Capítulo 2DAVINA contempló sus dibujos y se sintió satisfecha. Había trabajado hasta tarde durante la noche diseñando vestidos, con las telas que llevara a casa. Ahora, terminados ya seis bocetos a todo color, estaba segura de que a Lucy le iban a gustar. Era muy satisfactorio el pensar que podía hacer algo que le gustaba, y a la vez, ganar dinero. Unos cinco meses atrás, cuando su madre y ella se dispusieron a planear los vestidos que harían para llevar a Londres, consultaron todas las revistas femeninas que pudieron encontrar. Algunos de los diseños eran muy recargados, más lograron escoger modelos de vestidos de noche y para el día verdaderamente favorecedores. Quedando, al final, muy satisfechas con los resultados. –¿Crees que parecen hechos en casa, Mamá?– había preguntado Davina.