Frené en seco ¿Me estaba hablando en serio? Lo miré a los ojos para ver si era mentira y no tenía cara de estar bromeando.
-Sí…ya sé que vas a decir que sólo llevas como 2 meses jugando – continuó Jake, sentándose cómodamente en el mueble de la sala –, pero tu buen rendimiento y agilidad ha sorprendido a muchos, y ya sabrás por las noticias que la selección está necesitando un delantero.
-Lo sé…pero estoy seguro de que sólo me pondrán en las bancas.
-¿Estás loco? – Preguntó levantándose del mueble - ¡Nuestro coach no desaprovecharía a un jugador que ha marcado incluso más goles de los que Messi marcó en sus primeros partidos con el Barcelona!
-Lo pensaré – dije seriamente mientras me encaminaba a mi habitación –. Ahora me dedicaré a ver la película que me estaba viendo antes de que llegaras a interrumpir.
Jake corrió de la sala hasta la subida de las escaleras como si quisiera raparle el balón a un jugador del Manchester City, y poniendo su mano en el barandal de la escalera, y su pie izquierdo en la esquina de la escalera que daba contra la pared, me obstruyó el paso. Yo sólo lo miré cortante.
-¡No sé cuál es tu bendito problema! – Me dijo apretando los dientes - ¿¡Porqué dudas tanto de tus habilidades!?
-No dudo de mis habilidades, sólo trato de no poner en riesgo a un equipo.
-¡Por favor! – Bufó - ¡Has jugado como 7 partidos y en cada uno marcas mínimo de a un gol! ¿Te parece eso ponernos en riesgo?
-Un club es diferente, estamos hablando de querer unirme a la selección inglesa.
-Y sé que tendrás un buen rendimiento, Wood – dijo ahora más calmadamente – te quiero en mi equipo.
La verdad, deseaba con todas mis ganas formar parte de la selección de mi país ¿Quién no? El problema era que corría más el riesgo de que mi secreto se supiera. Apenas confiaba en el Dr. Wilson de nuestro departamento médico, no sabía si podría confiar con alguien del departamento médico de la selección. No podía arriesgarme a que allí se supiera la verdad de que soy mujer y que todo lo que he hecho se fuera para el piso.
-Lo siento, Jake – le dije aguantándome las ganas que tenía de llorar –. Pero no quiero formar parte de la selección.
-¡No puedo creer que seas tan egoísta! – dijo con una notable rabia en sus ojos y se dirigió a la puerta dispuesto a marcharse.
-¿¡Egoísta yo!? – grité, tratando de que mi voz no sonara chillona.
-¡Sí! ¡Eres un egoísta! – Dijo y se volvió a acercar –. Se supone que un verdadero futbolista hace los goles por su país, pero al parecer tú solo los haces para ti mismo.
-Te equivocas – susurré, tanto que él tuvo que acercarse más para escuchar – la verdad es que yo…