Capítulo 11 Al recomponerme, salgo del despacho con mi frente en alto. Camino a paso seguro hacia la puerta de salida. Los empleados de la mansión me ven y bajan el rostro por respeto a mi persona, supongo que ignorantes a la situación, creen en realidad que soy la señora de la casa. Trato de sonreírle a algunos, pero mi corazón está tan herido que lo que me sale es más bien es una mueca. Cuando llego afuera, divisó a Alex esperándome en el auto de pie, y cuando camino, una mano me detiene de forma sutil del brazo. -Te estaré esperando aquí- me habla muy de cerca, lo cual estremece todo mi sistema. -No soy una niña, no tienes por qué recordarme las cosas, Señor Reinart- lo veo con altivez. Estúpido apellido de soltera de la madre, pasaron tantos años que se me había olvidado por complet