El mismo día Londres Anna La duda es un gusanito que te carcome, se cuela lentamente en tu mente y empieza a roer tus pensamientos. Se convierte en una presencia constante que no puedes ignorar. Algunos prefieren enterrarla, encerrarla en un cofre con miles de candados, tratando de evitar el agobio. Pero ¿es eso realmente posible? La duda tiene la molesta habilidad de encontrar formas de escaparse, de filtrarse entre los barrotes de tu subconsciente. Lo más saludable es enfrentarla, despejarla yendo directamente a la fuente. Sin embargo, la gran mayoría de las personas parecen tener una fascinación casi mórbida por vivir en la duda. Les encanta el espiral de drama que surge con ella, el torbellino emocional que genera. Prefieren navegar en un mar de incertidumbre antes que confrontar l